“Trabajar con la debilidad es la especialidad del Salvador”, Para la Fortaleza de la Juventud, marzo de 2024.
Fortaleza en momentos de debilidad
Trabajar con la debilidad es la especialidad del Salvador
Jesucristo puede ayudarnos a progresar durante las dificultades, y no solo a pasar por ellas.
Mason no siente el amor de Dios como ocurría en el pasado. Ha estado luchando contra la depresión clínica por algunos años con poco éxito, y le preocupa que sus sueños nunca se cumplan.
Anna escucha a otros jóvenes hablar de experiencias sobre revelaciones y milagros. Aunque lo intenta, no siente que esté recibiendo respuestas ni teniendo experiencias espirituales como todos las demás.
Ethan se pregunta si alguna vez se sentirá limpio o digno de nuevo. Ha cedido a ciertas tentaciones tantas veces que siente que ha perdido el control y se pregunta si ha perdido permanentemente sus bendiciones prometidas. Se pregunta si alguna vez se le podrá perdonar y se siente cada vez más culpable en la Iglesia.
Madison lucha contra un trastorno de la alimentación. Olivia tiene una discapacidad de aprendizaje. Conner lucha contra la escrupulosidad (culpa moral obsesiva). Abigail ha sufrido abusos y siente como si no tuviera ningún valor como persona. Los padres de Jake se están divorciando, y él se siente herido y confundido. Jayden fue traicionado y no siente que pueda perdonar.
Las personas tienen muchas dificultades, pero hay una solución. Esa solución tiene nombre: Jesucristo. Todas estas personas desean sentirse fuertes, puras, felices y sanas de nuevo, pero no pueden resolver sus problemas por su cuenta. Sin embargo, Jesucristo ofrece ayuda. De hecho, trabajar con la debilidad es Su especialidad. Por lo general, Su ayuda no llega exactamente cómo ni cuándo queremos, pero sí llega.
Estos son algunos principios que nos ayudan a aceptar la invitación del Salvador de caminar con Él (véase Moisés 6:34), especialmente, cuando luchamos contra la debilidad.
La vida ha de ser una prueba
Dios te ama a ti más de lo que ama tu estado de comodidad y relajación. ¿Cuántos de tus héroes experimentan comodidad y éxito solamente? Lo más probable es que afronten repetidas veces intensa oposición y dificultades. Como parte de nuestra prueba en la vida, “el Señor considera conveniente disciplinar a su pueblo; sí, él prueba su paciencia y su fe” (Mosíah 23:21). Quizás no nos guste, pero a menudo nuestras pruebas más difíciles nos brindan oportunidades de crecimiento increíbles.
La debilidad no es señal de la desaprobación de Dios
Muchas personas de la antigüedad creían que los males físicos o mentales eran señales de castigos de Dios (véase Juan 9:2). Pero la debilidad es una parte de la vida que trajo consigo la Caída. Aunque luchar contra los desafíos es parte normal y vital del plan del Padre Celestial, el afrontar solos esas dificultades no lo es. Jesucristo no fue enviado a condenarnos; fue enviado a amar y ayudar a rescatar a los que están perdidos, son débiles o están solos, es decir, todos nosotros (véanse Juan 3:16–17; Lucas 15).
Las cosas débiles son hechas fuertes por medio de Cristo
Es importante que nos definamos a nosotros mismos por nuestra conexión por convenio con Cristo y nuestra dependencia de Su perfección en lugar de definirnos por nuestra imperfección. Jesucristo nunca apartó a los débiles que diligentemente lo buscaron con fe. Dios da a la gente “debilidad para que sean humildes; y basta [Su] gracia a todos los hombres que se humillan ante [Él] […] y tienen fe en [Él]”, y si lo hacen, “entonces [Él] har[á] que las cosas débiles se vuelvan fuertes para ellos” (Éter 12:27). Cuando llevamos nuestras luchas al Señor con un corazón quebrantado y un espíritu contrito (véase 3 Nefi 9:20), quizás no las quite instantáneamente, pero nos ayudará y fortalecerá.
Sé paciente contigo mismo
La senda de los convenios es una travesía muy larga, no una carrera de corta distancia. Seguir esa senda nos ayuda a atravesar los muchos giros y vueltas, los altibajos, las emociones y los peligros, el sol y las tormentas de la vida. Muchas lecciones se pueden aprender en cada paso de ese tavesía. La gracia de Jesucristo a menudo se revela con el tiempo, no solo en momentos aislados ni en acontecimientos milagrosos.
Conéctate con Cristo
Si te sientes débil o tienes dificultades, acepta la invitación del Salvador: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Busca formas que te ayuden a conectarte con Él. Cuando lo busques, descubrirás que Él te ha estado esperando y que nunca te abandonará. La vida no será perfecta ni estará libre de debilidad, dolores ni dificultades. Pero será mejor con el Maestro Sanador a tu lado para levantarte cuando te caigas, vendarte las heridas y guiarte por los caminos que conducen al gozo duradero.
Jesucristo se especializa en trabajar con la debilidad. Se especializa en trabajar contigo.