Extender invitaciones y hacer el seguimiento
Pon a prueba estas once maneras fáciles de compartir el Evangelio en conversaciones cotidianas.
Si quieres compartir el Evangelio pero te sientes nervioso o no estás seguro de cómo hacerlo, este artículo es para ti. Compartir el Evangelio es mucho más que simplemente invitar a tus amigos a reunirse con los misioneros. Ésa es una muy buena idea, pero hay muchas otras cosas que puedes hacer para “invitar a las personas a venir a Cristo” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, pág. 1). Y es más fácil de lo que piensas. Quizá una analogía de fútbol sea útil.
Los buenos jugadores saben cómo y en qué momento pasar la pelota a sus compañeros de equipo a fin de darles la oportunidad de avanzar. El invitar a las personas a aprender en cuanto al Evangelio es como pasar la pelota, excepto que en vez de darles la oportunidad de anotar un gol, les estás dando la oportunidad de venir a Cristo.
A continuación se presentan algunas ideas para ayudarte a comenzar. Ora pidiendo inspiración y sé creativo a medida que adaptas estas ideas para que se ajusten a los intereses y las situaciones de tus amigos. Y luego, ¡anímalos!
Invita a un amigo a la Mutual
Tienes una amiga que está obsesionada con el deporte, así que, cuando te enteras de que la actividad de la Mutual de esta semana es una noche de deportes, te das cuenta que es la oportunidad perfecta para invitarla a ir contigo.
Pídele a un amigo o amiga que te ayude a trabajar en un proyecto del Progreso Personal o de Mi Deber a Dios
Cuando estás planificando tu proyecto grande, te das cuenta de que necesitas ayuda, por lo que decides pedirle ayuda a algunos de tus amigos que no son miembros. Ello te dará la oportunidad de explicarles por qué prestas servicio, y además, pueden divertirse al prestar servicio juntos.
Invita a un amigo a ir a un baile de la Iglesia
Tu mejor amigo te invita a pasar la tarde con él el viernes, pero esa noche tienes un baile de la Iglesia. En vez de rechazar su invitación, ¡lo invitas al baile!
Dile a alguien en cuanto al Libro de Mormón
Tu barrio tiene la meta de leer el Libro de Mormón antes de que termine el año, por lo que llevas tus Escrituras a la escuela. Una de tus amigas ve tu libro y te pregunta de qué se trata, así que le explicas lo que es el Libro de Mormón y compartes con ella tu testimonio del libro.
Lee la historia de Kenneth más adelante en este artículo para ver lo que sucedió cuando vio a una miembro de la Iglesia con un Libro de Mormón en la escuela.
Invita a un amigo a la Iglesia
Se te pidió enseñar parte de una lección el domingo. Cuando una amiga te pregunta lo que vas a hacer durante el fin de semana, en vez de omitir tus planes para el domingo, le explicas que vas a enseñar parte de una lección en la Iglesia. Tu amiga siente curiosidad, por lo que la invitas a ir contigo para que te escuche mientras enseñas.
Muestra Mormon.org a tus amigos
Tus amigos tienen muchas preguntas en cuanto a nuestras creencias, por lo que les enseñas Mormon.org a fin de ayudarles a encontrar la respuesta a sus preguntas.
Comparte un artículo de la revista Liahona
Uno de los artículos de un número reciente de la revista Liahona te recuerda una conversación que tuviste con uno de tus amigos. Le compartes tu ejemplar de la revista (o un vínculo para que lo vea en línea) y lo invitas a leer el artículo.
Comparte un pasaje de las Escrituras en un mensaje de texto
Durante tu estudio de las Escrituras de la mañana, lees un versículo que le ayudaría mucho a una amiga que ha estado teniendo dificultades últimamente. Le mandas un mensaje de texto informándole que has estado pensando en ella y que encontraste un pasaje de las Escrituras que quizá le agrade.
Invita a alguien a cenar
¡Papá va a cocinar su afamado espagueti esta semana! Ves a un nuevo alumno en la escuela que no parece tener muchos amigos, por lo que decides invitarlo a cenar con tu familia. Si es lunes por la noche, quizá hasta lo puedes invitar a que se quede para la noche de hogar después de la cena.
Invita a una amiga a ver la conferencia general contigo
Estás escuchando un discurso de la conferencia general en tu reproductor de MP3 mientras vas caminando a la escuela. Una amiga te pregunta qué estás escuchando y tú le dices la verdad: que estás escuchando las palabras de un profeta viviente de Dios. “¿Qué quiere decir eso?”, te pregunta tu amiga. Le explicas en cuanto a los profetas y apóstoles modernos y luego le preguntas a tu amiga si le gustaría escuchar junto contigo lo que esos líderes van a decir en abril.
Dale a un amigo el librito Para la Fortaleza de la Juventud
Si un amigo te pregunta por qué vives ciertas normas, dale un ejemplar de Para la Fortaleza de la Juventud y dile cómo el vivir las normas te ha ayudado a sentirte más feliz.
Lee la historia de Hannah en este artículo para ver la forma en que compartió ese librito con una amiga.
No olvides hacer el seguimiento
Después de invitar, el siguiente paso es hacer el seguimiento. En fútbol, los mejores jugadores saben que su función no termina una vez que pasan la pelota; es necesario que se mantengan en movimiento y que eviten que la defensa los marque.
El hacer el seguimiento puede ser tan sencillo como preguntarle a tu compañera lo que pensó en cuanto al pasaje de las Escrituras que compartiste con ella, o lo que sintió tu amiga después de ir a la Iglesia contigo.
Si deseas leer un ejemplo de la forma en que hacer el seguimiento cambió la vida de un joven, lee la historia de Kenneth.
Cuando haces el seguimiento después de haber invitado a otras personas a aprender en cuanto a tus creencias, estás demostrando que te interesas en su felicidad. Ellos percibirán tu deseo sincero de ayudar y se sentirán cómodos para hacerte más preguntas en el futuro.