2016
Seguir adelante durante los períodos de estancamiento
Septiembre de 2016


Voces de los Santos de los Últimos Días

Seguir adelante durante los períodos de estancamiento

climbing

Ilustración por Allen Garns.

Las actividades al aire libre como el senderismo, el ciclismo y el esquí son una parte importante de mi vida. Recientemente, se me ocurrió lo mucho que se asemeja nuestro tiempo en la tierra al tiempo que dedico a la aptitud física al aire libre. Tengo la tendencia a centrarme en mejorar mi resistencia y destrezas en una actividad durante un tiempo o temporada; luego, según mi elección, oportunidad o invitación, cambio a otra. Sin embargo, no importa la buena condición física y la confianza que tenga en cierto tipo de actividad, al cambiar a una nueva, me encuentro sin aliento, no alcanzo la meta y me duelen músculos que “jamás había sentido antes”. Entonces me acostumbro al nuevo tipo de adiestramiento y recupero la resistencia y las destrezas necesarias.

Del mismo modo, en la vida tendemos a concentrarnos en ciertos hábitos; nos sentimos cómodos en nuestro entorno y luego, ya sea por elección, al azar o por invitación, nuestro período de comodidad y reposo se convierte en un período de desafíos y oportunidades para progresar.

El hacer frente a desafíos de la vida puede ser una tarea sobrecogedora. Nefi nos alienta a “seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna” (2 Nefi 31:20).

De vez en cuando, me pregunto lo lindo que podría haber sido permanecer indefinidamente en la existencia preterrenal, escuchando al Padre Celestial decirnos simplemente en cuanto a Su gran plan de felicidad. Sin embargo, nuestro progreso requería un “aula” —la tierra— donde pudiésemos experimentar la mortalidad por nosotros mismos.

A través de los años, al haber testificado de la veracidad y la necesidad del plan del Padre Celestial, las nuevas oportunidades y experiencias, a veces dolorosas, han grabado esa enseñanza en mi alma. Parece que aprendemos las verdades del Evangelio un poco cada vez, volviendo a tratar los mismos temas una y otra vez. A veces me pregunto: “¿Cuánto más es necesario aprender?”; o, como en la preparación física: “¿Cuántos otros grupos de músculos es necesario adiestrar?”.

No obstante, así como las estaciones de la vida cambian y los desafíos varían, sé que el Señor me proporcionará las experiencias que necesito; y a medida que siga adelante, aprenderé a ser más como Él y a regresar a Su presencia.