Si fui fiel en la vida preterrenal, ¿por qué es tan difícil serlo ahora?

Todas las personas que vienen a la tierra escogieron en la vida preterrenal seguir el plan del Padre Celestial y aceptar a Jesucristo como el Salvador; sin embargo, eso no significa que la obediencia ni la rectitud en esta vida vayan a ser algo fácil. Dado que el plan de nuestro Padre Celestial prevé que esta vida sea una prueba verdadera de cómo utilizamos el albedrío, se nos han borrado los recuerdos de nuestra vida premortal. Además, como parte de Su plan, hemos recibido un cuerpo físico que está sujeto a apetitos, pasiones y tentaciones que desconocíamos como espíritus. Eso hace que nos sintamos más fácilmente atraídos por cosas “carnales, sensuales y [diabólicas]” (Moisés 5:13), que es la razón por la que “el hombre natural es enemigo de Dios” (Mosíah 3:19).

Una persona solo puede superar esos desafíos si “se [somete] al influjo del Santo Espíritu, y se [despoja] del hombre natural, y se [hace] santo por la expiación de Cristo el Señor” (Mosíah 3:19). No es fácil, pero Jesucristo te fortalecerá y transformará a medida que escuches al Espíritu, tomes buenas decisiones y vengas a Él.