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4 maneras de servir a familias con discapacidades
Las familias que afrontan discapacidades necesitan tu amor, ayuda y apoyo.
Aproximadamente el 15 por ciento de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad1. Para quienes cuidan de aquellos con discapacidades, algo tan simple como llegar a la reunión sacramental puede ser una tarea extremadamente difícil. Con frecuencia, los miembros del barrio desean ayudar, pero no saben qué pueden hacer.
Estas cuatro sugerencias de Servicios de la Iglesia para los discapacitados también pueden ayudar:
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Dedica tiempo a comprender verdaderamente sus necesidades. Con cuidado, pero también con franqueza, haz preguntas sobre la persona discapacitada y su situación particular. Familiarízate con las implicaciones físicas, emocionales y mentales del diagnóstico de la persona. El solo hecho de llegar a conocer a nivel personal al miembro del barrio y sus dificultades es un gran comienzo, y te dará ideas de cómo ayudar a la persona y a quienes cuidan de ella.
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Trata a quienes tienen discapacidades como a cualquier otra persona. Llámalos por su nombre e inclúyelos en las conversaciones. Recuerda que son hijos de Dios. Céntrate en lo que los discapacitados pueden hacer.
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Ofrece ayuda específica. Reemplaza la frase “avíseme si hay algo que yo pueda hacer” por una ayuda específica y personalizada. Piensa en cosas como: “¿Puedo cuidar a sus hijos este jueves en la tarde mientras usted va al templo?”.
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Comienza de a poco y usa tu creatividad. Si una familia tiene un hijo en silla de ruedas, cada reunión sacramental podrías guardarle el banco que tiene acceso para silla de ruedas. O si a uno de los miembros de la clase no le gusta leer en voz alta, pídele que en vez de leer reparta las hojas informativas.
A medida que procures saber cómo servir a las familias y a quienes cuidan de las personas con discapacidades, el Espíritu será tu guía.