El Padre Celestial te conoce
Cada domingo, en un pequeño pueblo de Argentina, un grupo de personas se reunía bajo un árbol para leer las Escrituras y aprender acerca del Evangelio. Algunas de esas personas eran miembros de la Iglesia, pero muchas de ellas no habían sido bautizadas, ¡y realmente deseaban serlo!
No obstante, tenían un problema. Vivían lejos de otras ciudades. Ningún líder de la Iglesia había ido a visitar su pueblo por algún tiempo.
Entonces se enteraron de que había misioneros en una ciudad a unas cuatro horas de distancia. Todos ellos pusieron dinero para que un hombre pudiera comprar un billete de autobús a la ciudad donde estaban los misioneros. Cuando llegó allí, esperó en la estación de autobuses. Pensó que sería el mejor lugar para encontrar a los misioneros.
Después de varias horas vio a dos jóvenes. ¡Eran los misioneros! Les habló acerca de las personas de su pueblo, así que los misioneros y el presidente de misión planearon un viaje para reunirse con esas personas.
El día que los misioneros y el presidente de misión fueron, muchas personas se reunieron para recibirlos. Ahora, los que todavía no habían sido bautizados podrían serlo. Tras enseñarles las charlas estaban listos.
El río más cercano estaba muy lejos, de modo que sacaron agua de un pozo y llenaron una piscina portátil. ¡Tardaron tres horas en llenar la piscina! En total, veintisiete mujeres, hombres y niños se bautizaron aquel día. ¡Fueron llenos de gozo!
El Padre Celestial sabía que esas personas deseaban ser bautizadas, y les ayudó a encontrar a los misioneros. El Padre Celestial también te conoce a ti. Él sabe dónde estás y quién eres y lo que necesitas. Él escucha y contesta tus oraciones. Por muy solo que te sientas, Él siempre está ahí. ¡Nunca estás solo! Siempre puedes volverte a Él.