2019
Enséñenme a volar: Cómo lograr la autosuficiencia emocional a la manera del Señor
Enero de 2019


Jóvenes adultos

Enséñenme a volar: Cómo lograr la autosuficiencia emocional a la manera del Señor

La autora vive en California, EE. UU.

Valerie Durrant es de California, EE. UU., y ha estada casada con su esposo, Ryan, por cuatro años. Recientemente se convirtió en madre de un niño. Le encanta el yoga, pintar, leer y hacer senderismo.

Debemos confiar en nuestro Padre Celestial y Jesucristo y aportar nuestro propio esfuerzo al tener como meta ser emocionalmente autosuficientes.

origami birds

Ilustración de Getty Images

Cuando pensamos en un pajarito que aprende a volar, a menudo nos imaginamos su último intento heroico: el polluelo saltando del nido, extendiendo sus alas y elevándose hacia el cielo. Sin embargo, antes de ese éxito final, probablemente hubo muchos fracasos que resultaron en que el ave no se elevara hacia el cielo, sino que se desplomó hasta el suelo.

Al igual que un pajarito que aprende a volar, nosotros también podemos caer una y otra vez al proponernos lograr la autosuficiencia emocional por nosotros mismos. Pero, si recurrimos al Señor en busca de ayuda y nos esforzamos, podemos aprender a ser resilientes cuando la vida no transcurre según lo planeado y a confiar en Él cuando las pruebas se vuelven demasiado pesadas como para poder soportarlas por nuestra cuenta.

Aprender a volar

Si aprender a volar es un proceso doloroso, ¿por qué dejaría un pajarito el nido en primer lugar? Debido a su madre. Durante la primera parte de la vida de sus bebés, la madre pájaro les trae alimento directamente al nido. Pero con el tiempo, ella comienza a dejar la comida fuera del nido para que los polluelos se aventuren a salir de su zona de confort para obtener sustento.

Es el mismo proceso por el que pasamos a medida que aprendemos a ser emocionalmente autosuficientes; pero no se espera que podamos volar totalmente por nuestra cuenta todavía.

De manera similar a cuando una madre pájaro permite que sus bebés caigan del nido, nuestro Padre Celestial permite que pasemos por pruebas y experiencias que pueden ser dolorosas, frustrantes y desalentadoras. Su Plan de Salvación tiene como fin ayudarnos a ser como Él, por lo que cada desafío que afrontamos puede ser una oportunidad para aprender y crecer. Al igual que la madre pájaro, nuestro Padre Celestial todavía nos brinda consuelo y dirección porque únicamente con Su ayuda podemos lograr y mantener nuestra salud emocional y mental.

Agitar nuestras propias alas

Aunque nuestro Padre Celestial es nuestro socio, no debemos esperar que Él lo haga todo por nosotros. Él desea que usemos nuestro albedrío y los recursos que Él nos ha dado en nuestro camino hacia la autosuficiencia emocional.

Por ejemplo, cuando sufrimos angustia, enojo o pérdida, Él desea que busquemos Su consejo, pero no deberíamos detenernos allí; debemos hacer todo lo posible por actuar de acuerdo con las impresiones que Él nos da, guardar los mandamientos, asistir al templo en busca de paz, consuelo y respuestas, tener presente el consejo de los profetas y confiar en Su plan para nosotros.

Nuestro Padre Celestial nos ha dado muchas herramientas para lograr la autosuficiencia emocional pero, si hemos hecho nuestro mayor esfuerzo y todavía nos hallamos atascados o luchando con nuestra salud mental, es posible que sean necesarios recursos adicionales. Ciertamente, hay momentos en los que es posible que necesites recurrir a un profesional de la salud mental o recibir consejo de tu obispo para obtener más guía a fin de salir adelante.

Sin embargo, ten en cuenta que, si pedimos consejos a los demás cada vez que nos topamos con un obstáculo, podemos perder valiosas oportunidades de aprender y crecer por nuestra cuenta. Una vez más, debemos poner una cantidad adecuada de nuestro propio esfuerzo para salir adelante.

Seguir el modelo del Señor

En la sección 9 de Doctrina y Convenios se reprende a Oliver Cowdery por tratar de traducir las planchas del Libro de Mormón sin haber “[pensado] sino en [pedirle a Dios]” (versículo 7). Luego se le exhorta a “estudiarlo en [su] mente”, a llegar a su propia conclusión, y a continuación “[preguntarle a Dios] si está bien” (versículo 8).

Cuando seguimos este modelo, nuestro Padre Celestial no nos está abandonando para que nos apoyemos por completo en nuestras propias capacidades y pensamientos mientras cuidamos de nuestra salud mental; nos está dando la oportunidad de aprender a ejercer nuestro albedrío. El buscar respuestas a nuestras preguntas y encontrar soluciones a nuestros problemas con Su ayuda es lo que finalmente nos ayudará a llegar a ser como Él. Con esto en mente, podemos pedirle que nos muestre cómo podemos ser más equilibrados emocionalmente, en lugar de simplemente pedirle que nos haga mejores.

A medida que ejercitamos nuestro albedrío una y otra vez de esta manera cada vez que se pone a prueba nuestro bienestar emocional, lentamente nos volvemos mejores y más seguros. Si bien no tenemos que dominar el vuelo todavía, podemos estar seguros de que Él está con nosotros a lo largo del proceso y alegrarnos por el hecho de que nos está ayudando a ser mejores poco a poco. Cada día existe otra oportunidad de alcanzar nuevas alturas al prepararnos para el día en que podremos volar por nuestra cuenta.