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¿No tienes suficientes horas en el día? Descubre cómo aprovechar tu tiempo al máximo
¿No tienes suficientes horas en el día? Descubre cómo aprovechar tu tiempo al máximo
Si planeamos nuestra vida y empleamos el tiempo sabiamente, el Señor nos bendecirá y nos magnificará para que demos un mejor servicio en Su reino. La aplicación de los siguientes principios* nos puede ayudar a tener una vida productiva y a prepararnos para la exaltación.
Dividir las metas en partes más manejables.
Podemos categorizar cada meta importante que establezcamos en tres tipos de metas. Después, podemos determinar las tareas cotidianas que necesitamos cumplir para lograr nuestras metas.
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Metas a largo plazo. Son las metas globales o principales. Por ejemplo, podríamos ponernos la siguiente meta: “Tener una carrera profesional que me permita proveer lo necesario para mí y las personas bajo mi responsabilidad”.
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Metas intermedias. Son metas más específicas que te permiten alcanzar tu meta a largo plazo, tal como “obtener un título universitario”.
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Metas a corto plazo. Son metas que puedes completar en un lapso de tiempo relativamente corto. Al completarlas, estás más cerca de completar tus metas intermedias y a largo plazo. Un ejemplo de una meta a corto plazo podría ser “nunca faltar a clase en este semestre”.
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Tareas diarias. Son las cosas que hacemos diariamente que nos permitirán lograr nuestras metas. Una tarea diaria podría ser “terminar las asignaciones de clase que hay que entregar mañana”.
Establece metas en varias áreas.
El modelo proporcionado anteriormente se puede utilizar para establecer metas en todos los aspectos de nuestra vida. El élder Robert D. Hales (1932–2017), del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos aconsejó que nos enfocáramos en estas cuatro categorías:
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Progreso espiritual
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Desarrollo físico
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Superación académica, personal y de orientación profesional o vocacional
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Progreso cívico y social1.
Al ponernos metas en esas categorías, deberíamos tener en mente este consejo del presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Establezcan metas bien equilibradas; no muchas ni muy pocas, y no muy altas ni muy bajas. Pónganlas en una lista y trabajen por alcanzarlas según su orden de importancia. Al establecer metas, siempre debemos pedir la guía divina”2.
Llegaremos a ser más como Cristo.
Cuando nos ponemos metas rectas y administramos bien nuestro tiempo a fin de alcanzarlas, llegamos a ser más como Jesucristo. El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Le agradezco [a Cristo] el maravilloso control de su tiempo, que jamás malgaste un minuto, incluyendo los momentos de meditación; aun los segundos de Su vida demuestran Su mayordomía”3.