Conferencia General de octubre de 2018

Mis metas de la conferencia

“Un amigo me dijo que mientras lee los mensajes de la conferencia general, hace una lista de lo que los líderes de la Iglesia nos han pedido que hagamos. Luego utiliza la lista para fijar metas que lo ayudarán a seguir su consejo. Yo he decidido empezar mi propia lista. Para mí, meditar en los mensajes y pensar en qué acciones debo realizar ha marcado la diferencia. Me ayuda mucho a centrarme en lo que es más importante”.

—Edna Washburn, Utah, EE. UU.

¡Inténtalo!

Las siguientes son algunas de las invitaciones que hemos oído en la conferencia general. Si quieres, puedes repasar los discursos para ampliar esta lista de invitaciones.

“Los invito a que consideren lo que podemos hacer para acogerlos, aceptarlos y ayudarlos más [a los nuevos amigos], a partir del próximo domingo” (Ulisses Soares, “Uno en Cristo”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 39).
“Les invito a leer minuciosa y detenidamente esta revelación [de la visión de la redención de los muertos, que se encuentra en Doctrina y Convenios 138]” (M. Russell Ballard, “La visión de la redención de los muertos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 73).
“Regresen a la Casa del Señor con sus corazones heridos y los nombres de sus familiares con tanta frecuencia como les sea posible” (Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 85).

Respuestas a preguntas

Solía tener un testimonio, pero últimamente me ha sido más difícil creer que Dios existe. ¿Podrá mi fe volver a ser tan firme como lo ha sido antes?

“Para algunos, el acto de creer es difícil. A veces nuestro orgullo se interpone en el camino. Quizás pensamos que debido a que somos inteligentes, instruidos o a que tenemos experiencia, sencillamente no podemos creer en Dios; y empezamos a ver la religión como una tradición insensata.

“A juzgar por mi experiencia, creer no se asemeja a alguna pintura que observamos y admiramos, y sobre la cual hablamos y teorizamos. Es más como un arado que llevamos al campo y, con el sudor de la frente, hacemos surcos en la tierra que acepta semillas y da fruto que permanece.

“Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. Esa es la promesa para todo el que procura creer”

Élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, “Creer, amar, hacer”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 47.

Ahondar en el tema

Tomar Su nombre

El presidente Russell M. Nelson nos recordó la importancia de tomar el nombre del Salvador sobre nosotros, tanto como discípulos de Cristo como en carácter de miembros de Su Iglesia. “Al omitir Su nombre de Su iglesia, estamos quitándolo inadvertidamente a Él como el punto central de nuestra vida”, dijo.

“Tomar sobre nosotros el nombre del Salvador incluye declarar y testificar a otras personas —mediante nuestras acciones y nuestras palabras— que Jesús es el Cristo” (“El nombre correcto de la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 88). Muchos otros líderes también nos han invitado a meditar en el modo en que podemos tomar mejor Su nombre sobre nosotros.

El presidente Henry B. Eyring nos invitó a plantearnos dos preguntas: “¿Qué debo hacer para tomar Su nombre sobre mí?” y “¿Cómo sabré cuando esté progresando?” (“Trato, trato, trato”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 91).
El élder Robert C. Gay sugirió tres maneras en que podemos tomar sobre nosotros el nombre del Salvador (véase “Tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 97–99).
El élder Paul B. Pieper enseñó lo que significa verdaderamente tomar el nombre de Jesucristo (véase “Todos deben tomar sobre sí el nombre dado por el Padre”, Liahona, noviembre de 2018, págs. 43–45).

Si quieres, escribe en tu diario personal las ideas y sentimientos que has tenido al estudiar lo que significa tomar el nombre del Señor sobre ti.