Cómo puede ahora Seminario mejorar la experiencia de su familia con Ven, sígueme
Los autores son maestros de Seminario en Utah, EE. UU.
Padres, la siguiente es una manera en que Seminario puede hacer que el estudio del Evangelio con su familia sea aun mejor.
En marzo de 2019, la Primera Presidencia anunció un importante cambio en Seminario. Ahora, en las clases de Seminario de todo el mundo se estudia el mismo libro de Escrituras que las personas y las familias estudian en sus hogares y en la Iglesia como parte de Ven, sígueme. Como maestros de Seminario (y padres), ¡estamos muy emocionados por ello!
Una bendición evidente es el modo en que eso simplificará la vida de nuestros adolescentes. Además de la escuela, los deportes, el trabajo, el tiempo en familia y su vida social, en el pasado, muchos jóvenes trataban de estudiar tres libros de Escrituras [al mismo tiempo]: uno para Seminario, otro para la Escuela Dominical y otro para el estudio con su familia. Eso es mucho.
Cuando los líderes de la Iglesia coordinaron el estudio en familia y en la Escuela Dominical para usar el mismo libro de Escrituras, alinearlo también con Seminario era lo más lógico. Eso permite que los jóvenes puedan profundizar más en un libro de Escrituras. Sin embargo, la simplificación es solo el principio.
El fortalecimiento del hogar
La hermana Bonnie H. Cordon, Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, enseñó que, al pedir a los jóvenes que sean “parte de la enseñanza y de ese gran movimiento en el hogar”, ellos contribuirán al “fortalecimiento del hogar”1.
Los jóvenes están hambrientos de la verdad y ansiosos por compartir. Eso tal vez sea un poco difícil de creer si alguna vez un adolescente les ha respondido con una mirada ausente. ¡A todos los padres y los maestros nos ha pasado! Los maestros de Seminario hacemos preguntas a los adolescentes todo el tiempo. A veces los jóvenes nos miran con la mirada perdida simplemente porque no tienen las respuestas. Pero, cuando los cursos de estudio de Seminario y de Ven, sígueme se armonizan, los hijos en edad de Seminario pueden aplicar lo que aprenden en Seminario en el estudio del Evangelio en familia, y viceversa. Ya lo hemos visto en nuestras clases de Seminario.
Llevar el estudio de las Escrituras del hogar a Seminario
A principios de 2019, cuando el nuevo recurso Ven, sígueme acababa de comenzar, pudimos sentir el entusiasmo de los alumnos. Aunque en Seminario estábamos estudiando Doctrina y Convenios, ellos comenzaron a compartir cosas que habían aprendido del estudio del Nuevo Testamento en familia. Estaban muy emocionados al respecto. Estudiamos Doctrina y Convenios 89 (la Palabra de Sabiduría) en Seminario más o menos al mismo tiempo que Juan 2 (cuando Jesucristo transforma el agua en vino) en Ven, sígueme. Encontrar principios e ideas comunes entre ambas lecturas hizo que los alumnos compartieran con sus compañeros lo que habían aprendido en casa. Participaron mucho más y el análisis fue mucho más estimulante porque tenían cosas de las que hablar. Pudieron aplicar lo que habían aprendido en el hogar a lo que estábamos estudiando en Seminario.
Llevar Seminario al hogar
En 2020, el hecho de que estudiaremos el Libro de Mormón en el hogar, en Seminario y en la Escuela Dominical abre aun más la puerta para que los alumnos compartan lo que aprenden en esos sitios.
Hay algunas estrategias de aprendizaje que utilizamos en Seminario y que pueden ayudarles en su estudio de las Escrituras en familia. Conocerlas les ayudará a encontrar maneras de hacer que sus hijos adolescentes participen más en su estudio de las Escrituras centrado en el hogar.
Cuando se reúnan como familia, su hijo o hija adolescente ya habrá estado estudiando los mismos principios del mismo libro de Escrituras y tendrá observaciones que aportar si ya ha estudiado esos principios en Seminario. No sentirán que se los pone en un apuro cuando les pidan que compartan algo porque, efectivamente, tendrán cosas que compartir. Las experiencias en Seminario los facultarán para hablar del Evangelio en el hogar. Las noches de hogar y el estudio de las Escrituras en familia se convertirán en un tiempo para compartir reflexiones personales los unos con los otros.
Algunas preguntas abiertas que podrían hacer para invitar a sus hijos adolescentes a participar en casa son:
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¿Qué experiencia espiritual tuviste hoy [esta semana] en Seminario?
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¿Qué es lo que más te llamó la atención?
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¿Qué principio aprendiste en Seminario que sientes que nos puede ayudar como familia?
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¿Qué relato de las Escrituras aprendiste que podrías compartir con nosotros?
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¿Qué relato de las Escrituras de Seminario influyó en ti?
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¿Cómo te ha inspirado Seminario a ser mejor?
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¿Qué aprendiste sobre el Salvador de lo que se te enseñó en Seminario?
Habrá ocasiones en las que lo que estudien en familia esté más avanzado de lo que se está estudiando en Seminario. En esos casos, los maestros de Seminario pueden adaptar las preguntas anteriores para hacer uso de lo que los jóvenes están aprendiendo en el hogar.
Dominio de la doctrina
El enfoque de Seminario en cuanto al estudio de las Escrituras ya no consiste solo en memorizar, sino que nos centramos en el Dominio de la doctrina, es decir, en ayudar a los alumnos a entender, poner en práctica y obtener un testimonio de la doctrina que se enseña en las Escrituras. Tiene que ver más con lograr una conversión más profunda a la verdadera doctrina y en saber cómo enseñarla con poder.
Por ejemplo, si un versículo enseña acerca de la Trinidad, cuando estudiamos ese pasaje en Seminario buscamos otros versículos que enseñen sobre la Trinidad y animamos a los alumnos a que se fijen en lo que podemos aprender acerca de la Trinidad en ellos. Por último, practicamos situaciones en las que los alumnos representan cómo explicarían nuestras creencias sobre la Trinidad utilizando esos pasajes de las Escrituras.
Ustedes podrían emplear ese enfoque en su hogar e invitar a sus hijos adolescentes a:
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Enseñar los principios de un pasaje de las Escrituras.
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Compartir referencias correlacionadas con otros pasajes de las Escrituras sobre ese tema.
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Ayudar a su familia a memorizar esos pasajes de las Escrituras o buscar una forma de recordar cómo encontrarlos.
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Analizar cómo se aplican esas enseñanzas a su vida.
Prepararse para un aprendizaje profundo
En Seminario hacemos mucho hincapié en algo que llamamos el aprendizaje profundo: un aprendizaje que conduzca a la conversión. Una clave del aprendizaje profundo es mejorar la preparación para aprender. La manera de mejorar la preparación de los alumnos varía de una clase de Seminario a otra, pero una cosa que en algunas clases de Seminario se está procurando hacer es dar asignaciones de preparación. Enviamos a los alumnos a casa con un bloque de Escrituras asignado y algunas preguntas para el estudio a fin de que lean los pasajes de las Escrituras que estudiaremos en clase. Cuando los cursos de estudio de Seminario y las lecciones de Ven, sígueme estén más estrechamente coordinados, las asignaciones de preparación para Seminario se podrán compartir con la familia de los alumnos, lo cual les dará una manera más de aprender juntos.
Podrían invitar a su hijo o su hija adolescente a:
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Compartir las asignaciones de preparación con la familia.
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Explicar qué más aprendió sobre un tema después de una clase de Seminario.
Fijar metas específicas
Tal vez se hayan dado cuenta de que el curso de estudio de Ven, sígueme a menudo nos anima a fijar metas. Eso es algo en lo que también estamos haciendo hincapié en Seminario. Enseñamos a los alumnos a ponerse metas específicas, no solamente metas genéricas como “ser más saludable”. Cuando los alumnos establecen una meta, son ellos los que deciden cuándo, dónde y cómo van a lograrla.
Por ejemplo, si un adolescente se pone la meta de ser más paciente, el siguiente paso es determinar cómo va a hacerlo. ¿De qué manera o en qué situaciones consideran ellos que les cuesta tener paciencia? Un alumno decidió que podía tener más paciencia al manejar. Cuando hablamos de cómo pondría en práctica la paciencia cuando manejara, se le ocurrió el plan de escuchar música tranquila en el auto y poner una nota en el tablero de control que le recordara que debía orar para pedir paciencia cada vez que se subiera al auto.
Ustedes podrían invitar a su hijo o hija adolescente a:
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Hablar acerca de sus metas.
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Compartir cómo pueden ponerse metas similares como familia y cómo alcanzarlas.
Dar a los hijos el poder para fortalecer el hogar
Ustedes tienen una oportunidad increíble de infundir un poco de entusiasmo en el estudio de las Escrituras en familia y, ahora, con los cursos de estudio unificados, pueden invitar a sus hijos en edad de Seminario a compartir lo que estén aprendiendo. Al estudiar los mismos pasajes de las Escrituras en Seminario y con su familia en Ven, sígueme, ellos tendrán más capacidad que nunca para fortalecer a su familia compartiendo su conocimiento del Evangelio.
Este nuevo paso de la Iglesia en su intento por llegar a ser “una Iglesia centrada en el hogar, respaldada por lo que se lleva a cabo dentro de los edificios de nuestros barrios, ramas y estacas”2 permite a los jóvenes que desempeñen un papel aun mayor en el fortalecimiento de su hogar. Concordamos con el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, cuando dijo: “Se trata de una gran novedad en una época en la que los jóvenes necesitan más fortaleza que nunca. Creemos que es una maravillosa alineación para estar en coordinación con el resto de lo que la Iglesia está haciendo; y creemos que será una maravillosa simbiosis con el concepto del estudio del Evangelio centrado en el hogar apoyado por la Iglesia —y ahora agregamos, apoyado por Seminario—”3.