“¿Qué hago si no me gusta mi cuerpo?”.
Acepta tu cuerpo
Acepta tu cuerpo como es en lugar de como no es. Cada vez que me miro en el espejo me digo: “Padre Celestial, me siento agradecida por el progreso que estás haciendo conmigo”.
Temperance B., 18 años, Victoria, Australia
Piensa que es un templo
¡Piensa que tu cuerpo es un templo (véase 1 Corintios 3) y también que el Señor se fija en el corazón (véase 1 Samuel 16) y no en el cuerpo!
Vico W., 17 años, Renania del Norte-Westfalia, Alemania
Cuídalo
Yo cuido mi cuerpo al hacer ejercicio y comer de manera saludable. Cuidar del cuerpo hace que me sienta más agradecida por él. Cuando cuido del templo con el que me ha bendecido mi Padre Celestial, estoy de mejor humor y reconozco y aprecio más la maravillosa bendición de tener un cuerpo creado por Dios.
Camille A., 16 años, Florida, EE. UU.
Tener autoestima
Mi amigo tenía dificultades porque se preocupaba por lo que los demás pensaban de él, y perdió su autoestima. Lo que más le ayudó fue recordar que Dios, sus amigos y su familia estaban allí para amarlo y apoyarlo.
Matthew V., 16 años, Misuri, EE. UU.
Se te ama
Cuando escucho a mis amigos decir que no les gusta algo sobre su cuerpo o que lo odian, me gusta ayudarles a saber que nuestro Padre Celestial los ama. Me gusta pensar que Él me ama y que quiere que sea feliz, sin importar las preguntas que tenga sobre mi físico. Debemos cuidar y amar nuestro cuerpo porque es nuestro templo.
Ignacio R. 14 años, Chaco, Argentina
No te define
Recuerda que tu cuerpo no te define. Es tu cuerpo, pero no eres tú como persona, como hijo de Dios procreado en espíritu.
Sailor O., 18 años, Nueva York, EE. UU.
Haz cosas que disfrutes
Estar afuera realizando actividades que disfruto, como andar en bicicleta o pasear a mi perro, siempre me ayuda a sentirme bien con mi cuerpo. Es aun mejor cuando hago estas cosas con mis amigos porque me recuerda que estoy rodeado de personas que se preocupan por mí y que no les importa mi aspecto.
Itzcel O., 18 años, Arizona, EE. UU.