2020
Juzgar con juicio justo (aun en las redes sociales)
Diciembre de 2020


Jóvenes adultos

Juzgarcon juicio justo (aun en las redes sociales)

Con la ayuda del Salvador, podemos aprender a juzgar en maneras que Él desearía que lo hiciéramos.

four young adults holding their phones

“No juzguéis”.

Eso lo escuchamos a menudo en el mundo actual, junto con los mensajes que nos indican que no tenemos derecho de juzgar a los demás. De por sí, la palabra juicio conlleva mucha negatividad. En calidad de miembros de la Iglesia del Salvador, sabemos que juzgar es algo que Él nos ha aconsejado hacer —siempre y cuando lo hagamos a Su manera.

Cuando Jesús sanó a un hombre en el día de reposo, se le criticó duramente porque la ley de Moisés establecía restricciones sobre lo que se podía hacer en ese día, y la gente pensaba que Él no estaba actuando dentro de esas pautas. Pero el Salvador los reprendió por ser rápidos en encontrar faltas en los demás. Luego les aconsejó: “No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7:24; véase también Traducción de José Smith, Mateo 7:1–2).

Al igual que aquellos que juzgaron al Salvador, ¿cuán a menudo juzgamos a los demás de manera injusta? ¡Tal vez más de lo que podríamos pensar! Debido a que es tan fácil juzgar a los demás, especialmente en el ámbito de la redes sociales, es posible que necesitemos aprender cómo poner en práctica el consejo del Salvador al mundo de hoy de juzgar con juicio justo.

Distinguir entre juicio justo y juicio injusto

El juzgar es parte de nuestro albedrío. Hay muchas cosas sobre las que tenemos que ejercer juicios en la vida: escoger una carrera, decidir con quién pasar el tiempo y cómo hacer uso de nuestro tiempo, qué redes vamos a utilizar, etc. Pero ¿cómo podemos emitir esos juicios y, en definitiva, todos los juicios de manera justa?

El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, impartió seis pautas para juzgar correctamente. Sabemos que nuestros juicios son justos cuando:

  1. Se “abstienen de declarar que a una persona le ha sido asegurada su exaltación o […] el fuego eterno del infierno”.

  2. “Cuentan con la guía del Espíritu […], no del enojo, de la venganza, de los celos ni del interés propio”.

  3. Están “dentro del ámbito de nuestra mayordomía”.

  4. Incluyen “un buen conocimiento de los hechos”.

  5. No son acerca de las personas, sino sobre situaciones.

  6. “Aplican normas justas”1.

El profeta Moroni también nos dio una pauta para juzgar de manera justa: “Todo lo que es bueno viene de Dios, y lo que es malo viene del diablo; porque el diablo […] invita e induce a pecar y a hacer lo que es malo sin cesar” (Moroni 7:12).

Al navegar en las redes sociales, mientras consideramos amistades o decidimos cómo pasar nuestro tiempo, antes de emitir un juicio, podemos preguntarnos: Esta publicación, persona o actividad,

  • ¿me hace sentir bien y en paz?

  • ¿me invita a hacer lo bueno?

  • ¿me ayuda a amar a Dios y a servirle?

Cuando nos damos cuenta de que todas las cosas buenas vienen de Dios, podemos utilizar nuestro albedrío para emitir juicios sabios y justos acerca de los demás, acerca de nosotros mismos y acerca de las cosas con que llenamos nuestra vida.

Salir del ciclo de juzgar injustamente

Ahora que hemos determinado lo que significa juicio justo, ¿qué podemos hacer cuando nos encontramos emitiendo juicios negativos cada vez con mayor frecuencia? A continuación encontrarás algunas ideas:

  • Aléjate de las redes sociales por un tiempo. Eso te puede dar la oportunidad de calmarte, reorganizar tu vida y volver a conectarte con los demás de manera real. Cuando percibes a las personas más bien por fuera de las redes sociales, te das cuenta de que son personas reales con desafíos reales, y sientes menos inclinación a juzgarlas.

  • En vez de subir publicaciones acerca de ti, publica acerca de alguien a quien amas y que te haya inspirado. Cuenta a los demás por qué admiras a esa persona. Eso te da la oportunidad de centrarte más en los demás y de bendecirlos más que de impresionarlos.

  • Aporta un comentario genuino y sincero en las redes sociales cada día, ya sea un saludo de cumpleaños, una felicitación o simplemente un mensaje amable.

  • Siempre habrá en las redes sociales personas que comparten demasiadas cosas —solo comparten sus vacaciones increíbles, tienen familias aparentemente perfectas— o que a menudo son contenciosas. Antes de juzgar, podemos preguntarnos: “¿Qué sabe el Señor acerca de esa persona y qué puedo aprender acerca de ella?”. Ora para pedir ayuda para ver a esas personas como Él la ve, y si sus publicaciones te provocan sentimientos negativos constantemente, puedes dejar de seguirlos.

El ver a todas las personas como realmente son —hijos de padres celestiales— cambia las impresiones superficiales que tenemos sobre ellas a una perspectiva eterna. Hay poder al descubrir la identidad y el propósito verdaderos de cada persona. La hermana Michelle Craig, Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, nos recordó:

“Posees una naturaleza y un propósito divinos diseñados de manera única para ti […].

“Nos resulta fácil compararnos con los demás. Siempre habrá quienes parecen tener todo en orden o que son más importantes que nosotros, pero a menudo olvidamos que el propósito de ellos es diferente al nuestro. Cuando tratamos de vivir de manera fiel a quienes realmente somos —cuando comprendemos y apreciamos los dones y talentos de Dios que son únicos a cada uno de nosotros— entonces podemos sentir verdadero gozo”2.

Finalmente, para escapar del ciclo del juicio en las redes sociales, se requiere que actuemos; se requiere que nos centremos en quienes nos rodean para dejar una huella en la vida de alguien más; se requiere elevar a los demás y compartir la Luz de Cristo. Al hacerlo, no solo servimos a los demás, sino que también podemos sentirnos mejor acerca de nosotros mismos.

young couple

Superar el juicio de nosotros mismos y las comparaciones nocivas

Una de las poderosas herramientas de Satanás es tratar de evitar que comprendamos cabalmente nuestra verdadera identidad. Cuando perdemos de vista nuestra verdadera identidad, los pensamientos de crítica y autocrítica pueden reemplazar los sentimientos de autocompasión y amor. Nos alejamos de los demás, de nosotros mismos y aun del Espíritu Santo.

A decir verdad, la comparación no siempre tiene que ver con aquellos con quienes nos comparamos; a menudo es acerca de nosotros mismos y nuestras propias inseguridades. La comparación puede ser en realidad un juicio injusto de nosotros mismos.

Y si bien la comparación puede ser el ladrón de la alegría3, el conocer nuestra valía, nuestras fortalezas y talentos, y el propósito que tiene el Padre Celestial para nosotros y de lo que podemos llegar a ser, es la clave de la alegría.

El Salvador pasó Su vida haciendo bienes (véase Hechos 10:38). Vivió Su vida por los demás, sin fallar en nada. Y aún así, lo reprendieron y juzgaron. Debido a que Él sabía quién era realmente y cuál era Su propósito, pudo afrontar el juicio con gracia, sin permitir que este interfiriera con lo que Él estaba destinado a hacer.

¡Podemos hacer lo mismo al seguir Su ejemplo! El mundo hace que sea fácil que nos entreguemos a la comparación y el juicio y olvidar quiénes somos, pero podemos aprender de la hermana Joy D. Jones, Presidenta General de la Primaria, quien enseñó: “Si el amor que sentimos por el Salvador y lo que Él hizo por nosotros es mayor que la energía que dedicamos a las debilidades, la baja autoestima, o los malos hábitos, entonces Él nos ayudará a superar las cosas que causan sufrimiento en nuestra vida. Nos salva de nosotros mismos”4.

Como bien sabemos, “el valor de las almas es grande a la vista de Dios” (Doctrina y Convenios 18:10). Ahora bien, reemplaza las palabras las almas por tu propio nombre. Reflexiona por un momento. El Padre Celestial conoce tu nombre, Él conoce tu valía y Su Hijo Unigénito murió por ti porque vales mucho para Él.

Así que cuando sientas que el mundo te pesa sobre los hombros y que empiezas a compararte, allégate a Ellos y sentirás que la baja autoestima y la tendencia a juzgarte a ti mismo se desvanecen y sentirás la verdadera confianza que se recibe al conocer tu valor incalculable.

Mirar al Salvador

Podemos mirar siempre al Salvador para obtener guía en todo lo que hacemos. Parte de lo que Él nos brinda por medio de Su expiación es el poder habilitador para cambiar y encontrar la manera de hacer todas las cosas que Él nos ha pedido que hagamos. Cuando escogemos seguirlo y allegarnos a Él, nos ayuda a aprender a dejar atrás los juicios injustos y a ver a los demás —y a nosotros mismos— a través de Sus ojos.

Notas

  1. Dallin H. Oaks, “‘Judge Not’ and Judging”, Ensign, agosto de 1999, págs. 9–12.

  2. Michelle Craig, “How Do You Feel Joy in the Lord?” 22 de noviembre de 2019, blog.ChurchofJesusChrist.org.

  3. “La comparación es el ladrón de la alegría” se atribuye a Theodore Roosevelt.

  4. Joy D. Jones, “Un valor inconmensurable”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 13–15.