Brindar calidad de vida y esperanza, un elogio al servicio altruista
“El valor de una persona se mide por las vidas que toca y por el bien que hace en este mundo”. Martín Manceñido es un leonés ilustrado, impulsor de múltiples iniciativas sociales y solidarias que vive entregado en cuerpo y alma al fomento global de la donación altruista en España y a la cooperación internacional en materia sociosanitaria.
El galardonado con el Premio Valores Familiares de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en su VII edición por su apoyo excepcional al valor de la vida, está, desde hace muchos años, capitaneando a un vasto ejército de héroes anónimos altruistas que son los donantes de sangre, plasma, médula ósea, órganos para trasplantes, tejidos, células madre etc.
Martín Manceñido no solo ha tocado vidas y corazones, sino que ha salvado a miles de personas y mejorado la salud de muchos enfermos y accidentados, propiciándoles calidad y mayor esperanza de vida […].
Una fe mundial
Somos una Iglesia mundial con más de 17 millones de miembros y en España cerca de 60 000 fieles y 142 congregaciones. Cuenta con el reconocimiento de notorio arraigo por su presencia y participación activa en la sociedad española desde hace más de 50 años.
Creemos en el encargo de Cristo a Sus discípulos originales de “[ir] por todo el mundo” (Marcos 16:15) y es nuestra responsabilidad incluir a todos Sus hijos sin importar país o cultura y reflejar Sus verdades universales en muchos idiomas, costumbres y tradiciones.
Misión
La misión de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es predicar el evangelio de Jesucristo, servir a las personas y mejorar sus vidas.
Creemos que la familia es la parte central del plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos y que es la unidad más importante en cualquier sociedad; que las familias son eternas en naturaleza y pueden permanecer juntas para siempre […].
La Iglesia de Jesucristo y sus miembros estarán siempre con un corazón dispuesto y manos que ayudan (además de estirar nuestro brazo para donar sangre periódicamente) para apoyar todas aquellas iniciativas altruistas y solidarias.
Los miembros de la Iglesia buscan seguir el ejemplo perfecto de Cristo de cuidar a los pobres y necesitados […]. Creemos que el servicio es nuestra religión y la esencia misma del evangelio de Jesucristo. ¡Qué bendición y privilegio es servir al prójimo y edificar el Reino de Dios!
Quienes nos brindan su amor (Himnos, nro. 188) es un bello himno, edificante e inspirador, que solemos cantar en nuestros servicios de adoración y que resalta la bondad, uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22−23); el poder del ejemplo; la grandeza del servicio; la amistad como la expresión más elevada del amor; la gratitud, una virtud celestial. Todos estos son valores y virtudes que conoce y practica el laureado Martín Manceñido, ya que él busca el bienestar del prójimo por encima de los intereses personales. El citado himno dice así:
Quienes nos brindan su amor
reflejan Tu bondad, Señor.
Tú nos envías luz y paz
con la bondad de los demás.
Nuestros amigos buenos son
un rico y divino don;
su vida un ejemplo es,
que fortalece nuestra fe.
Por los amigos que así
bendicen nuestra vida aquí
con paz, ternura y amor,
te damos gracias, oh Señor.
Martin Manceñido, enhorabuena por este galardón sobradamente merecido. Gracias por tus múltiples y fructíferas obras, por tu excepcional apoyo al valor de la vida, por fomentar el altruismo y la solidaridad. Tus obras hablan por ti y te preceden. “Por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:16). Nos dejas un legado de excelencia haciendo de este un mundo mejor y más saludable.