Liahona
No volver a sentirse solo: Siete maneras de conectarse
Septiembre de 2024


“No volver a sentirse solo: Siete maneras de conectarse”, Liahona, septiembre de 2024.

Envejecer fielmente

No volver a sentirse solo: Siete maneras de conectarse

La soledad es un desafío que se puede conquistar con algo de esfuerzo, energía emocional y ayuda del Salvador.

Dos personas caminando juntas

Es probable que todos experimentemos soledad a veces. En realidad, los sentimientos ocasionales de soledad pueden ser saludables y productivos, una señal biológica de que debemos establecer relaciones más fuertes. Sin embargo, la soledad constante a menudo es un gran obstáculo para la felicidad.

El plan de felicidad del Padre Celestial implica que nos reunamos en familias y congregaciones. Eso nos ayuda no solo en nuestro progreso eterno, sino también en nuestra necesidad humana de estar rodeados de otras personas, de sentir que pertenecemos, de dar y recibir apoyo emocional. La ciencia está empezando a reconocer la conexión social como una necesidad biológica vinculada a nuestra salud y supervivencia.

También es una necesidad espiritual. Para nuestro bienestar y crecimiento espirituales, nos necesitamos los unos a los otros, y un cielo lleno de relaciones eternas es una idea particularmente gozosa (véase Doctrina y Convenios 130:2).

Considere las siguientes ideas para combatir la soledad en su vida:

  1. Confíe en el Salvador. Su Padre Celestial y Jesucristo conocen su soledad y desean ayudar. Saber que el Salvador conoce el dolor de la soledad puede ayudarlo a entender que Él comprende lo que siente. Acercarse más al Padre Celestial y al Salvador por medio de la oración, el estudio de las Escrituras y la adoración en el día de reposo y en el templo lo ayudará a saber que nunca está solo. El presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “Si centramos nuestra vida en […] Jesucristo y Su Evangelio, podemos sentir gozo independientemente de lo que esté sucediendo —o no esté sucediendo— en nuestra vida”.

  2. Sea amigable. La soledad a veces puede hacernos dudar de que hacer un esfuerzo nos ayudará a aliviar nuestro dolor. Haga una autoevaluación para ver si está siendo pesimista. Mientras busca amistades, recuerde que a menudo es necesario ser amigable. El simple hecho de saludar a un vecino puede marcar la diferencia, y buscar oportunidades de bendecir la vida de otras personas que también luchen con la soledad puede ser la actitud más poderosa de todas.

  3. Edifique sobre intereses comunes. Busque personas y grupos cuyos intereses, perspectivas y normas sean similares a los suyos. Podría buscar (o incluso considerar comenzar) un club de lectura, un club de servicio, un club de senderismo, un grupo de canto, un grupo de noche de hogar o un grupo de nidos vacíos.

  4. Fortalezca sus relaciones actuales. La mayoría de las personas ya tienen relación con familiares, amigos, vecinos y miembros del barrio. Nutrir esas relaciones que ya existen es un excelente punto de partida para combatir la soledad. Entablar amistades de manera natural requiere tiempo, así que sea paciente a medida que forje esas relaciones. Recuerde que la calidad de sus relaciones es más importante que la cantidad.

  5. Busque oportunidades de prestar servicio y compartir sus talentos y dones espirituales. Hay oportunidades casi ilimitadas de ministrar y servir en la Iglesia, en nuestra familia y en la comunidad. El sentir que nuestros esfuerzos tienen una influencia positiva en otras personas puede producir un sentimiento de significado y propósito en nuestra vida. Sentir que nuestra vida tiene significado para los demás es un poderoso elemento disuasorio de la soledad.

  6. Haga planes para los momentos difíciles. Los días festivos y las fechas significativas, como el aniversario de la muerte de un ser querido, pueden ser difíciles. Trate de planificar actividades con amigos o familiares para esos días, a fin de evitar pensar demasiado en los vínculos que desearía tener.

  7. Participe en la obra del templo y de historia familiar. Esta es una poderosa manera de sentir consuelo y pertenencia. El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, prometió numerosas bendiciones que podemos recibir, entre ellas “más amor y aprecio por nuestros antepasados y familiares vivos, lo que hace que ya no nos sintamos solos”.

Para la mayoría de las personas, la soledad es un desafío que se puede conquistar con algo de esfuerzo, energía emocional y ayuda del Salvador.