“Dios tenía algo mejor para nosotros”, Liahona, septiembre de 2024.
Voces de los Santos de los Últimos Días
Dios tenía algo mejor para nosotros
Cuando los misioneros me enseñaron que yo era hijo de Dios, supe que Él tenía más bendiciones reservadas para mi familia y para mí.
Fotografía enviada por el autor
Me crie en una pequeña aldea rural de Filipinas. Mi familia era pobre y, en Filipinas, si no tienes dinero, no puedes ir a la escuela. A pesar de ese obstáculo, yo era un joven ambicioso.
Les dije a mis padres que quería ser médico, maestro o algún tipo de profesional, pero ellos siempre me decían que dejara de soñar. No teníamos dinero para que yo fuera a la universidad. Mis padres querían que lo aceptase y no me sintiese decepcionado con mi vida.
“Los títulos universitarios no son para nosotros”, decían. No creían que hubiera nada mejor reservado para nuestra familia que lo que ya teníamos.
No obstante, eso fue antes de que nos uniéramos a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Vivíamos lejos de cualquier ciudad, pero los misioneros nos encontraron y continuaron regresando. Hicieron muchos sacrificios para enseñar a mi familia, pero cambiaron nuestra vida para siempre.
Cuando nos unimos a la Iglesia, aprendí que yo era un hijo de Dios con potencial para progresar, aprender y cambiar (véanse Moisés 1:39; “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, Biblioteca del Evangelio). Con el conocimiento del Evangelio, supe que era el momento de elevar la posición de mi familia. Ya no éramos solamente personas pobres de una pequeña aldea: éramos hijos e hijas de Dios dignos que merecían las bendiciones que Él ha prometido a Sus seguidores fieles.
Los misioneros trajeron el Evangelio a mi vida, el Evangelio trajo la música a mi vida y la música me dio una beca para asistir a la universidad. Obtuve una licenciatura en Educación Secundaria y luego un título en Música, con especialización en Dirección Coral. Ahora enseño música en la Universidad Liceo de Cagayán y dirijo el grupo musical de la escuela secundaria Liceo U. También dirijo un coro de miembros de la Iglesia. Nuestra misión es compartir la verdad de Dios por medio de la música.
Graduarme de la universidad me dio una nueva vida. No sé dónde estaría hoy sin el Evangelio de Jesucristo.
Todos merecen la oportunidad de aprender, como yo, que tienen un Padre Celestial y que Él los ha bendecido con el potencial para progresar, aprender y cambiar.