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Siete maneras en que el Evangelio de Jesucristo puede mejorar la salud mental
Las bendiciones del Evangelio pueden ayudarnos a hallar paz en medio de dificultades de salud mental.
A lo largo de mi vida, siempre he tenido un alto grado de sensibilidad ante mis emociones y he tenido dificultades de salud mental.
A pesar de esos desafíos, he encontrado maneras de afrontar la ansiedad y la depresión. Tomar medicamentos y consultar a profesionales de la salud mental han sido de mucha ayuda. Pero sin duda lo que más me ayuda es poder conectarme con una fuente de paz que elimina la oscuridad de mi vida: Jesucristo y Su Evangelio.
¡Y no soy la única! Hay estudios que han demostrado que la participación en la religión y la espiritualidad está directamente relacionada con mejores efectos en la salud mental.
¡Vivir el Evangelio también puede ayudarte a encontrar luz! A continuación hay solo siete de las cosas que el Evangelio puede brindarte al atravesar problemas de salud mental:
1. Propósito y dirección
Gracias al Evangelio, sabemos que somos hijos de padres celestiales y que la vida tiene un propósito. También tenemos un objetivo final por el cual esforzarnos: llegar a ser semejantes a nuestro Salvador y esforzarnos por regresar a casa, con nuestro Padre Celestial.
Recientemente, el presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “Gracias a la Expiación infinita de Jesucristo, ¡el plan de nuestro Padre Celestial es un plan perfecto! La comprensión del fabuloso plan de Dios elimina el misterio de la vida y la incertidumbre de nuestro futuro”.
Estas verdades divinas pueden ayudarnos a mantenernos conectados con lo que más importa cuando los problemas de salud mental hagan que la vida nos parezca incierta.
2. Un lugar al cual pertenecer
Como discípulos de Cristo, todos estamos unidos en seguir al Salvador. Al vivir el Evangelio, podemos crear una red social de amigos y que brinde apoyo.
De hecho, el élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Mis queridos amigos, puedo asegurarles que la luz de un nuevo día brilla más en nuestra vida cuando vemos y tratamos a nuestros semejantes con respeto y dignidad, y como verdaderos hermanos y hermanas en Cristo”.
Ser miembro de la Iglesia puede infundir en nosotros un sentido de pertenencia y las conexiones que entablemos pueden reducir los sentimientos de soledad que acompañan a los problemas de salud mental.
3. Mecanismos divinos para hacer frente a la situación
Cuando tenemos problemas de salud mental, los métodos para hacer frente a las dificultades pueden ayudarnos a interpretar nuestras emociones de una manera saludable, y los hábitos espirituales como la oración sincera, el estudio de las Escrituras y la adoración en el templo también pueden ser eficaces para hacer frente a la ansiedad o a la depresión. Hacer estas cosas invita a nuestra vida al Espíritu Santo, a quien se conoce como el Consolador (véase Juan 14:26).
4. Normas de salud física
Cuando consultamos al médico para hacer frente a la ansiedad o a la depresión, la primera línea de defensa para tales trastornos suele ser llevar un estilo de vida saludable a través de la alimentación y el ejercicio. Al considerar la Palabra de Sabiduría (véase Doctrina y Convenios 89), quizá veas cómo las bendiciones de ese mandamiento pueden beneficiar nuestra salud mental.
La mente, el cuerpo y el espíritu están conectados, y obedecer la Palabra de Sabiduría nos ayuda a cuidar todas las partes de nuestro ser, lo que también puede brindar a nuestra salud mental el impulso que necesitamos.
5. Esperanza por medio de los convenios
Los problemas de salud mental pueden hacer que la vida parezca sombría y con demasiadas cargas en ocasiones.
No obstante, el Evangelio de Jesucristo es un Evangelio de esperanza. ¡Los convenios que hacemos con el Padre Celestial nos ofrecen más estabilidad, seguridad y razones para tener esperanza que cualquier otra cosa en el mundo!
El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: ”Guardar los convenios […] nos proporciona la fuerza para soportar las pruebas y los pesares de la vida terrenal. La doctrina relacionada con esos convenios facilita nuestro camino y brinda esperanza, consuelo y paz”.
6. Alivio al servir a los demás
Si bien el servicio a través de los llamamientos o la ministración puede parecer agotador mientras luchas por llevar tus propias cargas, cuando tendemos la mano para elevar a los demás, es más fácil mirar más allá de nosotros mismos y recordar el amor que el Padre Celestial nos tiene.
La presidenta Camille N. Johnson, Presidenta General de la Sociedad de Socorro, testificó que “podemos colaborar con el Salvador para ayudar a socorrer temporal y espiritualmente a quienes lo necesiten y, en ese proceso, hallar socorro personal en Jesucristo”.
7. Paz y descanso
El Padre Celestial y Jesucristo no esperan que seamos perfectos “en este punto de nuestro progreso eterno”. Para evitar que el perfeccionismo afecte negativamente nuestra salud mental, puede ser útil recordar que, en esta vida, el Padre Celestial y Jesucristo simplemente quieren que volvamos nuestro corazón a Ellos, que confiemos en la ayuda del Salvador cuando cometamos errores y que permanezcamos en la senda de los convenios.
El presidente Nelson testificó que “a medida que nos esforzamos por vivir las leyes mayores de Jesucristo, nuestro corazón y nuestra naturaleza misma comienzan a cambiar. A fin de elevarnos por encima de la atracción de este mundo caído, el Salvador nos bendice con más caridad, humildad, generosidad, bondad, autodisciplina, paz y descanso”.
Creo que eso es algo que todos anhelamos: paz y descanso de las cargas de la vida, y eso es lo que el Evangelio de Jesucristo nos ofrece continuamente.
Para mí, el Evangelio continúa disipando los velos de oscuridad del mundo y reconectándome con los rayos de luz del Salvador.