“Resurrección”, Temas y preguntas, 2023
Guía para el estudio del Evangelio
Resurrección
La victoria de Jesucristo sobre la muerte
En algún momento de nuestra vida, cada uno de nosotros tendrá ocasión de preguntarse: “¿Qué sucede cuando morimos?”, “¿Volveré a ver a mis seres queridos que han fallecido?”, “¿Cómo puedo hallar paz cuando muere un ser querido?”.
Aunque no tenemos todas las respuestas, la verdad de la resurrección de Jesucristo puede brindar consuelo a todos los que lloran. El hecho de que todos los que mueran algún día vivirán de nuevo brinda paz a nuestra alma y nos da la promesa de que vendrán días mejores.
Al elevarse de la muerte a la inmortalidad, Jesucristo llegó a ser las “primicias” de la resurrección (véase 1 Corintios 15:20–23) y proporcionó la manera de que todos seamos resucitados un día como Él lo fue.
Sección 1
Jesucristo resucitó
Jesucristo fue el primero en resucitar. Su victoria sobre la muerte es fundamental para nuestra fe. El profeta José Smith enseñó: “Los principios fundamentales de nuestra religión son el testimonio de los apóstoles y de los profetas concernientes a Jesucristo: que murió, fue sepultado, se levantó al tercer día y ascendió a los cielos”1.
El Señor ha proporcionado muchos testimonios de esta doctrina esencial. Cada uno de los cuatro Evangelios incluye relatos de aquellos que presenciaron a Jesús como ser resucitado. El Libro de Mormón también testifica que miles de personas en las Américas vieron al Salvador resucitado. En los tiempos modernos, testigos como José Smith y otros profetas y apóstoles han testificado que Jesucristo resucitó y vive hoy en día.
Algo en qué pensar
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Imagínese que es un abogado que está a cargo de un caso en el que debe probar que Jesucristo resucitó. ¿A quiénes llamaría como testigos? ¿Cómo fortalecerían su argumento los testigos oculares? ¿Cómo puede influir el testimonio de los testigos oculares del Señor resucitado en su propio testimonio? Para obtener ideas, véanse Juan 20:1–20; 3 Nefi 11:3–17 y Doctrina y Convenios 76:19–24.
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Lea Juan 20:26–29. ¿Qué mensaje da el Salvador en este pasaje a las personas que no son testigos oculares de Su resurrección? (Véase también Éter 12:5–6). Aunque no hayamos visto al Señor resucitado, aun así podemos recibir un testimonio personal de que Él se ha levantado de los muertos. ¿Qué evidencias de la Resurrección ha experimentado en su vida? ¿Qué influencia ha tenido en usted esa doctrina?
Actividades para aprender con otras personas
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El presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) declaró: “De todas las victorias de la historia de la humanidad, ninguna es tan grandiosa, ninguna tan universal en sus efectos, ninguna tan sempiterna en sus consecuencias como la victoria del Señor crucificado que salió de la tumba aquella primera mañana de Pascua”2. Analicen por qué es importante saber que Jesucristo vive hoy en día. El presidente Hinckley también escribió las palabras del himno “Vive mi Señor”3. Lean o escuchen juntos este himno y luego expresen los pensamientos y sentimientos que inspire en ustedes.
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Muchos artistas inspirados han representado el momento en el que algunas personas vieron al Salvador resucitado. Mire las siguientes representaciones u otras que le gusten. Diga lo que estas imágenes le ayudan a entender acerca de la resurrección de Jesucristo. ¿Qué le hacen sentir por Él? ¿Cómo se habría sentido si hubiera estado allí?
Más información
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Mateo 27:52–53; Mateo 28; Lucas 24:13–43; 1 Corintios 15:1–8; 2 Nefi 9:3–7, 13–15; Helamán 14:14–17; 3 Nefi 23:6–14
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D. Todd Christofferson, “La resurrección de Jesucristo”, Liahona, mayo de 2014, págs. 111–114
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“La expiación y la resurrección de Jesucristo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Howard W. Hunter, 2015, págs. 103–114
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Robert J. Matthews, “La resurrección”, Liahona, abril de 1996, págs. 12–19
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“Jesús resucita” (video), Biblioteca del Evangelio
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“Capítulo 54: Jesús resucita”, Relatos del Nuevo Testamento, págs. 139–144
Sección 2
Todos resucitaremos
Gracias a que Jesucristo resucitó, todos resucitaremos también. Poco después de la resurrección de Jesucristo, muchas personas fieles también resucitaron (véase Mateo 27:52–53). Aunque no todos resucitarán al mismo tiempo, todos finalmente recibirán un cuerpo perfecto e inmortal mediante el glorioso don de la resurrección universal.
Nuestros cuerpos resucitados serán similares al cuerpo que tenemos ahora; pero inmortales, perfectos, libres de enfermedades y dolor. Recibiremos “una plenitud de gozo” (Doctrina y Convenios 93:33–34; véase también Alma 11:43). Nuestro cuerpo resucitado nos permitirá regresar a la presencia de Dios y ser juzgados. Aquellos que se hayan arrepentido de sus pecados disfrutarán de la vida eterna y vivirán para siempre en la presencia de Dios.
Algo en qué pensar
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Coriantón, hijo de Alma, hijo, estaba “preocupad[o] con respecto a la resurrección de los muertos” (Alma 40:1). Por ello, Alma enseñó a Coriantón, y a los lectores del Libro de Mormón, muchas verdades importantes en cuanto a la resurrección. Lea lo que enseñó en Alma 40–41. A medida que lea, tome nota de las verdades acerca de la resurrección que sean importantes para usted. ¿Cómo pudieron haber ayudado esas verdades a Coriantón a sentir paz? ¿Cómo pueden influir en las decisiones que usted está tomando ahora?
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El apóstol Pablo escuchó que algunos santos de Corinto no creían en la resurrección. Lea 1 Corintios 15 y preste especial atención a las enseñanzas de Pablo acerca de la resurrección. Aquí hay algunas preguntas para que medite mientras estudia:
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Versículos 12–15: ¿Por qué la predicación y la fe serían vanas si no hubiera resurrección?
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Versículos 16–19: ¿Por qué “aún est[aríamos] en [n]uestros pecados” si no hubiera resurrección? ¿Por qué seríamos “los más dignos de lástima”?
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Versículos 55–58: ¿De qué manera su conocimiento de la resurrección le ayuda a ser “firme” y “constante”?
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Actividad para aprender con otras personas
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El evangelio restaurado de Jesucristo enseña que el don de la resurrección se da incondicionalmente a todas las personas, pero muchos de los hijos de Dios desconocen esa bendición. Analicen de qué manera la Resurrección marca una diferencia en su vida. También podría resultarles valioso analizar las experiencias personales de la hermana Reyna I. Aburto en su discurso “No hay victoria para el sepulcro”4, y del élder S. Mark Palmer en “Nuestra tristeza se convertirá en gozo”5. ¿Cómo fueron bendecidos la hermana Aburto y el élder Palmer gracias a su conocimiento de la Resurrección? ¿Cómo puede bendecirnos a nosotros este conocimiento?
Más información
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Dallin H. Oaks, “Resurrección”, Liahona, julio de 2000, págs. 16–19
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“La muerte y la resurrección: De un amanecer sin esperanza a una mañana de regocijo”, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Thomas S. Monson, 2020, págs. 113–122.
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“Cómo hallar esperanza por medio de la resurrección de Cristo” (video), Biblioteca del Evangelio