Manuales de la Primaria y del Tiempo para compartir
El Profeta recibe una revelación acerca de los tres grados de gloria


Lección 23

El Profeta recibe una revelación acerca de los tres grados de gloria

Objetivo

Que los niños reciban una mejor comprensión de los tres grados de gloria y fortalezcan su deseo de regresar al Padre Celestial con sus respectivas familias.

Preparación

  1. Estudie, con oración, el relato del acontecimiento histórico que se encuentra en esta lección; Doctrina y Convenios 131:1–4; 137 y los versículos siguientes de la sección 76 de Doctrina y Convenios: los versículos 11–24 (las circunstancias que rodearon la visión que tuvieron José Smith y Sidney Rigdon sobre los tres grados de gloria); los versículos 50–60, 62, 70, 92–93 (los requisitos y recompensas relacionadas con el reino celestial); los versículos 71–80, 91 (los requisitos y recompensas relacionadas con el reino terrestre) y los versículos 81–90, 100–103 (los requisitos y recompensas relacionadas con el reino telestial). Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños los relatos y los acontecimientos históricos y de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VI–VIII y “La enseñanza de los acontecimientos históricos y de las Escrituras”, págs. VIII–X.)

  2. Lectura complementaria: Juan 5:28–29 y Principios del Evangelio (31110 002), capítulos 46 y 47.

  3. Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayude a alcanzar el objetivo de la lección.

  4. Haga tiras de cartulina o papel con las siguientes inscripciones:

    • Reino celestial

    • Reino terrestre

    • Reino telestial

  5. Materiales necesarios:

    1. Un ejemplar de Doctrina y Convenios para cada niño.

    2. Un ejemplar de la Biblia.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.

Actividad para despertar el interés

Pida a los niños que cierren los ojos y se imaginen que están afuera, que es de noche, que está nublado y todo está en completa obscuridad.

• ¿Qué ven?

• ¿Qué podrían ver si tuvieran la luz de las estrellas?

• ¿Qué podrían ver si tuvieran la luz de la luna?

• ¿Qué podrían ver si tuvieran la luz del sol?

Pida a los niños que abran los ojos. Dibuje una estrella, la luna y el sol en la pizarra. Dibuje el sol arriba de todo, más abajo la luna y, debajo de todo, la estrella.

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• Si pudieran elegir una de esas tres fuentes de luz, ¿cuál elegirían? ¿Por qué?

Explique que el Padre Celestial prometió a la gente tres lugares diferentes en los cuales vivir después de la Resurrección. A esos lugares se les llama reinos de gloria en los cielos.

Mientras explica la siguiente información sobre esos reinos, coloque la tira de cartulina correspondiente junto a la estrella, la luna y el sol que ha dibujado en la pizarra:

  • El reino telestial es el menor de los reinos. Su gloria se compara al resplandor de las estrellas. (Véase D. y C. 76:81.)

  • El reino terrestre es el reino que está en medio. Su gloria se compara con el resplandor de la luna. (Véase D. y C. 76:71.)

  • El reino celestial es el reino más alto. Su gloria se compara con el resplandor del sol. (Véase D. y C. 76:70.)

Si lo desea, pida a los niños que repitan las palabras que se encuentran escritas en las tiras de cartulina.

Explique que aprenderemos acerca de esos reinos y sobre quiénes vivirán en cada uno de ellos de acuerdo con la visión que recibieron José Smith y Sidney Rigdon.

Acontecimientos históricos y de las Escrituras

Relate a los niños la visión de los cielos que tuvieron José Smith y Sidney Rigdon, tal como se describió en el siguiente relato histórico. Después, analice el testimonio de ellos sobre Jesucristo y la explicación que dieron de los tres reinos y de quiénes vivirán en cada uno de ellos, tal como se explica en los pasajes de las Escrituras enumerados en la sección “Preparación”.

A medida que analiza los tres reinos, haga hincapié en que el Padre Celestial y Jesús desean que todos nosotros vivamos en el nivel o grado más alto del reino celestial junto a ellos y a nuestras respectivas familias. Para ser dignos del reino celestial, debemos guardar los mandamientos de nuestro Padre Celestial y recibir importantes ordenanzas del Evangelio. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha sido restaurada a la tierra con el fin de ayudarnos a alcanzar el reino celestial.

En el año 1832, mientras José Smith y Sidney Rigdon se encontraban trabajando en la traducción del Nuevo Testamento, leyeron Juan 5:29, que habla acerca de la resurrección de la gente que ha hecho lo bueno y de la que ha hecho lo malo. Ese pasaje de las Escrituras hizo que tanto el Profeta como el hermano Rigdon comenzaran a meditar acerca de los cielos. Era obvio que si Dios iba a premiar a las personas después de su muerte, basándose en lo que habían hecho mientras se encontraban en la tierra, entonces tendría que haber más de un lugar o reino en el cielo (véase el encabezamiento de la sección 76). Mientras se encontraban pensando en eso, los hermanos José y Sidney recibieron una visión del Padre, de Jesucristo y de los tres grados de gloria: los reinos celestial, terrestre y telestial. La visión se describe en Doctrina y Convenios 76.

La visión se recibió en casa de John Johnson, en Hiram, estado de Ohio, donde José y Emma Smith vivían en esa época. Cerca de doce hombres más se encontraban en el cuarto y fueron testigos de que José Smith y Sidney Rigdon recibieron esa visión, pero ellos no pudieron verla por sí mismos. Philo Dibble, uno de los hermanos que se encontraban presentes, registró lo que observó:

“De vez en cuando el Profeta decía: ‘¿Qué ven mis ojos?’ como diría una persona que mira por una ventana y contempla lo que los demás que están en la sala no pueden ver. Luego describía lo que había visto o lo que veía en ese momento. Entonces Rigdon respondía: ‘Yo veo lo mismo’.

“Otras veces, él era quien decía: ‘¿Qué ven mis ojos?’, y relataba lo que había visto o veía, a lo que José Smith respondía: ‘Yo veo lo mismo’.

“Esa forma de conversación continuó a cortos intervalos hasta el fin de la visión, y durante todo ese tiempo los demás que estaban allí no pronunciaron ni una palabra. Aparte de ellos dos, nadie hizo ruido ni se movió, y me parecía que ninguno de los presentes había movido ni una articulación ni un miembro durante el tiempo que yo estuve allí, que creo que fue más de una hora. Y así continuó hasta el final de la visión.

“El Profeta se encontraba sentado, firme y calmado en medio de una gloria magnífica, pero Rigdon —también sentado— estaba pálido y sin fuerzas, con un aspecto desfalleciente. Cuando José Smith lo observó, dijo sonriendo: ‘Sidney no está acostumbrado a esto como lo estoy yo’” (véase Carter E. Grant, The Kingdom of God Restored, págs. 156–157; citado en Doctrina y Convenios, Religión 324–325, págs. 148–149).

José Smith continuó aprendiendo y enseñando acerca de los tres reinos de gloria. En 1836, José Smith, junto con otras personas, tuvo otra visión del Padre y del Hijo, y del reino celestial mientras se encontraba en el Templo de Kirtland. Esa visión está registrada en la sección 137 de Doctrina y Convenios. En 1843, José Smith enseñó a algunos amigos que el reino celestial estaba dividido en tres niveles o grados. El grado más alto es la única parte del cielo donde la gente podrá vivir con sus familias. El Profeta enseñó que una persona debe casarse por la eternidad en el templo para obtener este alto grado del reino celestial. Esas enseñanzas se encuentran registradas en Doctrina y Convenios 131:1–4.

Preguntas para analizar y aplicar

Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes en clase con los niños hará que éstos entiendan mejor las Escrituras.

• ¿Qué vieron José Smith y Sidney Rigdon mientras se encontraban meditando acerca del pasaje de las Escrituras de Juan 5:29? (D. y C. 76:19–21.) ¿Qué testimonio dieron ellos de Jesucristo? (D. y C. 76:22–24.) ¿En qué forma ese testimonio fortalece el testimonio que ustedes tienen de Jesucristo?

• ¿Quiénes vivirán en el reino telestial? (D. y C. 76:81–82, 103.) ¿Qué miembro de la Trinidad visitará a esas personas en el reino telestial? (D. y C. 76:86, 88.) Explique que el Espíritu Santo y los ángeles ministrarán a esas personas en el reino celestial. Esa gente sabrá de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo, pero nunca lo verán ni vivirán con ellos. (Véase la actividad complementaria Nº 3.)

• ¿Quiénes vivirán en el reino terrestre? (D. y C. 76:71–76.) ¿Qué miembro de la Trinidad visitará a las personas que se encuentren en el reino terrestre? (D. y C. 76:77.) Explique que Jesucristo visitará a las personas que moren en el reino terrestre. Esa gente sabrá de nuestro Padre Celestial pero nunca lo verán ni vivirán con Él. (Véase la actividad complementaria Nº 3.)

• ¿Quiénes vivirán en el reino celestial? (D. y C. 76:50–52.) Explique que en el reino celestial morarán los miembros fieles de la Iglesia que han sido bautizados y confirmados y han guardado los mandamientos (véase la actividad complementaria Nº 1). ¿Con qué miembros de la Trinidad vivirá la gente del reino celestial? (D. y C. 76:62; véase la actividad complementaria Nº 3.)

• Según lo registrado en la sección 137 de Doctrina y Convenios, ¿cómo describió José Smith al reino celestial? (D. y C. 137:1–4.) En la visión del reino celestial, ¿a quién vio José Smith, aparte del Padre Celestial y de Jesucristo? (D. y C. 137:5.) Recuerde a los niños que Alvin Smith era el hermano mayor del Profeta y había muerto antes de que él recibiera las planchas de oro. ¿Por qué se sintió asombrado José Smith de ver a su hermano Alvin en el reino celestial? (Alvin no se había bautizado; D. y C. 137:6.) ¿Qué le dijo el Señor a José Smith acerca de su hermano Alvin y de otras personas que como él, no habían tenido la oportunidad de escuchar el Evangelio y bautizarse? (D. y C. 137:7.) ¿Qué pasa con los niños que mueren antes de haber cumplido ocho años? (D. y C. 137:10.)

• ¿En cuántas partes se divide el reino celestial? (D. y C. 131:1.) ¿Quiénes vivirán en el grado más alto del reino celestial? (D. y C. 131:2–3.) Explique que en el grado más alto del reino celestial estarán quienes han hecho y guardado los convenios (promesas) sagrados hechos en el templo, entre los cuales se incluye el matrimonio por la eternidad en el templo. Recuerde a los niños que el grado más alto del reino celestial es el único lugar donde las familias pueden vivir juntas.

• ¿Por qué les gustaría vivir en el reino celestial?

Actividades complementarias

En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido, utilice una o más de las siguientes actividades:

  1. Antes de comenzar la clase, haga una ilustración del sol en una hoja grande de papel y córtela en cuatro piezas como si fuera un rompecabezas. Escriba en cada pieza una de las siguientes declaraciones:

    1. Ser bautizado y confirmado miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

    2. Recibir el Espíritu Santo por medio de la imposición de manos.

    3. Recibir la investidura del templo.

    4. Contraer matrimonio o sellarse en el templo.

    Explique a los niños que debemos recibir ciertas ordenanzas para poder vivir con el Padre Celestial y con Jesucristo en el grado más alto del reino celestial. Coloque las cuatro partes del rompecabezas sobre la mesa o el piso, con la ilustración mirando hacia arriba. Pida a uno de los niños que dé vuelta una pieza y lea lo que dice en ella. Pida a otros tres niños que hagan lo mismo con las piezas restantes y luego pídales que armen el rompecabezas.

    • ¿Cuáles de esas ordenanzas han recibido? ¿Cuáles les falta recibir todavía?

    Asegure a los niños que si ellos viven dignamente, cuando llegue el momento apropiado tendrán la oportunidad de recibir todas las demás ordenanzas.

  2. Prepare tiras de cartulina o papel con las siguientes inscripciones:

    Escriba en la pizarra Si soy digno de vivir en el grado más alto del reino celestial, puedo:

    Pida a uno de los niños que elija una de las tiras de cartulina, lea lo que dice y la coloque en la pizarra debajo de la declaración que usted escribió. Analice con los niños la bendición prometida. Repita el procedimiento con las demás tiras de cartulina. Es importante que los niños comprendan lo maravilloso que será el reino celestial y que se les recomiende guardar los mandamientos para que de esa forma puedan ser dignos de vivir en el grado más alto de gloria del reino celestial.

  3. Haga una copia para cada niño de la hoja de ejercicios que se encuentra al final de esta lección. Pida a los niños que hagan coincidir el reino de la primera columna con la descripción correspondiente en la segunda columna trazando líneas entre ellas. Si no tiene una máquina copiadora para hacer una copia para cada uno de los niños, lea las descripciones en voz alta y pida a los niños que encuentren juntos el reino correspondiente. (Respuestas: a–3, b–1; c–2.)

  4. Ayude a los niños a aprender de memoria Doctrina y Convenios 76:22–23 hasta a la diestra de Dios.

  5. Canten o repitan la letra de la canción “Dios vive” (Canciones para los niños, pág. 8 o “Viví en los cielos” (Ibid., pág. 148).

Conclusión

Testimonio

Exprese a los niños lo que siente acerca de nuestro Padre Celestial y Jesucristo y por qué desea vivir con ellos en el reino celestial. Aliente a los niños a obedecer los mandamientos y a recibir las debidas ordenanzas, para de esa forma ser dignos de vivir con nuestro Padre Celestial y con Jesucristo, y con sus respectivas familias en el grado más alto del reino celestial.

Sugerencias de lectura

Sugiera que los niños estudien en casa Doctrina y Convenios 76:11–24 como repaso de esta lección.

Sugerencias para que los niños hablen con la familia

Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella la “Sugerencia de lectura” que tienen para estudiar en casa.

Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.