Lección 22
Se publican las revelaciones de los últimos días
Objetivo
Que los niños obtengan un testimonio de la importancia del libro de Doctrina y Convenios y de la revelación continua por medio del profeta actual.
Preparación
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Estudie, con oración, los relatos de los acontecimientos históricos que se encuentran en esta lección, la “Introducción” de Doctrina y Convenios y los pasajes de Doctrina y Convenios 43:867:4–9, 69:1–2, and 70:1–4. Después, estudie la lección y decida qué método empleará para enseñar a los niños los relatos y los acontecimientos históricos y de las Escrituras. (Véase “Cómo preparar las lecciones”, págs. VI–VIII y “La enseñanza de los acontecimientos históricos y de las Escrituras”, págs. VIII–X.)
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Lectura complementaria: Doctrina y Convenios 28:2.
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Elija las preguntas para analizar y las actividades complementarias que mejor promuevan la participación de los niños y los ayude a alcanzar el objetivo de la lección.
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Materiales necesarios:
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Un ejemplar de Doctrina y Convenios para cada niño.
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La lámina 5–4, Se salva el Libro de Mandamientos (Las bellas artes del Evangelio 409; 62605).
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Sugerencias para el desarrollo de la lección
Pida a uno de los niños que ofrezca la primera oración.
Actividad para despertar el interés
Recoja todos los ejemplares de Doctrina y Convenios que haya en el salón y póngalos uno sobre otro en una pila sobre la mesa o el piso. Escriba en la pizarra Doctrina y Convenios 43:8. Pida a los niños que analicen este versículo entre ellos y se preparen para decirle de qué se trata. Para hacer este ejercicio, no les permita utilizar las Escrituras. Después de unos momentos, pregúnteles si están listos para hablarle sobre ese versículo.
• ¿Por qué no me pueden decir de qué se trata ese versículo?
Devuelva a los niños los ejemplares de Doctrina y Convenios y dé uno a los que no tengan o no los hayan traído. Pídales que busquen el versículo que está escrito en la pizarra y lo lean en silencio mientras usted lo hace en voz alta.
Explique que a los primeros miembros de la Iglesia se les había dicho que debían enseñarse los unos a los otros las revelaciones que el Señor había dado por intermedio del profeta José Fielding Smith, pero que ellos no tenían un libro donde pudieran leerlas. El Señor mandó a los miembros de la Iglesia a publicar las revelaciones en un libro para que todos pudieran leerlas y estudiarlas. En la actualidad, a ese libro lo llamamos Doctrina y Convenios.
Acontecimientos históricos y de las Escrituras
Enseñe a los niños acerca de los acontecimientos sucedidos durante la primera publicación del Libro de Mandamientos, tal como se describe en los siguientes acontecimientos históricos y de las Escrituras enumeradas en la sección “Preparación”.
William E. McLellin trata de escribir una revelación
Las revelaciones registradas en las secciones 67–70 de Doctrina y Convenios se dieron en una serie de conferencias llevadas a cabo en Ohio, en noviembre de 1831. Una de los temas más importantes que se analizaron en esas conferencias fue la publicación de las revelaciones que se habían recibido hasta el momento por intermedio del profeta José Smith, las cuales debían publicarse como el Libro de Mandamientos. (Pocos años después, se le agregaron más revelaciones al libro y se le cambió el nombre a Doctrina y Convenios.)
Durante una de esas conferencias, algunos de los líderes protestaron sobre el lenguaje de algunas de las revelaciones que José Smith había recibido. Ellos pensaban que podían escribir revelaciones mejores. En respuesta, el Señor dio la revelación registrada en Doctrina y Convenios 67, testificando que las revelaciones que José Smith había recibido eran verdaderas (véase D. y C. 67:4) y desafió a cualquiera que quisiera tratar de escribir una revelación a que lo hiciera (véase D. y C. 67:5–8). William E. McLellin aceptó ese desafío y trató de escribir una revelación. José Smith registró que el hermano McLellin pensó que era lo suficientemente listo como para escribir una revelación, pero que no pudo hacerlo. El Profeta dijo que “era una terrible responsabilidad escribir en el nombre del Señor” (History of the Church, 1:226; citado en Doctrina y Convenios, Religión 324–325, Manual para el alumno, pág. 133). Todas las personas que se hallaban allí y que presenciaron el vano intento del hermano McLellin fortalecieron su testimonio de que las revelaciones que José Smith había recibido eran verdaderas y provenían del Señor.
William E. McLellin dejó la Iglesia un tiempo después. José Smith dijo que las personas que criticaban a la Iglesia y a sus líderes finalmente apostatarían si no se arrepentían (véase José Smith, Enseñanzas del Profeta José Smith, pág. 182).
Se publica el Libro de Mandamientos
Después que William E. McLellin trató de escribir una revelación, el Espíritu Santo dio testimonio a las personas que se encontraban presentes en la conferencia que las revelaciones que José Smith había recibido eran verdaderas y los líderes de la Iglesia decidieron recopilarlas e imprimirlas. A Oliver Cowdery se le asignó la tarea de llevar aproximadamente setenta revelaciones a Independence, estado de Misuri, donde William W. Phelps tenía una imprenta. El hermano Cowdery debía llevar también algún dinero para ayudar a los miembros de la Iglesia en Misuri. Debido a que él viajaría solo y por parajes despoblados, lo cual resultaba un gran riesgo, el Señor dijo que John Whitmer debía acompañarlo (véase D. y C. 69:1–2). Fue un viaje largo y frío, pero finalmente en enero de 1832, Oliver Cowdery y John Whitmer llegaron sin problemas a Independence. Una vez allí, le entregaron las revelaciones al hermano Phelps, que comenzó a preparar los tipos para imprimirlas y publicarlas como el Libro de Mandamientos. Para julio de 1833, ya se habían impreso las primeras 160 páginas del Libro de Mandamientos.
Con la llegada de tantos miembros de la Iglesia a Misuri, algunos de los pobladores originales del lugar no se sintieron bien. Ellos temían que los miembros se apoderaran de la región, eligieran sus propios funcionarios municipales y echaran a los pobladores originales del lugar. Como consecuencia, el 20 de julio de 1833, cuatrocientas o quinientas personas que estaban en contra de los miembros, se convocaron en el palacio de justicia de Independence. Esas personas formaron una turba que demandó que los miembros dejaran sus casas o serían asesinados. Los líderes de la Iglesia de Misuri pidieron que se les concedieran tres meses para consultar con José Smith, que se encontraba en el estado de Ohio, pero el populacho rechazó el pedido. Se informó a los miembros que sólo tenían quince minutos para decidir lo que iban a hacer.
Aún no habían transcurrido quince minutos, cuando el populacho irrumpió en casa de William W. Phelps. Allí se encontraba la imprenta donde se estaba imprimiendo el Libro de Mandamientos. El hermano Phelps no se encontraba en su casa en ese momento y la hermana Phelps tomó a su pequeño niño de brazos, que se encontraba enfermo, y con sus demás hijos corrió a esconderse en un bosque cercano. Dos adolescentes, Mary Elizabeth Rollins, de catorce años, y su hermana Caroline, de doce, vieron cómo los miembros del populacho tiraban los muebles y otras pertenencias de la familia Phelps a la calle. También observaron como tiraban la máquina impresora y los tipos por la ventana, junto con la mayoría de las hojas del Libro de Mandamientos que se encontraban sin compaginar. Mary Elizabeth y Caroline, con gran valentía, decidieron salvar algunos de los ejemplares, a pesar de que Caroline tenía miedo de que el populacho las matara (muestre la lámina de Mary Elizabeth y Caroline poniendo a salvo el Libro de Mandamientos).
Las niñas salieron corriendo del lugar donde se encontraban escondidas, recogieron todas las hojas que pudieron llevar consigo y huyeron. Cuando el populacho las vio, los hombres les gritaron para que se detuvieran, pero Mary Elizabeth y Caroline se escabulleron por un hoyo que había en una cerca y corrieron a esconderse en un campo de maíz cercano. Una vez allí se tiraron en el suelo y permanecieron muy quietas entre las plantas de maíz, escuchando cómo los hombres las buscaban. Una vez que el sonido de los pasos se perdió en la distancia, las niñas pensaron que ya estaban a salvo y recogiendo nuevamente las hojas de papel impresas comenzaron a buscar un camino para salir del maizal. Poco después, al acercarse a un viejo establo de troncos, escucharon el sonido de voces y, al entrar con sumo cuidado, descubrieron que se trataban de la hermana Phelps y de sus hijos que trataban de hacer algunas camas con ramas para poder pasar la noche, mientras permanecían escondidos en el establo. Las niñas le entregaron a la hermana las hojas que habían rescatado, ya que sabían que el hermano Phelps sabría qué hacer con ellas. Con el correr del tiempo, esas hojas originales del Libro de Mandamientos se compaginaron formando libros y a Mary Elizabeth y a Caroline le regalaron un ejemplar a cada una, que ellas atesoraron por el resto de sus vidas.
Se publica el libro Doctrina y Convenios
El problema en Misuri interrumpió la publicación del Libro de Mandamientos. En 1834, la Primera Presidencia se preparó para publicar una nueva edición de las revelaciones. El Profeta revisó algunas de ellas para corregir los errores de imprenta y se agregaron cuarenta y cinco revelaciones más al Libro de Mandamientos. En Ohio, en el año de 1835, se publicó el libro revisado como Doctrina y Convenios.
Preguntas para analizar y aplicar
Al preparar la lección, estudie las preguntas y los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación. Después, utilice las preguntas que usted considere que mejor ayudarán a los niños a comprender las Escrituras y a aplicar los principios a su vida. El leer los pasajes con los niños en la clase hará que entiendan mejor las Escrituras.
• ¿Por qué no pudo William E. McLellin escribir una revelación? ¿Cuál era, en esa época, la única persona autorizada para recibir revelación para la Iglesia? (D. y C. 28:2.) ¿Quién recibe revelación para la Iglesia en la actualidad? (El profeta actual.)
• ¿Por qué era importante que, en su época, José Smith recibiera revelación para la Iglesia? ¿Por qué es necesario que el profeta actual reciba revelación para la Iglesia en nuestros días? (Véase la actividad complementaria Nº 4.)
• Por qué no es prudente criticar a nuestros líderes, como criticaron William E. McLellin y otros hermanos a José Smith? ¿Qué debemos hacer si sentimos el deseo de criticar a nuestros líderes?
• ¿Por qué fue importante publicar las revelaciones que José Smith había recibido? (Véase el primer párrafo de la “Introducción” de Doctrina y Convenios.) ¿De qué forma piensan que, el tener las revelaciones publicadas en un libro, ayudó a los miembros a saber lo que Jesucristo deseaba que hicieran? ¿En qué forma estudiar Doctrina y Convenios los ayuda a saber lo que Jesús desea que hagan?
• ¿Cuáles son los libros canónicos de la Iglesia? ¿En que forma es diferente Doctrina y Convenios del resto de los otros libros canónicos? (Véase el tercer párrafo de la “Introducción” de Doctrina y Convenios.) ¿Por qué necesitamos los cuatro libros canónicos? (Véase la actividad complementaria Nº 1.)
• ¿En qué forma el estudiar cada uno de los libros canónicos nos ayuda a aprender acerca de Jesucristo? (Véase la actividad complementaria Nº 1.)
Actividades complementarias
En cualquier momento de la lección o como repaso, resumen o cometido utilice una o más de las siguientes actividades:
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Analice con los niños por qué necesitamos los cuatro libros canónicos. Escriba las siguientes declaraciones por separado en cuatro tarjetas u hojas de papel y pida a uno de los niños que las lea a la clase en voz alta:
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La Biblia nos enseña sobre las profecías de Jesucristo y acerca de la vida del Salvador y Sus enseñanzas cuando Él se encontraba sobre la tierra.
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El Libro de Mormón es otro testamento de Jesucristo y nos habla acerca de los tratos del Salvador con el pueblo que habitaba el continente americano.
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Doctrina y Convenios es una colección de revelaciones que se recibieron de Jesucristo para los postreros días, o sea, para nuestra época.
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La Perla de Gran Precio nos proporciona enseñanzas y testimonios de Jesucristo dadas por antiguos profetas, como así también la historia de José Smith y su testimonio del Padre Celestial y de Jesucristo.
Entregue cuatro hojitas de papel a cada niño y muéstreles cómo doblar cada una de ellas en dos para que parezca un libro. Pídales que escriban el título correspondiente en cada uno de los “libros”: La Biblia, El Libro de Mormón, Doctrina y Convenios y La Perla de Gran Precio.
Haga a los niños las siguiente preguntas y pídales que al contestarlas levanten en alto el “libro” de papel correspondiente:
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¿Qué libro nos habla más sobre los tratos del Señor con Su pueblo de la Tierra Santa, comenzando con la creación de la tierra? (La Biblia.)
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¿Qué libro nos habla acerca de la visita que hizo Jesucristo al continente americano? (El Libro de Mormón.)
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¿Qué libro nos habla más sobre el nacimiento de Jesucristo y Su vida en la tierra? (La Biblia.)
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¿Qué libro contiene un registro de la aparición del Padre Celestial y de Jesucristo a José Smith en la Arboleda Sagrada? (La Perla de Gran Precio.)
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¿Qué libro contiene revelaciones que Jesucristo le dio a José Smith, sobre la forma en la cual se debía establecer la Iglesia en los últimos días? (Doctrina y Convenios.)
Recuerde a los niños que cada uno de los libros canónicos es un testamento de Jesucristo y que debemos estudiar todas las Escrituras.
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Para que los niños aprendan más fácilmente el contenido de algunas de las secciones de Doctrina y Convenios, escriba en la pizarra lo siguiente en forma de columna:
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La Palabra de Sabiduría.
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Las oraciones de la Santa Cena.
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La restauración del Sacerdocio Aarónico por medio de Juan el Bautista.
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Las características de un misionero.
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El profeta recibe revelación para toda la Iglesia.
En otra columna, escriba en la pizarra las siguientes secciones de Doctrina y Convenios:
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D. y C. 4 (versículos 2, 5–6).
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D. y C. 20 (versículos 75–79).
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D. y C. 28 (vers. 2).
Pida a los niños que busquen cada una de las secciones de la lista y lean el corto resumen que se encuentra al principio de cada sección, con el fin de determinar a qué sección corresponde cada uno de los temas de la primera columna. (Para las clases de niños más pequeños, quizás sería conveniente que leyeran también los versículos que se dan entre paréntesis, en caso de que les resultara muy difícil determinar cuál es el tema solamente con el resumen.)
Escriba la referencia junto a los tópicos a medida que los niños los hacen coincidir; luego, borre las referencias y vea cuántos niños pueden recordarlas. Repáselas hasta que la mayoría de los niños puedan decirle qué sección de Doctrina y Convenios enseña cada uno de los temas que se encuentran escritos en la pizarra.
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En tarjetas, o en pequeñas hojas de papel, haga dos dibujos sencillos iguales o escriba palabras que representen principios o acontecimientos de Doctrina y Convenios que se hayan analizado, como por ejemplo: el bautismo, el cantar himnos, la traducción del Libro de Mormón, el Sacerdocio Aarónico, la organización de la Iglesia y la Santa Cena. Coloque las tarjetas, o las hojas de papel, boca abajo cruzándolas unas hacia un lado y otras hacia otro, sobre el piso o la mesa. Pida a los niños que, de a uno, den vuelta un par de tarjetas y traten de hacerlas coincidir. Si el niño logra hacer coincidir un par, pídale que diga una de las razones por la cual es importante que ese principio forme parte de la Iglesia restaurada. Si el niño no logra conseguir un par igual, pídale que coloque las tarjetas que quitó en su lugar y dé el turno a otro de los niños.
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Pida a los niños que nombren cosas que ellos tienen ahora, que no había en la época de José Smith; por ejemplo: la radio, el teléfono, la televisión, las computadoras y los autos. Explique que aun cuando tenemos las Escrituras, necesitamos todavía recibir revelación continua para saber qué hacer en un mundo cambiante. Ayude a los niños a pensar cuáles podrían ser algunas de las cosas que el Señor podría revelar al profeta actual; por ejemplo: dónde edificar templos, a quién llamar como Apóstol si fuera necesario, dónde enviar a los misioneros y qué enseñar a la gente en las conferencias generales.
Si lo desea, puede analizar con los niños la forma en que algunas de las cosas modernas que ellos nombraron que tenemos en la actualidad ayudan a los miembros de la Iglesia a aprender y dar a conocer el Evangelio. Por ejemplo, muchos miembros de la Iglesia aprenden lo que el Señor desea que hagan al escuchar la conferencia general por radio o al mirarla en la televisión o por vía satélite.
Conclusión
Testimonio
Testifique sobre la importancia que tiene para nosotros Doctrina y Convenios por haber sido revelada en los postreros días. Exprese su gratitud por la continua revelación que el profeta actual recibe para la Iglesia. Inste a los niños a preguntar a sus padres cuáles son las secciones preferidas de Doctrina y Convenios para ellos y por qué son sus preferidas.
Sugerencias de lectura
Sugiera que los niños estudien en casa la “Introducción” de Doctrina y Convenios y Doctrina y Convenios 67:4, como repaso de esta lección.
Sugerencias para que los niños hablen con la familia
Inste a los niños a hablar con la familia sobre una parte específica de la lección, tal como un relato, una pregunta o actividad, o que lean con ella la “Sugerencia de lectura” que tienen para estudiar en casa.
Pida a uno de los niños que ofrezca la última oración.