“Lección 1 — Material de preparación para la clase: El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021
“Lección 1 — Material de preparación para la clase”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro
Lección 1 — Material de preparación para la clase
El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo
Bienvenido a Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón. El presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “Las verdades del Libro de Mormón tienen el poder para sanar, reconfortar, restaurar, socorrer, fortalecer, consolar y animar nuestra alma” (“El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 62). Mientras estudias y vives las verdades que se analizan en este curso, sentirás la veracidad de las palabras del presidente Nelson. Tu testimonio del Libro de Mormón y tu fe en el Padre Celestial y en Jesucristo aumentarán y llegarás a ser más semejante a Ellos.
Nota: Este material de preparación te proporcionará una base para tu experiencia en clase. Estudiar el material de preparación antes de cada clase te ayudará a que tu experiencia de aprendizaje sea más profunda y significativa.
Sección 1
¿Cómo puede mejorar tu vida el estudio del Libro de Mormón?
Al comienzo de la restauración del Evangelio, el profeta José Smith afirmó:
Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la piedra clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios por seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro (Introducción del Libro de Mormón, párrafo 6).
Desde la publicación del Libro de Mormón, millones de personas han descubierto la veracidad de esta declaración.
El élder Peter M. Johnson, de los Setenta, compartió un ejemplo sobre cómo el Libro de Mormón bendijo su vida cuando era joven:
Cuando comencé mi programa de doctorado, me sentía desanimado. Solo se aceptaron a cuatro estudiantes en el programa ese año, y los otros alumnos eran brillantes. Tenían notas más altas y más experiencia laboral en puestos directivos de alto nivel, e irradiaban confianza en sus habilidades. Después de las primeras dos semanas en el programa, los sentimientos de desánimo y duda empezaron a arraigarse en mí, al grado de casi agobiarme.
Decidí que si iba a completar ese programa de cuatro años, terminaría de leer el Libro de Mormón cada semestre. Cada día, cuando leía, reconocía la declaración del Salvador de que el Espíritu Santo me enseñaría y me recordaría todas las cosas (véase Juan 14:26). Me reafirmó que soy hijo de Dios, me recordó que no me comparara con los demás y me dio confianza en mi función divina de tener éxito […]. Lean y estudien el Libro de Mormón cada día, cada día, cada día (“Poder para vencer al adversario”, Liahona, noviembre de 2019, pág. 111).
El presidente Ezra Taft Benson enseñó que “debemos hacer del Libro de Mormón el centro de nuestro estudio […] porque fue escrito para nuestros días” (“La clave de nuestra religión”, Liahona, agosto de 1992, pág. 7). Mientras leas la siguiente declaración del presidente Nelson, si lo deseas, marca la forma en que el Libro de Mormón puede bendecir nuestra vida, especialmente en nuestros días.
Mis queridos hermanos y hermanas, testifico que el Libro de Mormón es ciertamente la palabra de Dios; contiene las respuestas a los interrogantes más acuciantes de la vida, enseña la doctrina de Cristo, expande y aclara muchas de las verdades “claras y preciosas” (véase 1 Nefi 13:29–33) que se perdieron a través de los siglos y de numerosas traducciones de la Biblia.
El Libro de Mormón brinda el entendimiento más pleno y autorizado acerca de la expiación de Jesucristo que se pueda encontrar […]. El Libro de Mormón contiene todo el poder del evangelio de Jesucristo. ¡Punto!
El Libro de Mormón ilumina las enseñanzas del Maestro y revela las tácticas del adversario; enseña doctrina verdadera para disipar falsas tradiciones religiosas, como la práctica errada de bautizar a los niños pequeños; da sentido a la vida al instarnos a que meditemos en el potencial de la vida eterna y una “interminable felicidad” (Mosíah 2:41; véase también Alma 28:12); destruye las falsas creencias de que se puede hallar felicidad en la iniquidad y que la bondad individual es todo lo que se requiere para regresar a la presencia de Dios; abole para siempre los falsos conceptos de que la revelación terminó con la Biblia y que los cielos están sellados en la actualidad (“El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 62).
Sección 2
¿Cómo puede fortalecer mi testimonio de Jesucristo el estudio del Libro de Mormón?
En una visión, el profeta Nefi aprendió que el propósito central del Libro de Mormón (y de otras Escrituras de los últimos días) es testificar de que Jesucristo “es el Hijo del Eterno Padre, y es el Salvador del mundo; y que es necesario que todos los hombres vengan a él, o no serán salvos” (1 Nefi 13:40).
A lo largo de su vida, Nefi trabajó diligentemente “a fin de persuadir a [sus] hijos, así como a [sus] hermanos a creer en Cristo” (2 Nefi 25:23). Al final de su registro, proporcionó un último testimonio del poder del Libro de Mormón para llevar a todas las personas a Cristo.
El presidente Benson señaló que muchas personas de todo el mundo rechazan la divinidad de Jesucristo y explicó:
[Gran parte del mundo cristiano] pone en tela de juicio Su nacimiento milagroso, Su vida perfecta y la realidad de Su gloriosa resurrección. El Libro de Mormón enseña en términos claros e inequívocos la autenticidad de tales hechos. También proporciona la explicación más completa de la doctrina de la Expiación. En verdad, este libro divinamente inspirado es una piedra clave al dar testimonio al mundo de que Jesús es el Cristo. [El] testimonio del Maestro [del Libro de Mormón] es claro, puro y lleno de poder (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, pág. 141).
Sección 3
¿Cómo puedo usar este material de preparación de forma eficaz para mejorar mi experiencia en esta clase?
Cuando Jesucristo se apareció a los nefitas en la tierra de Abundancia, brindó a cada persona la oportunidad de palpar las heridas de Sus manos y Sus pies y después enseñó Su doctrina a la multitud. Declaró que quienes creyeran en Él y vivieran Sus enseñanzas recibirían grandes bendiciones en esta vida y serían exaltados en el postrer día (véanse 3 Nefi 11:29–40; 15:1).
Cuando el Salvador se preparaba para partir al final del día, miró a la multitud y le dio un importante consejo sobre cómo prepararse para lo que le iba a enseñar al día siguiente.