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Lección 17 — Material de preparación para la clase: Pertenecer a la Iglesia del Señor


“Lección 17 — Material de preparación para la clase: Pertenecer a la Iglesia del Señor”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro, 2021

“Lección 17 — Material de preparación para la clase”, Enseñanzas y doctrina del Libro de Mormón: Material para el maestro

Lección 17 — Material de preparación para la clase

Pertenecer a la Iglesia del Señor

dos hombres dándose la mano

Una parte esencial del ministerio de Jesucristo entre los nefitas y los lamanitas fue la organización de Su Iglesia. El Salvador dijo que la Iglesia debería llamarse por Su nombre y edificarse sobre Su evangelio (véase 3 Nefi 27:7–9). Mientras te preparas para la clase, medita sobre las bendiciones que el Señor proporciona a quienes participan en Su Iglesia. A medida que medites en cuanto a estas bendiciones, piensa en lo que puedes hacer para ayudar a que la Iglesia sea un lugar que haga sentir bienvenidos a todos los hijos de Dios.

Sección 1

¿Qué bendiciones puedo recibir únicamente a través de la Iglesia del Señor?

Durante la visita del Salvador a los nefitas en el templo de Abundancia, Él les dio la autoridad del sacerdocio a Sus doce discípulos y los autorizó a bautizar, conferir el don del Espíritu Santo y dirigir Su Iglesia (véase 3 Nefi 11:18–22; 12:1; 18:5, 37). El Salvador también enseñó a los nefitas que, para entrar en el reino de Dios, debemos arrepentirnos, creer en Él y recibir las ordenanzas de salvación y exaltación que se ofrecen solamente en Su Iglesia, tales como el bautismo y la confirmación (véase 3 Nefi 11:32–41).

Cristo con los tres discípulos nefitas, por Gary L. Kapp.

Al analizar el propósito de la Iglesia de Jesucristo en los tiempos antiguos y modernos, el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

Élder D. Todd Christofferson

El antiguo objetivo sigue siendo el de predicar las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo y administrar las ordenanzas de salvación; en otras palabras, llevar a la gente a Cristo (“El porqué de la Iglesia”, Liahona, noviembre de 2015, pág. 108).

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Medita a fin de prepararte para la clase

¿De qué manera el participar en la Iglesia te ha ayudado a acercarte a Jesucristo?

Sección 2

¿De qué manera el participar de la Santa Cena me ayuda en mi esfuerzo de ser más semejante a Jesucristo?

Cuando el Salvador concluyó el primer día de Su ministerio en la tierra de Abundancia, administró la Santa Cena a Sus doce discípulos y a las demás personas. Él repitió esta ordenanza al día siguiente, después de proporcionar el pan y el vino de manera milagrosa (véanse 3 Nefi 18:1–9; 20:3–8).

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Estudia a fin de prepararte para la clase

Estudia 3 Nefi 18:3–12 y 3 Nefi 20:8–9 y piensa en lo que Jesús enseñó sobre el sagrado propósito de la Santa Cena.

El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó la manera en que esta ordenanza nos permite tener el Espíritu Santo como un compañero constante.

Élder David A. Bednar

La ordenanza de la Santa Cena es una invitación sagrada y recurrente a arrepentirnos sinceramente y ser renovados espiritualmente […]. [A]l prepararnos conscientemente y al participar de esta sagrada ordenanza con un corazón quebrantado y un espíritu contrito, tenemos la promesa de que siempre tendremos el Espíritu del Señor con nosotros. Y mediante la compañía constante del poder santificador del Espíritu Santo, podemos retener siempre la remisión de nuestros pecados (“Siempre retendréis la remisión de vuestros pecados”, Liahona, mayo de 2016, pág. 61).

Una persona tomando la Santa Cena

El élder Christofferson enseñó que el participar de la Santa Cena también puede ayudarnos a centrarnos en llegar a ser más semejantes al Salvador.

Élder D. Todd Christofferson

El pan y el agua representan la carne y la sangre de Aquel que es el Pan de Vida y el Agua Viva (véase Juan 4:10), recordándonos dolorosamente el precio que Él pagó para redimirnos […].

… Pero, en sentido figurado, el comer Su carne y beber Su sangre tiene un significado adicional, y es el interiorizar las cualidades y el carácter de Cristo, despojándonos del hombre natural y haciéndonos santos “por la expiación de Cristo el Señor” (Mosíah 3:19). Al participar del pan y del agua de la Santa Cena cada semana, bien haríamos en considerar cuán plena y completamente debemos incorporar Su carácter y el modelo de Su vida sin pecado en nuestra propia vida y nuestro ser […].

Participar de la carne del Salvador y beber Su sangre significa eliminar de nuestras vidas cualquier cosa que no sea compatible con un carácter semejante al de Cristo y adoptar Sus atributos (“El pan vivo que ha descendido del cielo”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 36–37, 39).

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Anota tus ideas

El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, enseñó: “La ordenanza de la Santa Cena hace que la reunión sacramental sea la más sagrada e importante de la Iglesia” (“La reunión sacramental y la Santa Cena”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 17). Podrías escribir algunas cosas que puedes hacer para que la Santa Cena y la reunión sacramental sean lo más sagrado de tu adoración del día de reposo.

Sección 3

¿Qué puedo hacer para ayudar a que los demás sientan que hay lugar para ellos en la Iglesia de Jesucristo?

Después de instituir la Santa Cena entre los nefitas y los lamanitas, Jesucristo enseñó la importancia de hacer que las reuniones de la Iglesia fueran acogedoras e inclusivas.

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Estudia a fin de prepararte para la clase

Estudia 3 Nefi 18:22–25 y piensa en palabras o frases que muestren las enseñanzas del Señor en cuanto a quiénes debemos incluir en Su Iglesia.

Personas saludándose en la Iglesia

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Hermana Carol F. McConkie

“Conozco a personas que asisten a la Iglesia cada domingo para ser inspiradas y elevadas, pero salen sintiéndose juzgadas, que no son amadas ni necesarias […].

Debemos tener presente cuál es el propósito de asistir a la Iglesia el domingo y asegurarnos que quienes vayan se sientan amados, necesitados, aceptados y elevados.

Cada uno tiene problemas que no conocemos y es importante que seamos conscientes de que Dios ama a todas las personas que nos rodean y que debemos verlas como Cristo las ve. No podemos permitir que el juicio dicte cómo interactuamos con las personas […].

El evangelio de Jesucristo no margina a las personas; las personas lo hacen y tenemos que cambiar eso. Debemos ser sensibles, amarlas y darles la oportunidad de mejorar, tener éxito y dar lo mejor de sí mismas. Ellas tienen talentos, habilidades y personalidad que se necesitan en el reino de Dios. Si vamos a edificar el reino de Dios en la tierra, necesitamos que todos vengan (“Lifting Others”, video, ChurchofJesusChrist.org).

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Medita a fin de prepararte para la clase

¿De qué manera puedo ser más cordial e inclusivo a fin de ayudar a que los hijos de Dios sientan que tienen un lugar en la Iglesia del Señor?