Nuestro hogar, nuestra familia
La noche de hogar —¡pueden hacerla!
No importa cómo sea su familia, la noche de hogar puede bendecirlos y fortalecerlos.
Un padre llega cansado a casa después de un largo día de trabajo y se da cuenta de que el resto de la familia lucha con sentimientos similares de irritación. Es lunes por la noche, y el efectuar la noche de hogar parece imposible. Después de decir una oración para suplicar ayuda, el padre y la madre deciden hacer algo sencillo; reúnen a la familia, cantan un himno, oran juntos y dan a cada uno de los miembros de la familia una pequeña vela que deben encender mientras relatan algo que los haya inspirado recientemente. En un cuarto oscuro, la luz de las velas representa la inspiración y capta la atención de los niños. A medida que comparten su testimonio, un dulce sentimiento de paz y amor inunda el hogar. La familia termina la noche agradecida por haber efectuado la noche de hogar.
¿Sabían que la noche de hogar ha sido un programa de la Iglesia desde hace cien años? En abril de 1915, la Primera Presidencia instruyó a los miembros que apartaran una noche cada semana para la oración familiar, la música, la enseñanza del Evangelio, relatos y actividades. (Véase la pág. 80, donde aparece un extracto de la carta de la Primera Presidencia.) Los profetas nos siguen recordando la importancia de la noche de hogar. “Nadie puede permitirse desatender este programa inspirado”, dijo el presidente Thomas S. Monson. “…brinda crecimiento espiritual a cada miembro de la familia y le ayuda a resistir las tentaciones que hay por todas partes”1.
A continuación figuran algunas posturas que se deben tener presentes al incorporar la noche de hogar en la semana:
Se aplica a mí. “La Noche de Hogar es para todos”, dijo el élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles2. Todos nosotros, casados o solteros, con hijos o sin ellos, podemos dedicar tiempo a fortalecer a la familia y aprender el Evangelio.
Puedo encontrar el tiempo. Para poner el ejemplo, la Iglesia no lleva a cabo ninguna actividad los lunes por la noche. Ustedes le pueden demostrar al Señor y a su familia que están dispuestos a dedicar tiempo a lo que es más importante.
Puedo descubrir lo que funciona para mi familia. Si la familia está separada geográficamente, intenten efectuar una “noche de hogar en línea” para comunicarse en línea o por teléfono con los miembros de la familia que estén lejos. ¿Alguien tiene que trabajar tarde? Efectúen una “noche de hogar en el parque” cerca de donde trabaje esa persona, durante un receso. Un padre divorciado efectuó una “noche de hogar por correspondencia”, escribiendo cartas a sus hijos que vivían lejos3. Dejen que los obstáculos los motiven a ser más creativos.
Puedo empezar esta semana. La noche de hogar se puede organizar de acuerdo con las necesidades y circunstancias del hogar. Las siguientes son algunas sugerencias generales:
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Comiencen y acaben con una oración.
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Utilicen música, incluyendo los himnos y las canciones de la Primaria.
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Aprendan de las Escrituras y de los profetas vivientes.
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Semana tras semana, incluyan una variedad de actividades físicas, proyectos de servicio y actividades centradas en el Evangelio.
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¡Diviértanse! Lleven a cabo algún juego o preparen un refrigerio.
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Sean constantes. Si no la pueden realizar el lunes, encuentren otro día que funcione.
Deseo recibir las bendiciones. Los profetas han prometido que si llevamos a cabo la noche de hogar, resultarán grandes bendiciones: El amor y la obediencia en el hogar aumentarán; la fe nacerá en el corazón de los jóvenes, y las familias “obtendrán poder para combatir las influencias y las tentaciones malignas” que las rodean4.
Si bien las noches de hogar quizás no sean experiencias perfectas todas las veces, su familia será fortalecida y bendecida gracias a los esfuerzos que usted haga. “…cada noche de hogar es una pincelada en el lienzo de nuestras almas”, enseñó el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Ninguno de esos hechos por sí solo puede parecer muy impresionante o memorable, pero así como las pinceladas… se complementan entre sí y producen una obra maestra impresionante, de la misma manera nuestra constancia en acciones aparentemente pequeñas puede llevarnos a alcanzar resultados espirituales significativos”5.