2015
Sigan adelante con fe
Abril de 2015


Sigan adelante con fe

Del discurso “Nevertheless I Went Forth”, pronunciado en un devocional de la Universidad Brigham Young el 4 de febrero de 2014. Para leer el discurso completo en inglés, vaya a speeches.byu.edu.

Cuatro lecciones sobre la forma en que Nefi tomó decisiones de manera inspirada pueden disminuir sus temores y aumentar su confianza para seguir adelante.

composite of Nephi praying and a modern youth praying

Detalle de El espíritu de la oración, por Claudio Roberto Aquiar Ramires.

Ustedes, los jóvenes adultos, viven ahora en lo que se ha llamado “la década de las decisiones”; están tomando muchas de las decisiones más importantes de su vida, tales como “ir al templo, servir en una misión, adquirir una educación académica, escoger una profesión, elegir una compañera o compañero y sellarse en el santo templo por esta vida y por toda la eternidad”1.

Me dirijo particularmente a los que luchan con una o más de estas decisiones importantes, a algunos que quizá estén casi paralizados por el temor de tomar la decisión incorrecta o que necesiten reafirmación para seguir confiando en una decisión que tomaron anteriormente.

Hay cuatro lecciones que se derivan de la forma en que Nefi tomó decisiones de manera inspirada y que, si se aplican, pueden disminuir sus temores y aumentar su confianza para seguir adelante.

1. Obedezcan los mandamientos

El último versículo del sagrado registro de Nefi resume su vida: “…porque así me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer” (2 Nefi 33:15).

La fe que Nefi tenía en el Salvador y el amor que sentía por Él se manifiestan en su obediencia a los mandamientos de Dios. El oró (véase 1 Nefi 2:16); leyó las Escrituras (véase 1 Nefi 22:1); y pidió y siguió la guía de un profeta viviente (véase 1 Nefi 16:23–24). Esa obediencia permitió que el Espíritu Santo acompañara a Nefi de manera poderosa durante su vida y dio como resultado revelación personal continua.

Ustedes también deben mantenerse cerca del Señor por medio de la obediencia a los mandamientos de Dios. Testifico que la obediencia constante a las cosas pequeñas, tales como leer las Escrituras, orar diariamente, asistir a las reuniones de la Iglesia, prestar atención al consejo de los profetas vivientes y servir a los demás los hará merecedores del Espíritu, así como de la revelación que eso conlleva.

La perfección no es un requisito previo para recibir revelación personal; el requisito es el arrepentimiento diario (véase Romanos 3:23). Si su arrepentimiento es sincero y completo (véase D. y C. 58:42–43), el poder purificador de la Expiación hará posible que tengan el Espíritu para que los guíe en las decisiones importantes de la vida.

2. Sigan adelante con fe

Pónganse en la situación de Nefi. Su padre les dice que el Señor ha mandado a su familia que abandonen sus riquezas y que partan para el desierto. ¿No querrían conocer los detalles de su viaje y su destino?

Supongo que a Nefi le hubiera encantado que el Señor le revelara claramente su futuro, pero ésa no fue la forma en que Dios actuó con Nefi, y no es la forma en que lo hará con ustedes.

Conforme la familia de Nefi viajaba por el desierto, él recibió instrucciones sólo “de cuando en cuando” (1 Nefi 16:29; 18:1). El ver con certeza la trayectoria de su vida desde un principio no le hubiera brindado el tipo de experiencias que engrandecen el alma y que promueven la fe, las cuales le ayudaron a llegar a ser más como Cristo.

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Si ustedes están esperando a que Dios les revele qué carrera estudiar, con quién casarse, qué empleo aceptar, dónde vivir, si deben o no realizar estudios de postgrado, y cuántos hijos tener, es muy probable que nunca salgan de su apartamento. Les testifico que la revelación personal sólo llega “de cuando en cuando”.

Nuestro Padre Celestial desea que progresemos, y eso incluye desarrollar nuestra capacidad de sopesar hechos, formar opiniones y tomar decisiones. No obstante, también nos invita a que le presentemos, en oración, nuestras decisiones (véase D. y C. 9:7–9). El élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado que recibimos las respuestas a nuestra oraciones “de una de estas tres maneras”2:

Seguridad confirmadora

“Primero”, dijo el élder Scott, “sentirás la paz, el consuelo y la seguridad que confirma que tu decisión es correcta”3. Mi esposa Christy y yo hemos notado que esa seguridad para las decisiones críticas de la vida se puede comunicar por medio de las Escrituras, a menudo después de la adoración en el templo.

Por ejemplo, tras mucha meditación y oración, decidimos abandonar nuestra nueva casa de ensueño en Texas, aceptar una traslado en el trabajo y mudarnos con seis hijos pequeños a Pekín, China. Sin embargo, teníamos el gran deseo de recibir una confirmación espiritual en cuanto a un cambio tan trascendental. Recibimos esa seguridad divina en el templo, al estar leyendo estas palabras de Doctrina y Convenios: “…es mi voluntad que… [no] demores muchos días en este lugar… no pienses en tus bienes. Ve a las tierras del Este” (D. y C. 66:5–7).

La voz de Jesucristo en las Escrituras, acompañada por fuertes sentimientos del Espíritu Santo, confirmaron que nuestra decisión de mudarnos a China era la correcta.

Sentimiento de inquietud

La segunda forma en que el Padre Celestial responde a las oraciones es mediante un “sentimiento de inquietud, de estupor de pensamiento que indica que lo que has escogido no es lo correcto”4.

Después de haber servido en una misión en Taiwán, pensé que el derecho internacional sería una buena carrera para mí. Al considerar Christy y yo ese posible futuro, comprendimos que nos esperarían cinco años más de estudios costosos.

La economía de los Estados Unidos estaba en una profunda recesión y teníamos fondos limitados, de manera que pensamos que el unirme a la reserva de la Fuerza Aérea sería una buena opción para pagar mis estudios. Sin embargo, al tomar los exámenes requeridos y llenar los papeles necesarios, simplemente no nos sentimos seguros de hacer ese compromiso. No nos sobrevino ningún estupor de pensamiento ni sentimiento sombrío alguno; simplemente sentimos la ausencia de paz.

Esa decisión financiera aparentemente ilógica fue inspirada, en parte, ¡porque yo hubiera sido un pésimo abogado!

Confianza divina

Dios contesta las oraciones de una tercera manera: no dándonos una respuesta. “Cuando vives dignamente y lo que has elegido está de acuerdo con las enseñanzas del Salvador y necesitas actuar”, dijo el élder Scott, “sigue adelante con confianza”5.

El último intento de Nefi por obtener las planchas de bronce ilustra la manera en que debemos proceder con confianza divina. Él escribió:

“…iba guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer.

“No obstante, seguí adelante” (1 Nefi 4:6–7).

Llegarán momentos durante su década de las decisiones en que ya no podrán postergarlo más y deberán actuar. He aprendido que, tal como enseñó el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, “recibiremos la inspiración del Espíritu cuando hayamos hecho todo lo que esté a nuestro alcance; cuando estemos trabajando bajo el sol, no cuando estemos descansando en la sombra orando para recibir dirección en cuanto al primer paso que debemos tomar”6.

Al igual que le sucedió a Nefi, a su debido tiempo, el Espíritu les confirmará o advertirá en cuanto al camino que hayan seleccionado.

3. Vivan en el presente

La devoción de Nefi en el viaje a la tierra prometida constituye un marcado contraste con la de sus hermanos Lamán y Lemuel. Ellos decidieron ir, pero su corazón nunca abandonó Jerusalén. Mientras Nefi estaba arreglando su arco roto para cazar alimentos y extrayendo minerales para construir un barco, parecería que sus hermanos hubiesen estado holgazaneando en una carpa.

En la actualidad, el mundo cuenta con muchos Lamanes y Lemueles, pero el Señor necesita hombres y mujeres devotos como Nefi. Ustedes progresarán más en la vida cuando estén completamente comprometidos con sus decisiones y se esfuercen por sobresalir en sus circunstancias actuales al mismo tiempo que planeen para el futuro.

Nefi es ejemplo del sabio consejo del presidente Thomas S. Monson: “El soñar en el pasado y añorar el futuro quizás brinde consuelo, pero no tomará el lugar de vivir en el presente. Hoy es el día de nuestra oportunidad, y debemos aprovecharla”7.

4. Apóyense en la fortaleza de los demás

Incluso después de haber buscado la guía del Espíritu, de seguir adelante con nuestra decisión y de estar completamente comprometidos con ella, es posible que surjan dudas que causen que la cuestionemos. En esas circunstancias, un familiar o amigo de confianza puede brindarnos consejo y fortaleza para ayudarnos a mantener el rumbo. Yo creo que, en el transcurso de su viaje, la esposa de Nefi se convirtió en su fiel sostén.

Llegué a apreciar a la esposa de Nefi cuando visité el Museo de Historia de la Iglesia. Quedé cautivado por una pintura que había allí de Nefi amarrado al mástil de un barco, completamente empapado durante una tormenta torrencial8.

A su lado se encontraban su esposa y uno de sus hijos. Ella estaba en medio de la misma tormenta y sobrellevaba los mismos desafíos que Nefi, pero sus ojos tenían una mirada desafiante y sus fuertes brazos rodeaban los hombros de Nefi en actitud de protección. En ese momento me di cuenta de que yo también tenía la bendición de tener una esposa leal que me ofrecía fortaleza en mis momentos de prueba, y esperé también ser una fortaleza similar para ella.

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Hermanos, el preservar y aumentar la fortaleza espiritual que han cultivado (o que cultivarán) como misioneros, o en cualquier servicio recto que brinden, es su mejor recurso para llegar a ser un esposo y padre aceptable. Hermanas, la sensibilidad espiritual, la fe y el valor de seguir a Jesucristo se encuentran entre sus mejores cualidades como esposas y madres.

Los insto a llegar a ser el tipo de persona al que su cónyuge actual o futuro pueda recurrir para obtener fortaleza y consejos sabios. Un hombre virtuoso y una mujer digna, sellados por esta vida y por toda la eternidad en el templo, pueden lograr cosas difíciles como compañeros iguales.

Les prometo que si aplican las lecciones que aprendemos de Nefi y de los profetas modernos en cuanto a tomar decisiones, serán guiados por el camino con revelación personal “de cuando en cuando”. A medida que vayan progresando por su década de las decisiones, ruego que ustedes, como Nefi, tengan la fe para decir:

“…iba guiado por el Espíritu, sin saber de antemano lo que tendría que hacer.

“No obstante, seguí adelante” (1 Nefi 4:6–7).

Notas

  1. Robert D. Hales, “Al Sacerdocio Aarónico: Cómo prepararse para la década de las decisiones”, Liahona, mayo de 2007, pág. 48.

  2. Richard G. Scott, “Utilizar el don supremo de la oración”, Liahona, mayo de 2007, pág. 10; cursiva presente en el texto original.

  3. Richard G. Scott, “Utilizar el don supremo de la oración”, pág. 10.

  4. Richard G. Scott, “Utilizar el don supremo de la oración”, pág. 10.

  5. Richard G. Scott, “Utilizar el don supremo de la oración”, pág. 10.

  6. Dallin H. Oaks, “En Su propio tiempo y a Su propia manera”, Liahona, agosto de 2013, pág. 26.

  7. Thomas S. Monson, “En busca de tesoros”, Liahona, mayo de 2003, pág. 21.

  8. Véase Ayuda idónea, por K. Sean Sullivan, en “Un vistazo mundial al Libro de Mormón”, Liahona, diciembre de 2000, pág. 37.