¿Por qué debo perdonar a alguien responsable de causarme daño?
Muchos de nosotros tenemos dificultades para cumplir con el mandamiento de perdonar a todo el mundo; pero el Señor ha dicho que debemos hacerlo o estaremos cometiendo un pecado mucho mayor (véase D. y C. 64:9–11). Eso es algo que tal vez al principio no tenga mucho sentido, pero el Señor está intentando ayudarnos a llegar a ser más como Él y a sentir mayor gozo. Si depositamos nuestra carga en Él y abandonamos el enojo, la amargura y el dolor, obtendremos paz en esta vida y grandes bendiciones en las eternidades. Tal vez requiera tiempo, lágrimas, ayuno, oración, hablar con los líderes del sacerdocio e ir al templo, pero merecerá la pena.
El presidente Dieter F. Uchtdorf, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, enseñó:
“Debemos librarnos de nuestros resentimientos. Parte del propósito de la vida terrenal es aprender a liberarnos de esas cosas. Ésa es la manera del Señor.
“Recuerden que el cielo está lleno de aquellos que tienen esto en común: Han sido perdonados y perdonan” (“Los misericordiosos obtienen misericordia”, Liahona, mayo de 2012, pág. 77).