Buenos abuelos
La autora vive en el estado de Utah, EE. UU.
Andrew no estaba seguro del Día de traer los padres a la escuela.
“Una familia Dios me dio; la amo de verdad” (Canciones para los niños, pág. 98).
“¡Andrew! ¡El autobús ya llegó! le llamó Nana.
Andrew corrió a la puerta. Se despidió de Nana, Papa, y su hermanita Amy. Amy era muy pequeña para ir a la escuela, así que ella se quedaba en casa con Nana y Papa.
A Andrew le gustaba la escuela. Le gustaba jugar con sus amigos en el recreo. También le gustaba su maestra, la señorita Kimball.
Una mañana después del recreo, la Srta. Kimball dijo: “La próxima semana vamos a tener el Día de traer un padre a la escuela. Cuando vengan, asegúrense de decirles a sus padres que traigan algo de su trabajo para mostrarnos. ¡Estamos emocionados por escucharlos!”.
La cara de Andrew se enrojeció. Él no tenía nada que decir acerca de sus padres. Él no recordaba mucho acerca de su mamá. Ella se fue cuando era pequeño. Y Andrew ni siquiera conocía a su padre.
Andrew escuchaba mientras los otros niños hablaban de sus mamás y papás. La mamá de Tony era bombero y el papá de Jessica trabajaba en el zoológico. ¡Todos esperaban que el papá de Jessica trajera un mono o un perezoso a la clase!
“¿Y tus padres?”, le preguntó Tony a Andrew.
Andrew bajó la mirada y se encogió de hombros. “Vivo con mis abuelos”.
Andrew amaba a Nana y Papa, pero ellos no tenían trabajos emocionantes. Nana vendía cobijas y ropa de bebé. Papa manejaba un gran camión transportador de comida. Andrew no estaba seguro del Día de traer los padres a la escuela.
Esa noche Andrew leyó el primer capítulo del Libro de Mormón:“Yo, Nefi, nací de buenos padres …” (1 Nefi1:1).
“No vivo con mis padres”, pensó Andrew, “solamente vivo con mi Nana y mi Papa”.
Justo en ese momento, Amy entró al cuarto de Andrew abrazando una suave cobija. Ella la sostuvo para que Andrew la viera. “¡Nana la hizo!”.
“Sí, Nana te hizo esa cobija”. Andrew dejó ver una pequeña sonrisa.
Pensó en todas las cosas buenas que Nana hacía por él: le hacía el desayuno antes de ir a la escuela, le ayudaba con las tareas, jugaba con él y con Amy. Nana era muy parecida a una madre.
Luego Andrew pensó en Papa. Cada noche Papa le leía historias a Andrew. También le ayudaba con las tareas. Hasta le enseñó a Andrew a andar en bicicleta. Papa era muy parecido a un padre.
La sonrisa de Andrew se agrandó. Él estaba muy agradecido de tener a Nana y Papa. Aunque aún se sentía nervioso de llevar a un abuelo a la escuela, iba a estar bien. “Tal vez no tenga buenos padres”, pensó, “pero tengo buenos abuelos y eso es algo especial”.
En el Día de traer padres a la escuela, Andrew se sentó con Papa en la parte de atrás del salón de clase y escuchó a los padres de los otros niños. La mamá de Tony trajo su uniforme de bombero. Dejó que todos se probaran el casco. El padre de Jessica trajo una tortuga del zoológico.
“Tu turno, Andrew”, dijo la Srta. Kimball.
Andrew pasó al frente del salón de clases con Papa. Respiró hondo y dijo: “Mi Papa maneja un camión grande que reparte comida. Él conoce a muchas personas y trabaja muy duro”.
Andrew miró hacia arriba y vio que Papa sonreía. Luego Papa habló de manejar su camión. ¡También les dio a todos un refrigerio de su trabajo! Los niños en la clase de Andrew le hicieron a Papa muchas preguntas acerca de su trabajo.
Andrew estaba feliz de tener a Papa con él. Él, Papa, Nana y Amy eran una familia, y eran una buena familia.