Plan de Área México 2019
Mensaje por Elder Arnulfo Valenzuela, Presidente del Área México
Este año hemos definido una visión en el Plan del Área México. Esta visión nos invita a que podamos “ministrar a todos los hijos e hijas de Dios para que vengan a Jesucristo, reciban las ordenanzas sagradas y guarden los convenios y tengan la vida eterna”.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “¡Nuestro mensaje al mundo es sencillo y sincero! Invitamos a todos los hijos e hijas de Dios en ambos lados del velo a venir a su Salvador, recibir las bendiciones del santo templo, tener gozo duradero y calificar para la vida eterna” (Russell M. Nelson, “Trabajemos hoy en la obra”, Conferencia General, abril, 2018).
Consideramos como hijos de Dios a todas las personas que viven y que han vivido en este mundo. Esto incluye a los miembros de la Iglesia, a las personas que no son miembros de la Iglesia restaurada, y a todos aquellos que ahora están del otro lado del velo. Esta es una época maravillosa en la que el Señor nos ha dado los medios para ministrar a cada una de estas personas. Por ejemplo, para ayudar a los miembros de la Iglesia tenemos ahora cuórums y Sociedades de Socorro, que han sido fortalecidos y que podrán organizarse para dar ánimo, alivio y consuelo a aquellos que les sean asignados.
En la actualidad tenemos gran flexibilidad en la forma en que ministramos a otros. Se nos ha sugerido que podemos hacer contacto con ellos por medio de las redes sociales, enviarles una nota, llamarles por teléfono, visitarlos en su casa y al final del trimestre tener una entrevista con nuestros líderes para dar un reporte. Esperamos que al ministrarnos los unos a los otros, no perdamos la visión de ayudar a nuestros hermanos a recibir las ordenanzas del Evangelio, guardar los convenios que han hecho con Dios y llegar a ser autosuficientes temporal y espiritualmente.
Nuestros amigos, vecinos, compañeros de trabajo y de la escuela también pueden recibir las bendiciones de la ministración. El Señor ha llamado y enviado a los misioneros de tiempo completo para invitarles a venir a Cristo por medio de su Evangelio restaurado y ayudarles a hacer convenios con el Señor. A nosotros nos corresponde parte en la ministración de estas maravillosas personas. Cuando pensamos y oramos por ellos, recibiremos inspiración para saber a quién extender la invitación de leer el Libro de Mormón, asistir con nosotros a la capilla o a una actividad con nuestra familia y escuchar a los misioneros.
También podemos ministrar a nuestros antepasados que están del otro lado del velo, al trabajar con nuestra historia familiar. Ahora más que nunca es sencillo buscar, encontrar y llevar al templo el nombre de nuestros antepasados para hacer las ordenanzas salvadoras. En México tenemos trece templos y uno más que se ha anunciado en la ciudad de Puebla. Las puertas de estos lugares santos están abiertas para recibirnos y ayudarnos a realizar el trabajo por nuestros seres queridos. La juventud de la Iglesia es uno de los recursos más valiosos que el Señor tiene en esta dispensación para ayudar con la obligación de ministrar a las personas de este y del otro lado del velo.
El Señor nos ha prometido la vida eterna si logramos amarlo sobre todas las cosas, hacer convenios con Él y serle fiel hasta el final. De igual forma, amar y servir a nuestros semejantes es otra de las condiciones para heredar la vida eterna.
Los invito a todos a estudiar, orar y meditar sobre la visión del Plan de Área para que, al comprenderlo, puedan establecer metas personales, de familia y en sus barrios y estacas. Al hacerlo, estaremos mejor preparados para cumplir lo que el Señor nos ha mandado de ministrar a todos Sus hijos e hijas.
El Señor nos ama y quiere bendecirnos. Sé que Él vive, que es nuestro Redentor y Salvador.