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¿Qué podemos aprender de la alegoría del olivo?
Jacob 5–7 (16 – 22 marzo)
En la alegoría del olivo, el amo de la viña descubre que su olivo está pudriéndose y dice: “Lo podaré [el árbol], y cavaré alrededor de él, y lo nutriré” (Jacob 5:4).
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Al podar se quitan las ramas muertas y el fruto malo de un árbol. El amo cortó las ramas muertas y las echó al fuego (véase Jacob 5:9). ¿Cómo puede Dios ayudarnos a “podar” nuestra vida de pecados y debilidades?
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Cavar incluye eliminar obstáculos, como las malas hierbas que crecen alrededor de los árboles. Al cavar se garantiza que nada impedirá la capacidad de crecer de un árbol. ¿Qué obstáculos nos impiden crecer espiritualmente?
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La nutrición mantiene saludable el árbol al proporcionarle minerales y otros nutrientes. Al igual que los árboles, nuestro espíritu precisa de nutrición. ¿Cómo podemos nutrir nuestro espíritu?
A lo largo de la alegoría, el amo y su siervo visitan la viña varias veces (véase Jacob 5:15–18, 29–32, 37–42). En cada ocasión, se repite el proceso de podar, cavar y nutrir.
El amo de la viña representa a Jesucristo; el árbol y las ramas representan a Su pueblo. Esta alegoría es mucho más que una historia sobre árboles y frutos; constituye un testimonio poderoso de la participación de Dios en la vida de Sus hijos, y de la misión del Salvador y Su amor por todo el género humano.