Voces de los Santos de los Últimos Días
Mi experiencia al asistir a las clases de Seminario por medio de la tecnología
Continuar asistiendo a las clases de Seminario de manera virtual, y la motivación constante de la maestra, han hecho más fácil para mí quedarme en casa durante la cuarentena.
Este es mi primer año como alumno de Seminario. Cuando empezaron las clases en febrero, me levantaba a las cuatro de la mañana para llegar a tiempo a la clase que comenzaba a las cinco. Me subía a mi bicicleta y conducía emocionado a la capilla para asistir a la clase de la hermana Elizabeth Barquero, a quien con cariño llamamos “hermana Liz”. En la clase disfrutábamos de momentos agradables en los que compartíamos juntos la lectura y alguna actividad que la hermana Liz tenía preparada.
Regresaba rápido a casa para tomar mi mochila de útiles, dejaba mis Escrituras y salía a tomar el autobús para ir al colegio. No era nada fácil levantarme tan temprano. Mis padres estaban pendientes de que me despertara y estuviera listo a tiempo. Durante el día recordaba lo que había aprendido en Seminario y nuevamente volvía a casa para hacer tareas y estudiar Ven, sígueme.
En las clases presenciales aprendí mucho sobre lo que el pueblo nefita tuvo que pasar para preservar los escritos sagrados. Ellos se esforzaron mucho para que nosotros tengamos hoy el Libro de Mormón y podamos comprender, de una mejor forma, el plan de felicidad que el Padre Celestial tiene para cada uno de nosotros.
Asistir a Seminario por medio de la tecnología ha sido una experiencia nueva y edificante para mí. Estas clases me han ayudado a saber que cuando guardamos los mandamientos y somos obedientes, el Señor nos bendice grandemente y nos ayuda a superar cualquier situación por la que estemos pasando.
Con toda seguridad puedo testificar que siento el Espíritu cada vez que leo las Escrituras. A pesar de todo lo que estamos viviendo debido a la pandemia, al orar puedo sentir que nuestro Padre Celestial nos protege y nos ayuda en todas las cosas. Incluso sé que Él nos está preparando en este tiempo para poder servirle como líderes de la Iglesia en un futuro.
Las clases de Seminario de manera virtual son una gran herramienta que tenemos en casa para evitar las tentaciones de Satanás; quien siempre trata de apartarnos de la verdad. Debemos esforzarnos por permanecer firmes en la Iglesia y saber que, al aferrarnos de la mano de Dios, estaremos protegidos.
La hermana Liz siempre nos motiva y nos recuerda las bendiciones que vienen de estudiar las Escrituras. Ella nos ayuda para que podamos pasar la cuarentena de una manera más tranquila, en compañía del Espíritu.
Las clases de Seminario me ayudan a saber que debemos confiar en nuestro Padre Celestial y creer que Él y Jesucristo están a nuestro lado. Nos acercamos a ellos por medio de nuestras oraciones individuales y familiares. También he aprendido que podemos escuchar Su voz al leer las Escrituras, mientras hacemos las tareas de Seminario, y también al obedecer a nuestros padres y líderes.