“Latter-day Saint Charities” hace importantes contribuciones para aliviar los efectos de la pandemia en Cataluña
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, por medio de “Latter-day Saint Charities”, hizo el pasado año una importante contribución de mascarillas quirúrgicas al Hospital Parc Taulí y a la “Fundación Idea”. “Latter-day Saint Charities” también coordinó varios proyectos con la Cruz Roja para ayudar a las familias que han sufrido los efectos del COVID-19 en Sabadell.
Como parte de esos proyectos de servicio, se donaron alimentos y material para bebés a la Fundació del Convent de Santa Clara, en Manresa, y material sanitario al Hospital Universitari Arnau de Vilanova. “Latter-day Saint Charities” ha colaborado con otras organizaciones como la Agència de Salut Pública de Lleida y la Fundació Sant Hospital de La Seu d’Urgell.
Concretamente en La Seu d’Urgell la Iglesia ha donado productos infantiles al proyecto Aliments per la Solidaritat, que gestiona el Consorcio de Atención a las Personas del Alt Urgell (CAPAU) con la colaboración de Cruz Roja. Esos productos se entregaron a su vez a las familias de la comarca que sufrieron con más gravedad los efectos económicos derivados de la pandemia.
Entre los productos que se entregaron había pañales de todas las tallas, toallitas, champús, colonias, lociones, cremas, biberones, tetinas, cucharas de silicona, baberos desechables, chupetes y anillas de dentición, que se agruparon en lotes para que cada familia tuviera un surtido lo más completo posible.
El presidente del CAPAU y alcalde de la Seu d’Urgell, Jordi Fàbrega, y la teniente de alcalde de atención a las personas, Marian Lamolla, expresaron públicamente su “agradecimiento a ‘Latter-day Saint Charities’ por su solidaridad con la donación de unos productos infantiles que representarán una importante ayuda para las familias más vulnerables de la comarca”.
En 2020, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días llevó a cabo más de 110 proyectos de ayuda por el COVID-19 en 57 países. La mayoría de estos programas se realizan con socios de agencias humanitarias, ministerios de salud y hospitales, permitiendo así que los recursos de la Iglesia se utilicen en lugares donde pueden hacer un trabajo eficaz.