2022
La unión del cuerpo y del espíritu en el Plan de Salvación
Marzo de 2022


Sección doctrinal

La unión del cuerpo y del espíritu en el Plan de Salvación

El monismo en Filosofía afirma que, aunque haya muchas cosas, todas ellas son materiales; es decir, que hay una sola especie de sustancia o de realidad en todo lo que existe. Por el contrario, el dualismo afirma que existen dos sustancias: lo material y lo espiritual.

José Smith enseñó sobre este asunto que todo lo que existe es material, y que hasta lo espiritual es materia, aunque más refinada y pura; y que nuestros cuerpos, cuando resuciten, seguirán siendo materiales, aunque se dirá de ellos que son “espirituales”, porque serán puros e inmortales (cfr. D. y C. 131:7; Manuscript History of the Church, Volume D-1, p. 1552, josephsmithpapers.org).

José Smith enseñó también lo siguiente sobre la naturaleza del espíritu: “Hallaremos una gran diferencia entre el cuerpo y el espíritu. Se supone que el cuerpo es materia organizada, y el espíritu, según muchos, es inmaterial y sin substancia. Nos permitimos impugnar esta última declaración, y diremos que el espíritu es una substancia; que es materia, pero materia más pura, elástica y refinada que el cuerpo; que el espíritu existió antes que el cuerpo, y que puede existir en el cuerpo y también por separado, cuando el cuerpo, muerto ya, se convierta en polvo. Y sabemos también que en la resurrección los dos, cuerpo y espíritu, se unirán de nuevo” (Manuscript History of the Church, Volume C-1, p. 1307; josephsmithpapers.org).

Cuando José Smith enseñó que “No hay tal cosa como materia inmaterial”, reafirmó su concepción monista de la realidad. De esta manera, contradecía lo que ha enseñado el cristianismo durante siglos, de que hay dos sustancias: lo material y lo espiritual. Y esta interpretación dualista de la realidad, unida a la religión llamada maniqueísmo, con sus enseñanzas de que en el principio había dos sustancias: la luz, equiparada con el bien y con Dios, y la oscuridad, equiparada con el mal y con la materia, hizo que la materia quedara excluida del Plan de Salvación, por ser malvada.

Esta creencia de que la materia es malvada produjo una actitud negativa sobre todo lo que fuera material, desvirtuando las enseñanzas sobre la creación y el propósito de un universo material; sobre el cuerpo físico y su papel en la vida de los seres humanos; sobre las enseñanzas de un Dios bajando a la tierra a tomar un cuerpo físico y a ejercer su ministerio terrenal entre los hombres, y también sobre la necesidad de una resurrección física. Por eso son tan importantes estas enseñanzas de José Smith, uniendo lo material y lo espiritual como una sola substancia.

La importancia de esta recuperación de la materia para el Plan de Salvación se muestra en esta revelación que recibió José Smith en Kirtland, Ohio, el 27 de diciembre de 1832: “Y el espíritu y el cuerpo son el alma del hombre. Y la resurrección de los muertos es la redención del alma” (D. y C. 88:15–16). Y en otra revelación recibida también en Kirtland, el 6 de mayo de 1833, se enseña que la plenitud de gozo es fruto de esa unión del cuerpo físico y del cuerpo espiritual, y que esa plenitud no se puede recibir si están separados (cfr. D. y C. 93:33–34). Por eso, el espíritu vive la separación de su cuerpo físico como un cautiverio (cfr. D. y C. 45:17; 138:50), esperando la resurrección. Y Jacob, el hermano de Nefi, enseñó que, sin la resurrección, acabaríamos sometidos al diablo y llegaríamos a ser tan miserables como él, cuyo castigo es no tener un cuerpo físico.