Voces de los Santos
De cosas pequeñas proceden las grandes
Seguir al Salvador es un proceso continuo en nuestra vida.
A lo largo de mi vida el Evangelio ha sido una gran bendición y causa de gran gozo. Cuando me bauticé, me sentí sumamente feliz y con un compromiso fuerte y personal de seguir a nuestro Señor Jesucristo.
Aprendí que la oración, el estudio diario de las Escrituras, asistir a la Iglesia, entre muchas otras cosas, me ayudarían a estar más fortalecido y a tener una mayor cercanía con Dios.
Una actividad muy especial era la Noche de Hogar. Mis hijos aún estaban pequeños y era un desafío mantener el orden; sin embargo, junto con Erika, mi esposa, entendimos la importancia de encaminar a nuestros hijos en la fe, la luz y la verdad. Aunque nuestro entendimiento no era perfecto, escogimos ser obedientes a lo que el Señor requería de nosotros.
Durante muchos años continuamos haciendo la Noche de hogar, crecimos como familia dentro de un espíritu de amor, paz y unidad, sin imaginar el gran efecto que causaría en nuestras vidas. Me di cuenta de ello cuando nuestros hijos salieron a servir una misión. Primero fue nuestra hija mayor Erika en 2016, luego Ana en 2017. Nuestra tercera hija, Lineth salió en 2019 y finalmente Fredy, quien actualmente está sirviendo una misión en Guatemala, salió en 2021.
Para cada uno de nuestros hijos, servir al Señor ha sido una experiencia de gran crecimiento espiritual. Seguir al Salvador es un proceso continuo en nuestra vida, empezando con pequeños pasos de fe que nos llevarán a las grandes bendiciones de la exaltación que es la vida eterna.
Sé que vivir el Evangelio en el hogar es fundamental y nos ha ayudado a desarrollar un carácter espiritual, estar preparados para vencer la adversidad, servir al Señor y tener gozo en esta vida y en la eternidad.