“Jesucristo: El centro de nuestra fe”, Liahona, agosto de 2024.
Ven, sígueme
Jesucristo: El centro de nuestra fe
That Ye May Know [A fin de que sepáis], por Gary L. Kapp, prohibida su reproducción
En los textos hebreos, el quiasmo es una estructura poética en la que se presentan palabras o ideas, luego se repiten en orden inverso y el centro es el punto central y más importante. La repetición se intensifica en la segunda mitad y hace hincapié en el mensaje principal. En Alma 36 se encuentra un ejemplo que ilustra la belleza de este esquema.
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Guarda los mandamientos (versículo 1)
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Él de cierto, los libró (versículo 2)
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Sostenido en las tribulaciones, dificultades y aflicciones (versículo 3)
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Yo no sé de mí mismo; sino de Dios (versículo 4)
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Penas de un alma condenada (versículo 16)
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Me acordé de Jesucristo (versículo 17)
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Clamé: “¡Oh Jesús, Hijo de Dios!” (versículo 18)
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Gozo tan profundo como lo había sido el dolor (versículo 20)
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Mi conocimiento viene de Dios (versículo 26)
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Sostenido en las tribulaciones, dificultades y aflicciones (versículo 27)
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Él me librará (versículo 27)
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Guarda los mandamientos (versículo 30)
Observe que el Salvador es el centro de este ejemplo de quiasmo. El élder Richard G. Scott (1928–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó acerca de las bendiciones de centrar nuestra vida en Jesucristo: “La […] felicidad perdurable, conjuntamente con la fortaleza, la valentía y la capacidad de vencer las dificultades más grandes, la obtendrás a medida que centres tu vida en Jesucristo”.
Sabemos que tener fe en el Salvador nos bendecirá eternamente, pero a veces olvidamos cómo el tener fe puede bendecirnos ahora. Mediante un quiasmo, Alma 36 nos muestra el poder de la fe y cómo todo señala a Jesucristo.
Los siguientes pasajes de las Escrituras, de diferentes lecciones de Ven, sígueme de agosto, muestran cómo la fe en Cristo nos da poder:
Él nos librará
Si estamos atrapados por pensamientos, sentimientos o situaciones dañinos, la fe en Cristo puede ayudarnos a liberarnos.
“Esta, pues, fue la fe de aquellos de que he hablado; son jóvenes, y sus mentes son firmes, y ponen su confianza en Dios continuamente […].
“Y he aquí, nuevamente somos librados de las manos de nuestros enemigos. Y bendito es el nombre de nuestro Dios porque, he aquí, él es quien nos ha librado”.
Podemos buscar y encontrar respuestas
Tener fe en Cristo puede ayudarnos a encontrar respuestas si hay algo que no entendemos o no sabemos.
“Hay muchos misterios que permanecen ocultos, que nadie los conoce sino Dios mismo. Pero te manifiesto una cosa que he preguntado diligentemente a Dios para saber concerniente a la resurrección”.
Nuestra alma se henchirá de gozo
La fe en Jesucristo puede despejar las oscuras nubes de nuestra mente e iluminar nuestro corazón con gozo.
“Se volvieron más y más fuertes en su humildad, y más y más firmes en la fe de Cristo, hasta henchir sus almas de gozo y de consolación”.
Podemos vencer el temor y las aflicciones
Si tenemos fe en el Señor, Él nos ayudará durante los momentos difíciles de nuestra vida.
“Nos afligimos y también nos llenamos de temor […].
“Por lo tanto, derramamos nuestras almas a Dios en oración, pidiéndole que nos fortaleciera y nos librara […].
“El Señor nuestro Dios nos consoló con la seguridad de que nos libraría; sí, de tal modo que habló paz a nuestras almas, y nos concedió una gran fe, e hizo que en él pusiéramos la esperanza de nuestra liberación”.