“Cómo comunicar su apoyo a su hijo o a su hija que sirve en una misión”, Liahona, agosto de 2024.
Para los padres
Cómo comunicar su apoyo a su hijo o a su hija que sirve en una misión
Los siguientes principios de los líderes de la Iglesia pueden ayudarlos al brindar apoyo a su misionero.
Cuando su hijo se embarca en una misión, ya sea de servicio o de enseñanza, se experimenta una mezcla de emociones. Tal vez sientan entusiasmo, tristeza, orgullo y preocupación, todo a la vez. Su misionero también puede sentirse desanimado o desilusionado de vez en cuando, pero también sentirá gozo, amor y esperanza. Como padres y familiares, ustedes tienen la oportunidad especial de edificar y fortalecer a su misionero al comunicarse con él. La comprensión de algunos principios para entablar este tipo de comunicación puede resultar útil no solo para los padres del misionero, sino también para los familiares, amigos y líderes.
Recuérdenle su propósito
Recuérdenle a su misionero la gran obra que fue llamado a hacer. El presidente Russell M. Nelson hizo hincapié en la importancia de esta obra sagrada:
“Todo hijo de nuestro Padre Celestial merece la oportunidad de elegir seguir a Jesucristo, aceptar y recibir Su Evangelio con todas sus bendiciones […].
“Ustedes fueron enviados a la tierra en este preciso momento, el momento más crucial de la historia del mundo, para ayudar a recoger a Israel. No hay nada que esté ocurriendo en esta tierra ahora que sea más importante que eso”.
Los misioneros aprenden que su objetivo es “invitar a las personas a venir a Cristo al ayudarlas a que reciban el Evangelio restaurado mediante la fe en Jesucristo y Su Expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin”.
Ayuden a su hijo a recordar su identidad divina. Es hijo de Dios, enviado aquí en este momento porque el Padre Celestial le confió Su obra. Hagan hincapié en las maneras en que puede utilizar sus dones para bendecir la vida de los demás. Como discípulo de Jesucristo, es capaz de hacer cosas que quizás piense que exceden su capacidad.
Céntrense en lo espiritual
Aunque tal vez deseen recibir novedades de cada aspecto de la misión, no permitan que lo trivial domine la conversación. El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Céntrense en la dimensión espiritual del servicio de su hijo. Las llamadas telefónicas de un misionero a casa son maravillosas, pueden cambiar el enfoque de ‘¿Qué desayunaste?’ a […] ‘¿A qué familia o persona estás enseñando ahora y qué lección? ¿Qué es lo que más te ha fortalecido?’. A veces corremos el peligro de centrarnos en lo trivial y descuidar lo espiritual”.
Céntrense en lo espiritual al animar a su misionero a contar experiencias sobre aquellos a quienes él o ella está prestando servicio o enseñando. Consideren la posibilidad de orar por esas personas en sus oraciones personales o familiares. Escuchen atentamente cuando su misionero relate las maneras en que el Espíritu le tocó el corazón esa semana.
En lugar de contar novedades sobre programas de televisión o eventos deportivos, cuéntenle momentos trascendentales de su vida en los que el Señor los guio, consoló o les enseñó. Al hacerlo, sus conversaciones los dejarán a ustedes y a su misionero espiritualmente renovados.
Compartan el trayecto espiritual
Sus conversaciones con su misionero serán bendecidas cuando ustedes también procuren participar en la obra del recogimiento de Israel. La hermana Bonnie H. Cordon, quien fue Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, expresó lo siguiente:
“Tal vez no puedan caminar al lado de [su misionero], pero aún así pueden compartir el trayecto espiritual […].
“Realicen la obra juntos: ¡estudien, presten servicio y compartan el Evangelio de Jesucristo! Al hacerlo, ambos cosecharán las bendiciones prometidas del servicio misional”.
La hermana Cordon también dio tres sugerencias:
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“Mejoren su propio estudio de las Escrituras y transmitan sus ideas en su próximo correo electrónico.
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“Asistan al templo y únanse a ellos en la gloriosa obra de traer familias a Cristo.
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“Busquen sus propias experiencias misionales para que juntos puedan descubrir el gozo de compartir el Evangelio”.
Sea cual sea la forma en la que elijan compartir el trayecto espiritual, su gozo aumentará a medida que ambos procuren ayudar a otras personas a venir a Cristo.
En toda sus comunicaciones con su misionero, recuerden acudir al Señor. Él los inspirará para saber lo que su misionero necesita escuchar y cuándo. Ustedes y su misionero serán bendecidos a medida que aprendan, progresen y presten servicio juntos.