“Un kilo de amor”, Liahona, agosto de 2024.
Voces de los Santos de los Últimos Días
Un kilo de amor
Los momentos de crisis, escasez y tribulación pueden sacar lo mejor de cada uno de nosotros.
Para proveer para nuestra familia, mi esposo trabaja arduamente ofreciendo servicio de taxi en su motocicleta. Recientemente tuvo un accidente de tránsito, pero milagrosamente no sufrió lesiones graves. Sin embargo, necesitó recuperarse mientras se reparaba su motocicleta.
Debido a que mi esposo no podía trabajar, estábamos preocupados. No teníamos ningún otro ingreso y la crisis económica de nuestro país aumentaba aún más nuestra preocupación.
Durante la reunión sacramental del domingo siguiente al accidente de mi esposo, dos de los discursos se centraron en la compasión y cómo podíamos desarrollar ese atributo cristiano. Después, una de las miembros de nuestro barrio se me acercó para decirme que un miembro de la rama necesitaba alimentos de forma urgente. Me preguntó si podíamos donar “un kilo de amor”, un kilo (unas dos libras) de cualquier tipo de alimento que tuviéramos a mano en casa. Le dije que podía contar con nuestra ayuda.
Cuando nuestra familia llegó a casa después de la iglesia, hablé de esa conversación con mi esposo. Estábamos atravesando nuestra propia prueba, sin embargo nos sentíamos bendecidos.
“A pesar de que estamos pasando por días difíciles”, dijo él, “tenemos suficiente para sobrevivir día a día, quizás incluso con un poco de más para compartir”.
Esa tarde, un vecino que se había enterado del accidente de mi esposo nos pidió que fuéramos a visitarlo. Cuando llegamos, nos dio una caja llena de siete kilos (quince libras) de alimentos, junto con otros artículos que necesitábamos. Nos quedamos atónitos. Ninguno de nosotros había esperado semejante bendición.
Al hablar con mi esposo sobre esa experiencia, no pude evitar reconocer la mano de Dios y agradecerle Su inmenso amor por nosotros. Él había visto nuestra disposición a compartir lo que podíamos, un solo kilo de amor, y nos había bendecido multiplicando siete veces nuestra ofrenda.
Los momentos de prueba y escasez pueden sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Nos ofrecen oportunidades de desarrollar y mostrar atributos cristianos. Sé que no todos los actos de amor generan bendiciones inmediatas a cambio, pero también sé que el Señor vela por Sus hijos. Él contestará nuestras oraciones a medida que nosotros contestemos las oraciones de los demás al servir y compartir, aun cuando todo lo que tengamos para dar sea un solo kilo de amor.