LECCIÓN 28
UTAH, UN PUEBLO EN EL AISLAMIENTO
TEMAS
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En 1848, los líderes de la Iglesia prepararon una petición al gobierno de los Estados Unidos solicitando que se diera a Utah la categoría de estado o de territorio.
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En 1850 Utah pasó a ser un territorio, e inmediatamente surgieron algunos conflictos entre los Santos de los Últimos Días y los funcionarios nombrados por el gobierno federal.
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La Iglesia empleó diversos medios para congregar en Utah a los Santos de los Últimos Días en la forma más económica posible.
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Durante una década de relativa paz, los miembros de la Iglesia se establecieron firmemente y Salt Lake City llegó a ser su ciudad más grande.
EL MANUAL PARA EL ALUMNO Y LAS ESCRITURAS
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Manual para el alumno, capítulo 28, págs. 388–405.
SUGERENCIAS
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La región en la que los Santos de los Últimos Días se establecieron en 1847 pertenecía a México. Después de la guerra entre México y los Estados Unidos, toda esa región pasó a ser tierra estadounidense, según el Tratado de Guadalupe Hidalgo, escrito oficialmente el 2 de febrero de 1848 y ratificado por el presidente James K. Polk el 4 de julio de ese mismo año. Los mormones se hallaron, una vez más, en tierra de los Estados Unidos. A continuación, hicieron una petición para reclamar una organización gubernamental, pero el gobierno federal no tenía interés en prestarles ayuda, por lo que los santos vivieron bajo lo que se podría llamar una “teo–democracia”, o sea, un gobierno que combinaba lo civil con lo eclesiástico.
Todos los problemas se resolvían ante tribunales religiosos conocidos como tribunales del obispo. Una vez que Utah se convirtió en territorio, el gobierno federal nombró jueces que no eran mormones, aunque los casos criminales muchas veces se trataban en los tribunales locales, en los que en muchas ocasiones presidían miembros de la Iglesia. Analice con la clase lo que sentían los santos hacia el gobierno, así como los problemas que tuvieron que enfrentar en ese período. Howard Standbury, miembro de un grupo de agrimensura enviado para explorar el Gran Lago Salado, observó lo siguiente:
“Es absolutamente cierto que en toda la comunidad mormona prevalece un resentimiento amargo y profundo por los daños que sufrieron y las maldades que soportaron en Misuri e Illinois; es también cierto que entre los más ignorantes y, me apena decirlo, aun entre aquellos cuya inteligencia y educación debería capacitarlos para formarse opiniones más correctas, esa irritación se ha extendido hacia el gobierno general a causa de que éste se había negado a intervenir para protegerlos en esa época de dificultades; pero, de todo lo que he visto y oído, considero que es justo decir que, a pesar de esas razones de resentimiento, no podría encontrarse en toda la Unión un pueblo más leal y patriótico” (Exploration and Survey of the Valley of the Great Salt Lake of Utah; Filadelfia: Lippincott, Grambo and Co., 1852, pág. 144).
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Hablen de algunos de los primeros conflictos que surgieron entre los miembros de la Iglesia y los funcionarios territoriales. ¿Cuál fue la causa de esos problemas? ¿Qué efecto tuvieron en la Iglesia los funcionarios territoriales?
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Hablen de los diversos métodos que se emplearon para congregar a los santos en Utah. Mencione las caravanas de carromatos, los carros de mano, los barcos y los trenes. ¿Qué ventajas y desventajas ofrecía cada uno de esos medios de transporte?
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Analicen la visión y el valor de los pioneros que, después de la dura travesía de las llanuras, inmediatamente partieron a cumplir misiones por todo el mundo. El presidente Spencer W. Kimball comentó lo siguiente:
“Al leer la historia de la Iglesia, siempre me asombra la osadía de los hermanos de los primeros tiempos cuando salían al mundo a predicar; todos se las arreglaban para encontrar la forma de hacerlo. Aun en medio de la persecución y las dificultades, iban y abrían puertas que evidentemente habían quedado flojas o hasta se habían cerrado. Pienso en los valientes hermanos que empezaron a enseñar el Evangelio en tierras de indios incluso antes de que la Iglesia estuviera completamente organizada. Y ya en 1837 los Apóstoles se hallaban en Inglaterra peleando con Satanás; llegaron a Tahití en 1844, a Australia en 1851, a Islandia en 1853 y a Italia en 1850; ese mismo año fueron también a Suiza, Alemania, Tonga, Turquía, México, Japón, Checoslovaquia, China, Samoa, Nueva Zelanda, América del Sur, Francia y Hawai. El observar el progreso que hemos tenido en algunos países, mientras que en otros vecinos no hemos logrado éxito, nos hace pensar. Gran parte de aquella primera prédica se hizo al mismo tiempo que los líderes trepaban las Montañas Rocosas, plantaban la tierra y establecían su hogar. Aquello era fe, fe suprema” (“When the World Will Be Converted”, Ensign, oct. de 1974, pág. 6).
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Analicen los beneficios que obtuvo la Iglesia en los diez años que transcurrieron entre 1847 y 1857. ¿De qué manera preparó esa década a la Iglesia para los cuarenta años siguientes de persecución política? ¿Cómo afectó la “fiebre del oro” el clima temporal y espiritual de la población de la Iglesia en Utah?