LECCIÓN 46
UN PERÍODO DE PRUEBAS Y DE PROGRESO
TEMAS
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El presidente Ezra Taft Benson volvió a hacer hincapié en el estudio del Libro de Mormón y a destacar la importancia que éste tiene en la vida de los Santos de los Últimos Días.
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Los líderes de la Iglesia continuaron recibiendo dirección inspirada en cuanto a la organización de la Iglesia a medida que se extendía por todo el mundo.
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Los líderes de la Iglesia hicieron frente a diversos asuntos de actualidad que afectaban el hogar, la nación y muchas partes del mundo.
EL MANUAL PARA EL ALUMNO Y LAS ESCRITURAS
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Manual para el alumno, capítulo 46, págs. 665–680.
SUGERENCIAS
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Hable con los alumnos de la invitación que el presidente Benson y sus consejeros extendieron a los que se habían apartado de la Iglesia para que regresaran (véase el mensaje que acompañó la carta de la Primera Presidencia fechada el 23 de diciembre de 1985).
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Hablen en cuanto al consejo que dio el presidente Benson de inundar la tierra con el Libro de Mormón (véase Liahona, julio de 1987, pág. 85) y de limpiar el vaso interior (véase Liahona, julio de 1986, pág. 1).
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Hablen sobre el discurso que el presidente Benson dio sobre el orgullo (véase Liahona, julio de 1989, págs. 4–8). Analicen la influencia que el orgullo tiene en las personas. Pregunte: ¿En qué forma nos ayuda el Libro de Mormón a reconocer el orgullo y evitarlo? Pregunte a los alumnos lo que para ellos significa la siguiente declaración: “En las Escrituras no hay nada que hable de un orgullo justo” (“Cuidaos del orgullo”, Liahona, julio de 1989, pág. 4).
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Si es posible, obtenga un ejemplar de cada uno de los folletos que se mencionan con discursos del presidente Benson (de lo contrario, busque los discursos en la Liahona) dirigidos a: las madres (33111 002); los padres (33113 002; Liahona, enero de 1988, pág. 48); las mujeres jóvenes (33306 002; Liahona, enero de 1987, pág. 82); los niños (Liahona, julio de 1989, pág. 97); a los hombres solteros (Liahona, julio de 1988, pág. 49; enero de 1989, pág. 103) y a los maestros orientadores (33112 002; Liahona, julio de 1987, pág. 48). Póngalos a la vista de la clase y refiérase a la fe que se debe tener a fin de seguir los consejos del Profeta actual. Exprese su testimonio de las bendiciones que se reciben cuando se es obediente.
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Analicen las declaraciones que el presidente Benson dirigió a las madres de Sión y a los padres de Israel (véase el manual para el alumno, pág. 684). Analicen el consejo que dio a los padres. Pregunte: ¿Cuáles son las dos sagradas responsabilidades que un padre debe tomar sobre sí? Lean la siguiente declaración.
Harold B. Lee “Un hermano fue a verme y me dijo que había oído contar que un hombre había aparecido misteriosamente a un grupo de obreros del templo y les había dicho: ‘Apresúrense a almacenar todo lo que puedan para un año, o dos o tres, porque llegará un momento en que no se producirá nada’. Me preguntó qué pensaba de eso, y yo le pregunté a él: ‘¿Asistió usted a la conferencia de abril de 1936?’
“Él me respondió: ‘No, no pude’.
“Entonces le dije: ‘Pero, seguramente habrá leído el informe de lo que las Autoridades Generales dijeron en la conferencia’.
“No, no lo había leído.
“ ‘Bueno’, le dije, ‘en esa conferencia el Señor dio una revelación sobre el almacenamiento de alimentos. ¿Cómo cree que el Señor va a poder comunicarle lo que quiere que usted haga si usted no está allí cuando Él lo dice ni tampoco dedica tiempo a leerlo después que Él lo ha dicho?’
“Vivimos en un mundo de cambios constantes. El Señor va a mantener a Su pueblo bien informado, si es que éste escucha. Como dijo el presidente Clark en un inolvidable discurso: ‘No necesitamos un Profeta; lo que necesitamos es un oído atento’ (véase Conference Report, oct. de 1948, pág. 82). Ésa es la gran necesidad de nuestra generación” (véase “El lugar del Profeta Viviente, Vidente y Revelador”, por el élder Harold B. Lee”, en Un Mandato a los Maestros de Religión, 1978, pág. 133; cursiva agregada).
Pregunte cómo se relacionan estas palabras al consejo que el presidente Benson dio a los padres y a los demás. Dé testimonio de que debemos tener “un oído atento” para las palabras del profeta viviente.
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Repase con los alumnos algunas de las cuestiones morales sobre las cuales la Primera Presidencia dio su opinión en la década de 1980. ¿Cuáles de esos asuntos afectan a los miembros de la Iglesia donde ustedes viven?
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Refiérase a algunos de los cambios importantes que se efectuaron en el gobierno y en las normas de la Iglesia durante la administración del presidente Benson. Por ejemplo, la disolución de los quórumes de setentas de las estacas, el llamado a más misioneros, la aclaración de algunas de las responsabilidades de los obispos.
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Analicen los acontecimientos relacionados con la apertura de Europa oriental a la obra misional. Pregunte: ¿Qué cambios hicieron posible que muchas personas de Europa oriental aprendieran acerca de la Iglesia?
FUENTES DE ESTUDIO PARA DESARROLLAR LOS TEMAS
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Ezra Taft Benson, “Regocijémonos en Cristo”, Liahona, octubre–noviembre de 1986, págs. 2–5.
El presidente Benson explicó con detalles uno de los lemas de su presidencia: venir a Cristo; y extendió un llamado a las “ovejas perdidas” para que volvieran al redil.
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Ezra Taft Benson, “El Libro de Mormón: La clave de nuestra religión”, Liahona, enero de 1987, págs. 3–7.
El presidente Benson detalló claramente otro de los lemas de su presidencia: que los santos leyeran el Libro de Mormón y estudiaran los principios que se encuentran en el libro.
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Richard G. Scott, “Los verdaderos amigos”, Liahona, enero de 1989, pág 79.
En este discurso, el élder Scott relata la forma en que el presidente Benson hizo hincapié en la importancia del Libro de Mormón cuando estuvieron juntos durante la dedicación del Templo de la Ciudad de México.
OTRAS FUENTES DE ESTUDIO
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Mark E. Petersen, “Ezra Taft Benson, un hombre de carácter íntegro”, Liahona, julio de 1975, págs. 1–8.
Esquema biográfico del presidente Ezra Taft Benson.
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Boyd K. Packer, “Presidente Gordon B. Hinckley, Primer Consejero”, Liahona, octubre–noviembre de 1986, págs. 7–13.
El élder Packer comenta sobre la vida del presidente Gordon B. Hinckley y su contribución a la Iglesia.
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Jeffrey R. Holland, “Presidente Thomas S. Monson, siempre en la obra del Señor”, Liahona, octubre–noviembre de 1986, págs. 15–21.
Se bosqueja la vida del presidente Thomas S. Monson.