Mensaje de las Maestras Visitantes
Seamos un instrumento en las manos de Dios
Por medio de la oración, lea este mensaje y seleccione los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.
¿Qué significa ser un instrumento en las manos de Dios?
Alma 26:3: “…Y ésta es la bendición que se ha conferido sobre nosotros, que hemos sido hechos instrumentos en las manos de Dios para realizar esta gran obra”.
Bonnie D. Parkin, Presidenta General de la Sociedad de Socorro: “¿Qué significa ser un instrumento? Creo que significa cuidar con amor a los demás. José Smith lo llamó ‘actuar de acuerdo con esa compasión’ en el corazón… Existe un sinnúmero de formas de ser instrumentos en las manos de Dios. Por ejemplo, sean la clase de maestras visitantes que siempre han deseado tener; pregunten a una joven adulta soltera sobre lo que le gusta en lugar de preguntarle por qué no se ha casado; compartan en lugar de acumular; elijan con cuidado su vestimenta, su forma de hablar y sus diversiones; sonrían a su esposo o al hijo que sabe les ha causado frustración y disgustos; pongan el brazo alrededor de los hombros de una jovencita; enseñen en la guardería con un corazón feliz; demuestren por medio de su actitud que han encontrado gozo en el camino de la vida” (“Gratos momentos”, Liahona, nov. de 2005, pág. 107, 109).
Kathleen H. Hughes, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro: “El Señor ha conmovido mi espíritu una y otra vez, y, la mayoría de las veces, lo ha hecho por medio de una mano amiga… Pero quizás [sentiríamos] más de Su amor si [viésemos] la influencia de Él en los actos de las personas que [nos] atienden con cariño… Dios conoce las necesidades de Sus hijos y Él suele actuar por conducto de nosotros, inspirándonos a ayudarnos unos a otros. Cuando ponemos en práctica esa clase de inspiración, pisamos tierra santa, porque se nos brinda la oportunidad de servir en calidad de agentes de Dios en respuesta a una oración” (“Quienes nos brindan su amor: amigos que tienen el amor de Cristo”, Liahona, mayo de 2005, págs. 74–76).
¿Qué puedo hacer como instrumento en las manos de Dios?
Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia: “Ustedes pueden ser poderosos instrumentos en las manos de Dios para ayudar a llevar a cabo esta gran obra… Ustedes pueden hacer algo por otra persona que nadie más pueda hacer… Ustedes recibirán esas bendiciones y una paz reconfortante si aman a Dios ‘con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo’ [Lucas 10:27]… Si han dado lo mejor de sí, que por lo general lo hacen, su humilde ofrenda, sin importar lo que sea, será aceptable y deleitable al Señor” (“Instrumentos en las manos de Dios,” Liahona, nov. de 2005, págs. 115–116).
Presidente Gordon B. Hinckley: “No hay límite para el bien que podemos hacer, para la influencia que podemos surtir en los demás. No hagamos hincapié en la crítica ni en lo negativo. Oremos para tener fuerza; oremos para tener la capacidad y el deseo de ayudar a los demás. En las palabras del Señor a Josué: ‘esfuércense y sean valientes; no teman ni desmayen, porque Jehová su Dios estará con ustedes en dondequiera que vayan’ (véase Josué 1:9)” (“La necesidad de más bondad”, Liahona, mayo de 2006, pág. 61).