Lista de ideas
Cómo vencer la tentación
La manera más segura de superar la tentación consiste, en primer lugar, en evitarla. El presidente Boyd K. Packer, Presidente en Funciones del Quórum de los Doce Apóstoles, cuenta que visitó un parque natural africano en el que se le advirtió que permaneciera alejado hasta del más pequeño charco. Cualquier lugar con agua, incluso huellas de elefantes llenas de agua, podía fácilmente esconder un cocodrilo al acecho (véase “Cocodrilos espirituales”, Liahona, oct. de 2002, pág. 8).
Las siguientes ideas te servirán para evitar esos “charcos” peligrosos:
-
Evita lugares y situaciones en las que sepas que hay tentaciones al acecho. De lo contrario, sería como andar paseándote por una panadería cuando estás a dieta.
-
Mantén la guardia ante personas que no compartan tus normas y no las respeten. No hay nada de malo en ser amables con ellos e invitarlos a actividades sanas, pero evita entrar en su territorio.
-
Presta atención al reloj. Cuando es tarde y te encuentras cansado, tus defensas se debilitan.
Aparte de evitar la tentación, también puedes tomar medidas positivas para permanecer a salvo:
-
Opta por entretenimientos —películas, televisión, juegos, música, etc.— que se ajusten a las normas de Para la fortaleza de la juventud.
-
Dedica tu tiempo a actividades y lugares que sean buenos para ti, en compañía de personas de valores elevados.
-
Cultiva tu fortaleza espiritual al orar y estudiar las Escrituras a diario y al asistir a la Iglesia todas las semanas.
-
Mejora la memoria. Acuérdate de los convenios bautismales; acuérdate de ser digno de tomar la Santa Cena; acuérdate del Salvador y de lo que hizo por ti.
-
Aprende de memoria la letra de uno de tus himnos preferidos. Cántalo o piensa en él cuando te surjan pensamientos malsanos. También puedes recitar mentalmente los Artículos de Fe o los versículos del dominio de las Escrituras.
“…fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).