2015
¡Corramos, que nos alcanza!
Agosto de 2015


¡Corramos, que nos alcanza!

La autora vive en Utah, EE. UU.

No parecía una idea muy divertida, por lo menos para Ally.

“Bondad mostraré a todo ser; así se debe actuar” (Canciones para los niños, pág. 83).

“¡Estoy muy emocionada por ir al recreo!”, le dijo Ally a Lauren mientras colocaban sus cosas en el estante del salón de clases. “Tami acaba de decir que hoy en el recreo todos vamos a jugar a correr mientras uno trata de alcanzarnos’”.

“¡Que divertido!”, dijo Lauren, “me encanta ese juego”.

A Lauren le alegraba y le sorprendía que Tami hubiera invitado a Ally a jugar. Tami siempre había sido mala con Ally y a Lauren le alegraba que finalmente estuviera tratando de ser amable.

“Primero tengo que llevar un libro a la biblioteca, así que asegúrate de que no empiecen sin mí”. Ally sonreía mientras corría por el pasillo hacia la biblioteca.

Lauren salió corriendo hacia el patio; al llegar allí, Tami ya estaba reuniendo a los otros niños en un círculo. Lauren corrió para unirse a ellos.

“¡Dense prisa!”, exclamó Tami, mientras hacía señas para que todos se amontonaran en un círculo. “Tengo una idea divertida que les quiero decir a todos antes de que llegue Ally”.

Lauren no se sintió muy bien al oír eso.

Todos los niños se acercaron más al círculo para escuchar. “En lugar de perseguir a todos como lo hacemos normalmente”, dijo Tami, “persigamos sólo a Ally; ¡pero más vale que nadie se lo diga!”. Tami se rió; parecía sentirse muy orgullosa de sí misma.

Lauren miró a todos los otros niños del círculo; muchos de ellos habían tratado mal a Ally desde que estaban en jardín de infantes. Fue entonces que los niños empezaron a ser malos con Ally; se burlaban de ella y la molestaban; la mayoría de las veces, Tami empezaba y los demás niños la seguían.

A Lauren nunca le había gustado cómo trataban a Ally, y en ese momento decidió que no haría lo que planeaban. Ella sabía que todas las personas son hijos de Dios y se les debe tratar con bondad.

Respiró hondo y miró a Tami a los ojos. “A mí eso no me parece una buena idea; no pienso que debamos tratar así a Ally, así que yo no quiero jugar”.

Lauren se apartó del círculo y empezó a caminar sola hacia la escuela para buscar a Ally;

o por lo menos pensaba que estaba sola.

Entonces oyó: “¡Eh, espera!”. Lauren se dio la vuelta y vio a la mayoría de los niños que habían estado en el círculo con Tami. ¡No lo podía creer!

“Vamos a encontrar a Ally y empecemos nuestro propio juego”, dijo Damon.

“¡Yo también quiero jugar!”, dijo Lea. Los demás asintieron,

y Lauren sonrió. Se le quitó aquello horrible que sentía en el estómago.

“¡Buena idea!”, dijo Lauren, “Allí viene Ally”;

ella se dio la vuelta y tocó a Damon en el hombro y dijo: “Te toca a ti; ¡corramos, que nos alcanza!”, gritó, y salió corriendo hacia donde estaba Ally. Todos los niños corrieron detrás de ella.