Lo que creemos
Creemos en ser humildes
“Los orgullosos temen más al juicio de los hombres que al juicio de Dios. La idea de ‘¿qué pensarán los demás de mí?’ pesa más para ellos que la de ‘¿qué pensará Dios de mí?’”. Presidente Ezra Taft Benson
Cuando nos convertimos en miembros de la Iglesia de Jesucristo, hacemos convenio de recordarle siempre, tomar sobre nosotros Su nombre y guardar Sus mandamientos (véase D. y C. 20:77). Cualquier pecado que cometamos impide que cumplamos con ese convenio; pero hay un pecado, por encima de todos los demás, que debemos evitar, porque conduce a muchos otros: el orgullo.
“La mayoría de nosotros piensa en el orgullo como egocentrismo, vanidad, jactancia, arrogancia o altivez”, enseñó el presidente Ezra Taft Benson (1899–1994); “aunque todos estos son elementos de ese pecado, su núcleo, su esencia, no está en ellos”. Él dijo: “La característica principal del orgullo es la enemistad [odio u hostilidad]: enemistad hacia Dios y enemistad hacia nuestros semejantes”1.
La hostilidad hacia Dios se pone de manifiesto en “la actitud de decir: ‘Que se haga mi voluntad y no la Tuya’… Los orgullosos no pueden aceptar que la autoridad de Dios dé dirección a su vida… Los orgullosos quieren que Dios esté de acuerdo con ellos; pero no tienen interés en cambiar de opinión para que la de ellos esté de acuerdo con la de Dios”2.
La enemistad hacia nuestros semejantes se manifiesta de muchas maneras: “…la crítica, el chisme, la calumnia, la murmuración, el gastar más de lo que tenemos, la envidia, la codicia, la supresión de la gratitud y el elogio que podrían elevar a otra persona, y el rencor y los celos”3.
El orgullo entorpece nuestro progreso, hace daño a nuestras relaciones y limita el servicio que prestamos. El presidente Benson propuso una solución: “El antídoto contra el orgullo es la humildad, la mansedumbre, la sumisión; es el corazón quebrantado y el espíritu contrito”4. Enseñó que “la humildad responde a la voluntad de Dios, al temor a Sus juicios y a las necesidades de las personas a su alrededor… Elijamos ser humildes”5.
Las siguientes ilustraciones muestran maneras en las que podemos elegir ser humildes.