Inundar la Tierra a través de las redes sociales
De un discurso pronunciado el 19 de agosto de 2014 durante la Semana de la Educación en el campus de la Universidad Brigham Young.
Inunden la tierra con mensajes llenos de rectitud y de verdad.
Vivimos en una dispensación verdaderamente peculiar.
Una dispensación del Evangelio es un periodo en el que la autoridad del sacerdocio, las ordenanzas y el conocimiento doctrinal necesarios se encuentran en la tierra a fin de llevar a cabo el Plan de Salvación del Padre para Sus hijos. Para establecer una dispensación es esencial un siervo autorizado de Dios, cabeza de la dispensación, que posea y ejerza la autoridad y las llaves del santo sacerdocio. Se establecieron dispensaciones del Evangelio mediante Adán, Enós, Noé, Abraham, Moisés, Jesucristo, José Smith y otros. En cada dispensación, se vuelven a revelar —o se dispensan— verdades del Evangelio para que la gente de ese periodo no dependa totalmente de dispensaciones pasadas para conocer el plan del Padre Celestial.
En cada dispensación previa ocurrió una apostasía; no obstante, la obra de salvación que se inició pero que no se finalizó en esas primeras épocas continúa en la dispensación final. El profeta José Smith explicó que por esta razón, el hacer avanzar la gloria de los últimos días, incluso la dispensación del cumplimiento de los tiempos, “es una causa que ha interesado al pueblo de Dios en todas las edades; es un tema que los profetas, reyes y sacerdotes han tratado con gozo particular; han mirado adelante, con gloriosa expectativa, hacia el día en que ahora vivimos; e inspirados por celestiales y gozosas expectativas, han cantado, escrito y profetizado acerca de ésta, nuestra época”1.
En ésta, la más grande y la última de todas las dispensaciones del Evangelio, “es menester que una unión entera, completa y perfecta, así como un encadenamiento de dispensaciones, llaves, poderes y glorias se realicen y sean revelados desde los días de Adán hasta el tiempo presente. Y no sólo esto, sino que las cosas que jamás se han revelado desde la fundación del mundo, antes… escondidas de los sabios y entendidos, serán reveladas… en ésta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (D. y C. 128:18).
La dispensación del cumplimiento de los tiempos y la tecnología
Es una bendición vivir, aprender y servir en esta extraordinaria dispensación. Un aspecto importante de la plenitud que tenemos a nuestra disposición en esta época especial es un progreso milagroso de innovaciones e inventos que han posibilitado y acelerado la obra de salvación: desde trenes a telégrafos, radios, automóviles, aviones, teléfonos, transistores, televisiones, computadoras, transmisiones vía satélite, internet, y a casi una lista interminable de tecnologías y herramientas que son una bendición en la vida. Todos estos adelantos forman parte del apresuramiento de la obra del Señor en los últimos días.
En 1862, Brigham Young (1801–1877), dijo: “Todo descubrimiento de la ciencia y de las artes que es realmente útil para la humanidad se ha dado por revelación directa de Dios, aunque son pocos los que lo reconocen. Se ha dado con las miras de preparar el camino para el triunfo final de la verdad, y la redención de la tierra del poder del pecado y de Satanás”2.
Consideren ahora las palabras del presidente Spencer W. Kimball (1895–1985), que pronunció en 1974, al describir el futuro de la obra misional:
“Creo que el Señor está ansioso de poner en nuestras manos inventos que los hombres jamás han vislumbrado…
“Al proporcionar el Señor estos milagros de la comunicación, y con el aumento de los esfuerzos y la devoción de nuestros misioneros y de todos nosotros, y de todos los que sean ‘enviados’, ciertamente se llevará a cabo el divino mandato: ‘Porque en verdad, el pregón tiene que salir desde este lugar a todo el mundo y a los lejanos extremos de la tierra; el evangelio ha de ser predicado a toda criatura’ (D. y C. 58:64)”3.
Y en 1981, el presidente Gordon B. Hinckley (1910–2008) enseñó: “Tenemos confianza de que a medida que la obra del Señor crezca, Él inspirará a los hombres a crear los medios mediante los cuales los miembros de la Iglesia, dondequiera que se encuentren, reciban consejo de Su profeta escogido de forma personal y privada”4.
Mensajes y fotografías que solían requerir días, semanas y meses para enviarse y recibirse, ahora se pueden transmitir al mundo en segundos. Te damos gracias, oh Dios, por los profetas que nos han enseñado y preparado para la época en la que vivimos, y que nos han instado a usar los adelantos tecnológicos para apoyar la misión continua de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días5.
El Señor está apresurando Su obra, y no es ninguna coincidencia que estas poderosas innovaciones e inventos en la comunicación estén llevándose a cabo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Los medios de las redes sociales son herramientas globales que pueden afectar personal y positivamente a muchas personas y familias; y creo que ha llegado el momento de que nosotros, como discípulos de Cristo, utilicemos estos medios inspirados de manera apropiada y mucho más eficaz para testificar de Dios el Eterno Padre, de Su plan de felicidad para Sus hijos, y de Su Hijo Jesucristo como el Salvador del mundo; para proclamar la realidad de la restauración del Evangelio en los últimos días y para llevar a cabo la obra del Señor.
Se deben seguir varias pautas básicas en el uso de las redes sociales para transmitir mensajes del Evangelio:
1. Sean auténticos y coherentes
Primero, nosotros, como discípulos, debemos ser auténticos, y también nuestros mensajes. Una persona o producto que no sea auténtico es falso y fraudulento. Nuestros mensajes deben ser verídicos, honrados y precisos; no debemos exagerar, embellecer o pretender ser alguien o algo que no somos. Nuestro material debe ser digno de confianza y constructivo; y el anonimato del internet no nos da licencia para ser falsos.
La coherencia fortalece la autenticidad. Los mensajes del Evangelio que ustedes compartan se aceptarán más fácilmente si su ejemplo cristiano se manifiesta en el modelo constante de lo que publiquen.
La hermana Bonnie L. Oscarson es un firme ejemplo del poder de la coherencia en las redes sociales. Cuando fue llamada a ser la Presidenta General de las Mujeres Jóvenes en abril de 2013, el número de sus seguidoras en Pinterest se duplicó de la noche a la mañana. Sus aportes anteriores evidenciaban ampliamente su integridad, lo cual hizo que un persona preguntara: “¿Pasaría tu página de Pinterest la prueba de Bonnie Oscarson?… ¿Quién dirá la gente que eres si todo lo que saben es lo que aparece en tu página de las redes sociales?”6.
2. Edifiquen y alienten
Segundo, nosotros, al igual que nuestros mensajes, deben procurar edificar y alentar en vez de discutir, debatir, condenar o denigrar.
Compartan el Evangelio con verdadero amor e interés por los demás. Sean valientes y audaces pero no prepotentes al sostener y defender nuestras creencias; y eviten la contención. Como discípulos, nuestro objetivo debe ser el de utilizar los medios de las redes sociales como vehículo para proyectar la luz y la verdad del evangelio restaurado de Jesucristo en un mundo que cada vez está más oscuro y confuso.
3. Respetemos los derechos de propiedad
Tercero, nosotros, al igual que nuestros mensajes, deben respetar la propiedad de otras personas y organizaciones. Eso simplemente significa que no deben crear su material usando arte, nombre, fotos, música, video ni otro material de otra persona sin permiso. El contenido de la Biblioteca multimedia en LDS.org, a menos que se especifique lo contrario, se ha aprobado para el uso de los miembros sin tener que obtener permiso especial de la Iglesia. En social.lds.org se encuentra más información sobre el uso de los medios de comunicación de la Iglesia.
Cuando compartan mensajes en línea, asegúrense de que los demás entiendan que ustedes están expresando sus ideas y sentimientos personales; y por favor no utilicen el logotipo de la Iglesia ni insinúen que hablan en nombre de la Iglesia o a favor de ella.
4. Sean prudentes y estén alerta
Cuarto, sean prudentes y estén atentos a fin de protegerse a ustedes mismos y a sus seres queridos. Debemos recordar que internet nunca olvida. Cualquier cosa que transmitan a través de un medio de las redes sociales perdurará para siempre, aunque la aplicación o el programa les aseguren lo contrario. Únicamente den a conocer la información si quieren que el mundo entero tenga acceso a su fotografía o mensaje para siempre.
El seguir estas pautas sencillas permitirá que los miembros de la Iglesia de todo el mundo creen y compartan mensajes del Evangelio que harán que la luz brille “de entre las tinieblas” (Mormón 8:16).
Una invitación apostólica
Lo que se ha logrado hasta ahora en esta dispensación al comunicar mensajes del Evangelio a través de los medios de las redes sociales es un buen comienzo, pero es sólo una pequeña gota. Ahora les extiendo la invitación para que ayuden a transformar esa gota en un diluvio. A partir de este día, los exhorto a que inunden la tierra con mensajes llenos de rectitud y de verdad, mensajes que sean auténticos, edificantes y dignos de alabanza, y que literalmente inunden la tierra como con un diluvio (véase Moisés 7:59–62).
Ruego que no participemos simplemente en una crecida de agua que se alza rápidamente y que luego retrocede con la misma rapidez. No me refiero a una iniciativa deslumbrante de la cual rápidamente pasamos a la siguiente tarea en la larga lista de cosas para hacer en el Evangelio. No tenemos que convertirnos en expertos ni fanáticos de las redes sociales; y no tenemos que pasar cantidades exageradas de tiempo creando y diseminando mensajes complicados.
Imaginen el impacto que podemos tener si cientos de miles y millones de miembros de la Iglesia restaurada del Señor contribuyen de maneras aparentemente insignificantes a la crecida de las aguas. Ruego que nuestros muchos esfuerzos pequeños e individuales produzcan una lluvia constante de rectitud y de verdad que gradualmente se convierta en una multitud de arroyos y ríos, y que al final se convierta en un diluvio que inunde la tierra. “Por tanto, no os canséis de hacer lo bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes” (D. y C. 64:33).
Hemos sido y somos bendecidos de muchas maneras; y a quien mucho se da, mucho se requiere. Ruego que lleguen a comprender más plenamente el significado espiritual y la bendición de vivir en la dispensación del cumplimiento de los tiempos; que tengan ojos para ver claramente tanto las posibilidades como los inconvenientes de las extraordinarias tecnologías que están a nuestro alcance; que aumenten su capacidad de utilizar correctamente esas herramientas inspiradas; y que reciban inspiración y guía en cuanto a la función que ustedes deben desempeñar para ayudar a inundar la tierra como con un diluvio de verdad y rectitud. Al avanzar en esta obra sagrada, les prometo que serán bendecidos en la tierra de una manera personal, específica y necesaria que los preparará para la eternidad.