Abogados se unen para brindar servicios legales a los más necesitados
Antony* es un profesional que habla inglés, francés y es masajista terapéutico. También es no vidente. En República Dominicana, el mercado laboral para los afligidos por discapacidades ofrece pocas oportunidades para integrarse y crecer en sus respectivas profesiones. Afortunadamente, Antony* pudo ponerse en contacto con los miembros del capítulo de Santiago de la Sociedad de Abogados J. Reuben Clark Law Society, quienes le ayudaron a poner sus papeles en orden y conseguir un trabajo que le permitiera desarrollarse.
“Esta es una sociedad de derecho cuyo principal norte es la asesoría legal gratuita y, en igual medida, la defensa a los derechos religiosos”, comentó Zeneida Gómez, presidenta del capítulo de Santiago de los Caballeros, al momento de escribir este artículo. “No buscamos publicidad. Nos centramos en concientizar a las personas sobre los derechos que tienen de vivir su religión, siempre y cuando las mismas vayan de acuerdo a las normas y las buenas conductas.” prosiguió la Lcda. Gómez.
Pese a que la mayoría de los abogados integrantes de esta iniciativa son miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, también forman parte de esta gran labor profesionales de otras denominaciones. El servicio se hace de forma gratuita y solo se cobra a los beneficiados las tarifas de los trámites de documentos, legalización e impuestos de los mismos.
Esta labor es realizada en conjunto con los líderes eclesiásticos de la Iglesia. Cuando el interesado solicita el servicio legal, un miembro de la sociedad, generalmente el encargado del comité de servicios o el presidente, es contactado por el obispo, quien da un informe preliminar del servicio necesitado. Puede hacer una cita entre el miembro receptor y la sociedad. El encargado (encargado del comité de servicios o el presidente) entrevista al receptor del servicio, y posteriormente solicita, según la necesidad, a un abogado de la sociedad para que se encargue del servicio. Finalmente, pone en contacto al miembro receptor con el abogado, quienes continuarán en contacto hasta concluir el servicio.
“Para mí, ser parte de este proyecto ha sido una experiencia satisfactoria, ya que hemos podido ayudar a personas necesitadas y que no pueden pagar los servicios legales que necesitan”, comentó Franklin Holguín, abogado miembro de la sociedad. “Además, estamos llegando a las universidades para enseñar a los jóvenes profesionales que pueden aportar con sus conocimientos al desprenderse de algunas horas de su tiempo para ayudar a otros”, continuó el Lic. Holguin, quién se motivó a ser parte de la sociedad por el deseo que sentía de unirse a alguna organización sin fines de lucro y poder ayudar a los necesitados y “así devolverle a la sociedad parte de lo que esta nos ha dado a nosotros como profesionales.”
En la actualidad, gran parte de los servicios tratados son parejas que quieren formalizar sus matrimonios por la vía legal, pero tienen variedades de impedimentos que no pueden solventar para resolver. Sin embargo, hay otros servicios que también son ofrecidos.
Recientemente Luis*, de nacionalidad haitiana, se acercó a la sociedad por ayuda para traducir y legalizar sus documentos y así poder inscribirse en la universidad, lo cual es un proceso muy costoso para extranjeros. Asímismo a la Sra. María* se le ayudó a realizar el trámite que necesitaba para mudarse fuera del país, aun estando en embarazo, y poder unirse a su esposo en Brasil.
La Sociedad J. Rubén Clark, una organización internacional auspiciada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a través de la Universidad Brigham Young, tiene dos capítulos en República Dominicana, el primero en Santo Domingo y el segundo en Santiago de los Caballeros. El de Santiago opera desde febrero del año 2017. También realiza servicios comunicatorios de diversas índoles y ofrece charlas a los diferentes líderes comunitarios sobre los servicios que ofrecen tanto en asesoría como en la solución de casos legales.
En la actualidad, el Capítulo de Santiago cuenta con 42 miembros y una directiva, y se donan un promedio de 28 horas mensuales de servicio.
*Los nombres han sido cambiados para salvaguardar la privacidad de las personas involucradas.