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Líderes mundiales de la Iglesia dan capacitación en Centroamérica
Las hermanas de la Sociedad de Socorro y de la Primaria en el Área de Centroamérica gozaron de la visita de dos oficiales generales de la Iglesia en agosto y septiembre. La hermana Reyna I. Aburto, Segunda Consejerade la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, y la hermana Lisa L. Harkness, Primera Consejera de la Presidencia General de la Primaria, junto con sus respectivos esposos, visitaron Centroamérica del 25 de agosto al 2 de septiembre de 2018.
Ellas realizaron capacitaciones y devocionales dirigidos a las hermanas de toda el Área.
La capacitación de la hermana Aburto, presentada el 25 de agosto en Guatemala y trasmitida a toda el Área, está disponible en video en SUDCA.org, la página Web del Área; y la capacitación de la hermana Harkness, presentada el 1 de septiembre en Costa Rica y trasmitida a toda el Área, también está disponible en video en SUDCA.org.
Estuvieron acompañadas en las reuniones por miembros de la Presidencia del Área y de algunos Setentas, quienes también compartieron consejos y testimonios. Los mensajes incluyeron muchos temas, entre ellos los de cómo prepararse espiritualmente, la importancia de nuestros llamamientos, cómo ministrar y cómo usar el tiempo mejor.
Prepararse espiritualmente
La hermana Harkness dijo que vivir el Evangelio es una parte esencial en la conversión: “Tal como un barco requiere un timón para ajustar el curso que sigue, nosotros cada día necesitamos hacer ajustes que nos conduzcan por el camino recto de la vida”.
Ella dio los siguientes puntos como parte de la preparación:
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Prepararse espiritualmente: orar y leer cada día del Libro de Mormón.
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Participar en consejos (por ejemplo consejos de barrio o de familia): las ideas de todos son importantes.
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Ministrar a los demás: dar cuidado especial a los niños con necesidades especiales y ministrar también a los maestros de la Primaria.
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Enseñar el evangelio de Jesucristo: para lo cual hay que prepararse espiritualmente.
Una de las hermanas participantes al devocional, Irma Leticia Gonzáles de la Estaca Tegucigalpa Honduras Toncontín, dijo: “Aprendí que debemos prepararnos espiritualmente ya que el próximo año trabajaremos en la Primaria con ‘Ven, sígueme’. Debemos enseñar el Evangelio a los niños por medio de los himnos; eso traerá el Espíritu en todas nuestras reuniones”.
La hermana Aburto también habló de la importancia de prepararse espiritualmente. Citó a los hijos de Mosíah (Alma 17:2–5), donde indica que fueron pacientes. Ella dijo: “Si nosotros somos fieles y pacientes, los frutos se verán”. Además dijo que hay que hacer el tiempo para escuchar la ayuda divina y que para eso hay que hacer una pausa y meditar.
Cuando se refirió a los hijos de Mosíah, dijo que “se esforzaron mucho en el espíritu” (Alma 17:5). “Debemos dedicar tiempo a nuestro espíritu. Cada día tomemos un tiempo para nutrir nuestro espíritu y así sabremos lo que el Señor quiere que hagamos”.
Dijo que se deben leer y realmente meditar las Escrituras. También dijo que el sentimiento al leerlas podrá ser recordado y que las Escrituras siempre van a ayudarnos en todo momento.
El élder Pablo Chávez, de los Setenta, recordó a las hermanas que hay que hacer cosas sencillas que son importantes para seguir en la senda que los lleva al Salvador. También dijo: “Aunque pensemos que dejar de orar un día no afecte, sí va afectando nuestra espiritualidad y luego nos iremos alejando del Señor. Seamos obedientes; el Espíritu Santo nos indicará lo que debemos hacer”.
Una de las hermanas participantes al devocional, Priscila Jiménez, de El Salvador, dijo: “Aprendí que debemos ser una luz. No podemos escondernos, sino que ante cualquier situación de compartir el Evangelio o servir, debemos ser las primeras en manifestarnos… . Soy madre de dos hijos pequeños y este devocional me ayudó a abrir mis ojos, de manera que deseo dar prioridad a que ellos tengan sus propias experiencias espirituales desde temprana edad. Este devocional me ayudó a reconocer que soy responsable de que ellos reconozcan el Espíritu y fortalezcan su testimonio al servir, orar y leer; ellos pueden marcar la diferencia en su generación, y yo ayudaré a que eso sea posible”.
Alma de Cuentas, de la Estaca Colón Panamá, dijo: “Dios confía en nosotras para ayudar en Su obra y preparar a estos Sus hijos para la segunda venida de Jesucristo”.
Los llamamientos provienen del Señor
La hermana Aburto recordó a las hermanas que sus divinos llamamientos provienen del Señor y las invitó a no cansarse de hacer lo bueno.
Hizo la pregunta: “¿A qué se nos llama?”, a lo cual respondió de la siguiente manera: “A ayudar a otras personas a ser discípulos verdaderos de Jesucristo”. Hizo la pregunta: “¿Cómo lo hacemos? Mediante el ejemplo llegamos a ser discípulos fieles para ayudar a los demás a ser discípulos fieles”.
Claudia Recinos, de El Salvador dijo que la parte que fue más especial para ella en el devocional fue cuando la hermana Aburto comentó que hay días en los que ella se sentía agobiada por todas las responsabilidades de su llamamiento. Entonces ella se dice a sí misma: “Hoy voy a hacer lo mejor que pueda hacer, y lo haré un día a la vez”.
Ivonne Morales Hernández, de la Estaca Guatemala Ciudad Mariscal, mencionó: “Cuando estoy dispuesta a servir, soy más capaz de llevar a cabo mi llamamiento y también puedo sentir el Espíritu. Esta charla me recordó que si muestro fe, el Padre dará respuesta a mis oraciones y podré explotar más mi capacidad y descubrir lo mucho que puedo lograr enseñando a la manera del Señor”.
Tener el espíritu de ministrar
El élder Juan A. Uceda, Presidente del Área, invitó a los líderes a tener el espíritu de ministrar. Dijo que el Señor Jesucristo enseñó la manera de ministrar. Pidió que oraran por las personas por las que son responsables. Hizo énfasis en la necesidad de estar cerca de los conversos para retenerlos y explicó que el objetivo de la Iglesia era bendecir a las personas. Para lograr esto, enseñó que se debe seguir el ejemplo de ministrar de Jesucristo, y ministrar como Él ministra.
La hermana Aburto dijo: “Debemos acoger a los miembros nuevos y llevarlos de la mano por un buen tiempo; de la misma manera debemos buscar a aquellas que se han alejado del redil. Debemos tener una necesidad por participar de los convenios, principalmente la Santa Cena. Invitemos a otros a venir y participar de los convenios juntos”.
María de los Ángeles Vargas, de la Estaca Alajuela Costa Rica, dijo: “Para mí fue muy bonito descubrir la voluntad del Señor, quien me hace un llamamiento en la Sociedad de Socorro a servir, a ministrar a los demás, a amar al prójimo, a ayudar a nuestros hermanos con sus necesidades, a trabajar unidos, a motivar a las personas y a pedir que el Espíritu nos guíe”.
El mejor uso del tiempo
La hermana Aburto invitó a las hermanas a prestar más atención a las cosas que sí importan, a elevar la espiritualidad y alejarse de las redes sociales por siete días. Ella dijo: “El primer punto que el presidente Nelson habló en el devocional para los jóvenes fue el de tener un ayuno de siete días de las redes sociales. Es interesante que el profeta de Dios usó la palabra ‘ayuno’. ¿Por qué no usar la palabra ‘dejarlas’ o ‘alejarse’ de ellas? El principio del ayuno es un principio con promesa que demuestra cuán dispuestos estamos en obedecer”.
Para ejemplificar este punto, la hermana Aburto compartió la historia de una hermana que mientras usaba sus redes sociales tuvo la impresión de hacer algo más. Entonces se puso a planchar. La hermana Aburto decía que podría parecer gracioso que la impresión fue planchar ropa, pero mientras esta hermana lo hacía pudo tener silencio en su casa; entonces empezó a recordar momentos con su familia y recordó que faltaba hacer la obra del templo por un familiar. El abstenerse de las redes sociales también es encontrar calma del mundo agitado.
De la mano a la invitación de alejarse de las redes sociales por siete días está el de sacrificar tiempo. La clave es renunciar a algo que hacemos en nuestro tiempo para invertirlo en un propósito más santo; nuestro propósito debe ser recoger Israel.
Al respecto, la hermana Harkness dijo: “El presidente Nelson nos ha recordado que no hay nada más importante en estos días que recoger Israel. Este recogimiento debería significar todo para nosotras. Nosotras podemos participar de este recogimiento: lo hacemos al criar a nuestros hijos, al ser diferentes y convertirnos en una luz para los demás. Al estudiar el Libro de Mormón todos los días nos preparamos para recoger Israel: unámonos a esta causa”.
El élder Valeri Cordón, Consejero de la Presidencia de Área, explicó a las madres y futuras madres que “a pesar de vivir en tiempos en los que es necesario tener mucho cuidado, vivimos en un tiempo maravilloso”. Dentro de sus consejos destacan los siguientes:
“Hermanas, ustedes han sido llamadas para bendecir a sus hijos y esposo”.
“Nuestros hijos se enfrentan a un enemigo despiadado”.
“Ustedes tienen la gran tarea de proteger a la nueva generación”.
“No utilicen más tiempo en las redes sociales del que utilizan al leer las Escrituras”.
“Cuiden la luz de sus hijos”.
“Tal vez antes sobrevivimos en esta Iglesia sin ponerle tanto cuidado a las palabras de los profetas, pero en este tiempo, hermanas, no sobreviviremos espiritualmente sin escuchar al profeta del Señor”.
“Por medio de ustedes, hermanas, es que la familia saldrá adelante”.
Liseth Herrera Chávez, de la Estaca Liberia Costa Rica, dijo: “Pude sentir cuál es el mensaje y la preocupación de nuestro profeta, entre ellos la juventud y la familia”.
Ya que las capacitaciones de la hermana Harkness y la hermana Aburto están disponibles en video en SUDCA.org, todas las hermanas en el Área pueden tener la gran oportunidad de compartir los sentimientos de unión y amor que sintieron las hermanas que pudieron asistir a las reuniones en vivo.
Dinora de Rodríguez, de la Estaca Guatemala Ciudad San Cristóbal dijo: “Me siento tan agradecida con mi Padre Celestial por no dejarnos solas ni un solo momento. Nos está cuidando constantemente y lo hace de muchas maneras, y una de ellas es por medio de mujeres dignas y fieles que nos instruyen, como en este caso por medio de las hermanas Aburto y Harkness. Gracias por sus sabios consejos. Me hicieron recordar que no estamos solas en tan ardua labor, como es la de cuidar a nuestra familia y ministrar a los demás”.