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FSY 2018: Paz en Cristo
Vivimos en una época de agitación e inquietud, donde los valores del mundo son cada vez más dispares de las verdades del Evangelio. A veces puede resultar difícil encontrar calma y paz entre tanta adversidad y oposición. Por eso el lema de 2018 que comparten la mutual y FSY (siglas en inglés de Para la Fortaleza de la Juventud), el cual se encuentra en Doctrina y Convenios 19:23, es especialmente importante para la juventud en estos tiempos: “Aprende de mí y escucha mis palabras; camina en la mansedumbre de mi Espíritu, y en mí tendrás paz”: una promesa maravillosa en este mundo ajetreado en el que vivimos. Se nos promete una paz real, que solo por medio de Cristo podemos obtener, en medio de todas las tribulaciones, desafíos, miedos y tentaciones que nos rodean. Una paz que proviene de nuestra fe en Jesucristo, y de nuestra fidelidad al guardar los mandamientos. Y precisamente eso es lo que los jóvenes de la misión de Málaga han podido profundizar y poner en práctica durante FSY este año, que tuvo lugar del 23 al 28 de julio en el hotel Puerta de Segovia, en La Lastrilla (Segovia).
FSY es una oportunidad única para que los jóvenes se alejen de este mundo agitado, apartados de las distracciones, y así poder vivir por una semana el evangelio de Jesucristo junto con otros cientos de jóvenes que tienen sus mismos principios. Como indica su nombre, FSY da la oportunidad a los jóvenes de fortalecer su testimonio, sus principios y también las buenas amistades.
Muchos de esos jóvenes son los únicos miembros de la Iglesia de Jesucristo en sus escuelas o vecindarios; muchos de ellos pertenecen a barrios o pequeñas ramas donde no hay otros jóvenes de su edad. Para estos jóvenes, la oportunidad de hacer amigos con sus mismos principios es un tesoro difícil de hallar en otro lugar. En actividades como la tarde de juegos y la preparación de vítores y estándares han podido crear lazos de amistad que durarán años, y serán de gran fortaleza para ellos en el futuro. Tendrán amigos a los que acudir que compartirán sus ideales y podrán entenderles en sus dificultades. Sus amistades se fortalecen, no solo con las actividades lúdicas y sanas, como los bailes y los juegos para conocerse, sino también con actividades de servicio y reuniones de testimonio.
Además, en FSY los jóvenes reciben instrucción sobre verdades de gran valor para sus vidas en las charlas matutinas con los directores de sesión, y también con el presidente del templo y su esposa. Aprenden la importancia de ser valientes con sus testimonios, de guardar los convenios que han hecho con el Señor, y de seguir preparándose para hacer más convenios en el templo. De igual manera, aprenden a reconocer al Espíritu Santo en las clases de sus maestros, a recibir revelación personal por medio del estudio personal de las Escrituras, y a cómo compartir el Evangelio en actividades basadas en el manual Predicad Mi Evangelio.
Gracias al amor y dedicación mostrados por sus directores, los jóvenes tuvieron un ejemplo a seguir con los jóvenes adultos solteros que cuidaron de ellos en todo momento, y a matrimonios que les enseñaron y mostraron su amor. Les ayudaron a ponerse metas, a formar parte de una familia haciendo la noche de hogar juntos, y acabaron todas las noches repasando y reflexionando todo lo aprendido durante el día.
Por medio de la vivencia del Evangelio, de haber aprendido más sobre Jesucristo y de sentir y seguir la guía del Espíritu Santo, los jóvenes de la misión de Málaga han podido regresar a sus hogares con amistades que les ayudarán el resto de sus vidas, con un testimonio fortalecido por todo lo aprendido y ejercitado, y con deseos de seguir acercándose al Salvador y ser más como Él todos los días.