Cómo llegué a saberlo
Esta luz es verdadera
Tenía 45 años cuando conocí a los misioneros. Andaba buscando la verdad por todas partes y no podía encontrarla. Asistía a una iglesia, pero no estaba satisfecha. Sentía que algo me faltaba.
Los misioneros empezaron a darle las charlas a mi esposo, mientras yo solo las escuchaba. Sin embargo, me sentía atraída por todo lo que enseñaban. Los primeros en bautizarse fueron mi esposo y uno de mis hijos. Yo no me decidía, ya que no creía en el Libro de Mormón. Una madrugada, a las tres de la mañana, me arrodillé para pedirle al Padre Celestial que me dijera si el Libro de Mormón era verdadero. Al ponerme de pie volví a mi cama y penetró en mi mente una voz que dijo tres veces: “Esta luz es verdadera”.
Al día siguiente soñé que todas las iglesias que se encontraban en ese lugar estaban oscuras y al poner mi vista en la capilla, se miraba muy iluminada. La respuesta del Señor me llegó pronto y fui bautizada junto con mi hija Grethel. Hoy somos felices. Gozamos del evangelio de Jesucristo y sé que esta es la Iglesia verdadera.