Parte de una familia eterna
Por medio de mis experiencias personales y mi servicio en la Presidencia General de la Sociedad de Socorro, he visto de primera mano que muchas personas en el mundo no viven en situaciones familiares perfectas. De hecho, ¡no sé si alguien viva de esa manera! El ideal que se describe en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, nos recuerda la amorosa familia eterna a la que ya pertenecemos. Nos enseña que todos formamos parte de la familia de Dios y nos recuerda que, independientemente de nuestra situación familiar en la tierra, a cada uno de nosotros nos rodean hermanos y hermanas.
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Debido a que todos somos seres mortales imperfectos, es probable que nuestras situaciones familiares nunca sean perfectas en esta vida. Sin embargo, nuestro Salvador puede brindarnos sanación. En la página 26, comparto la forma en que la obra del templo brindó la sanación de Dios a mi familia en ambos lados del velo.
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El conocimiento de los principios que se encuentran en la proclamación le puede ayudar a fortalecer su fe y la de las personas que le rodean, sin importar sus circunstancias familiares. A partir de la página 12, podría inspirarle con ideas de cómo aplicar esas enseñanzas en su vida.
Nuestros padres celestiales nos aman a nosotros, Sus hijos, y el Padre Celestial tiene un plan para cada uno de nosotros. Eso quiere decir que Él tiene un plan para usted. Siga avanzando hacia Él con fe. Ayude a los miembros de su familia eterna a lo largo de su trayecto de regreso a Él. Él compartirá esperanza y sanación con usted en su jornada. Y un día, cada uno de nosotros tendrá la oportunidad de volver a un hogar celestial perfecto y eterno.
Que Dios le bendiga y le fortalezca,
Hermana Reyna I. Aburto
Segunda Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro