2020
Cómo vernos a nosotros mismos en la proclamación sobre la familia
Septiembre de 2020


Cómo vernos a nosotros mismos en la proclamación sobre la familia

woman greeting child with flowers

Fotografías de Getty Images.

Aunque las circunstancias familiares de cada persona son singulares en algún aspecto, “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” contiene principios eternos que nos brindan un ideal al cual aspirar conforme nos esforzamos por alcanzar nuestro potencial divino. Las siguientes páginas ofrecen ideas que nos ayudan a entender mejor los inspirados principios de la proclamación sobre la familia. Si aplicamos tales principios a nuestras circunstancias de la mejor manera que podamos, seremos bendecidos mientras avanzamos hacia la vida eterna.

1. Cada uno de nosotros es parte de una familia eterna con un propósito divino

Sin importar cómo esté constituida nuestra familia terrenal, cada uno de nosotros “es un amado hijo o hija procreado como espíritu por padres celestiales”, quienes nos aman. Como parte de esa familia eterna, nuestro propósito divino es “progresar hacia la perfección y finalmente lograr [nuestro] destino divino como herederos de la vida eterna”. (Salvo que se indique lo contrario, las citas corresponden a “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”).

Todos tenemos una naturaleza y un destino divinos

“Porque el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios.

“Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos con Cristo” (Romanos 8:16–17).

child with older man

2. Nuestra familia terrenal nos ayuda a alcanzar nuestro destino eterno

Dios nos dio familias a fin de ayudarnos a aprender y progresar a medida que procuremos “progresar hacia la perfección” y heredar la vida eterna. “… [L]a familia es fundamental en el plan del Creador”, y aunque ninguna familia es perfecta, Dios puede ayudarnos a progresar con la familia que tenemos.

Mi familia fue suficiente para Sus propósitos

Por Miranda Gaubatz, Utah, EE. UU.

Mi familia no es lo que llamaríamos la “familia ideal”. Mis padres se separaron cuando yo acababa de cumplir los once años, así que me crio mi trabajadora y dedicada madre soltera. Me parecía que en la reunión sacramental resaltábamos como algo fuera de lo común.

Cuando era adolescente, recuerdo haber asistido a una clase sobre “La Familia: Una Proclamación para el Mundo”, y haberme conmovido al oír a un líder de los jóvenes testificar acerca de las familias, y llegar a obtener mi propio testimonio de que mi pequeña familia tenía la aprobación divina y de que podía brindarme todo lo que necesitara durante la existencia terrenal.

Aun con ese conocimiento, algunos años después, me aterraba realizar el curso obligatorio de la Universidad Brigham Young sobre Familias Eternas. No quería sentarme a escuchar clase tras clase sobre cómo mi familia era “inferior a lo ideal”. Sin embargo, mi profesor comenzó la primera clase con estas palabras: “Predicamos lo ideal, pero vivimos en la realidad y confiamos en que la expiación del Salvador compensa la diferencia”.

Sé que la familia es fundamental en el plan del Padre Celestial; incluso las familias que no alcanzan lo ideal, tal como lo experimenté cuando era adolescente, pueden ayudarnos a aprender y progresar. Al Salvador mismo lo crio un padrastro terrenal. Estoy muy agradecida de que Jesucristo pueda tomar nuestras familias “no ideales” y convertirlas en lo suficiente para cumplir Sus propósitos para con nosotros.

women walking

3. “Familia” puede significar más que tan solo los padres y los hijos

Hay muchos vínculos familiares que pueden ser una mayordomía sagrada. Hermanos, hermanas, tías, tíos, primos, parientes políticos y otras personas pueden ejercer una influencia singular. “Otros familiares deben brindar apoyo cuando sea necesario”. El cultivar tales lazos familiares puede brindar el apoyo que sea necesario, y estos pueden llegar a ser vínculos preciados.

Ustedes pueden bendecir su familia en diferentes funciones

Por la hermana Sharon Eubank, Primera Consejera de la Presidencia General de la Sociedad de Socorro

Las Escrituras están repletas de ejemplos de hombres y mujeres justos que marcaron una gran diferencia en la vida de la red familiar. Abraham, como tío de Lot, cambió la vida de este. José de Egipto salvó a sus hermanos y a las familias de estos. Siendo ya adultas, las hermanas María y Marta fueron una bendición la una para la otra, así como para su hermano Lázaro. Ruth, como nuera, sustentó a Noemí, quien luego la bendijo eternamente mediante sus consejos. Elisabet y María, que eran primas, se apoyaron mutuamente durante los desafíos inherentes a sus embarazos. Incluso Zoram, que no era pariente consanguíneo, fue un sostén tan fiel para Nefi, que él y sus hijos fueron adoptados como si fueran familiares. Esa noción más amplia de la familia es de tanta importancia para muchas personas que tienen mucho para dar, pero se sienten privadas al no tener la familia nuclear que desean.

people embracing

4. Ustedes pueden marcar la diferencia al iniciar o restaurar familias eternas

“Las ordenanzas y los convenios sagrados disponibles en los santos templos hacen posible que las personas regresen a la presencia de Dios y que las familias sean unidas eternamente”. Desafortunadamente, en ocasiones, los matrimonios terminan, las familias se deshacen o los eslabones de la cadena de una familia quedan rotos. Por medio de tales “ordenanzas y […] convenios sagrados”, es “posible que las personas regresen a la presencia de Dios”, sin importar sus circunstancias familiares. Con la ayuda de Dios, el hacer y el guardar dichos convenios sagrados de la mejor manera que podamos contribuye a que creemos, reparemos o fortalezcamos nuestra familia, con la esperanza de unirla algún día eternamente.

young married couple

5. El matrimonio es una sociedad que requiere fe y oración

La proclamación sobre la familia afirma que el esposo y la esposa, “como compañeros iguales, están obligados a ayudarse el uno al otro”. No obstante, llegar a ser verdaderos compañeros en el matrimonio puede ser un desafío. Nuestra crianza, cultura, formación académica, circunstancias económicas, experiencias y otros aspectos pueden influir en el modo en que planteamos las relaciones, así como en el modo en que dirigimos a nuestra familia. La proclamación enseña que “[l]os matrimonios y las familias que logran tener éxito” se establecen mediante la fe, la oración, el arrepentimiento, el perdón, el respeto, el amor y otros principios conforme deliberamos en consejo y nos esforzamos juntos por atender nuestras circunstancias personales.

father watching child

6. El potencial de ser padres es parte del plan de Dios para llegar a ser semejantes a Él

Una de las maneras en que podemos llegar a ser más semejantes a nuestros padres celestiales es ser padres y madres. “El primer mandamiento que Dios les dio a Adán y a Eva se relacionaba con el potencial que, como esposo y esposa, tenían de ser padres”. Aunque el casarse y tener hijos no siempre sucede de acuerdo con lo que nosotros planificamos, no significa que no sea parte del plan de Dios. Para muchos de nosotros, el prepararse con fe y esperar en el Señor es una parte importante de llegar a ser lo que Dios desea que seamos.

La infertilidad y nuestra familia del barrio

Por John McMullin, Alberta, Canadá

Mi esposa Gennie y yo siempre quisimos tener muchos niños. Siempre. Sin embargo, después de un año de intentarlo, se nos diagnosticó infertilidad.

Al principio, hubo mucha oración. Cada noche nos tomábamos de la mano y pedíamos al Padre Celestial que nos bendijera con el hijo para el que nos habíamos preparado toda la vida. Ayunábamos todos los meses y, en ocasiones, incluso más. Cada mes que pasábamos sin concebir era más difícil que el anterior. No solo carecíamos de un hijo a quien amar, también parecía no haber respuesta a nuestras oraciones. Parecía como si Dios nos hubiera oído pedir lo que habíamos querido toda la vida y hubiese dicho “No”.

Comenzamos a cuestionar nuestra dignidad; era fácil creer que Dios hubiera reservado a Sus hijos procreados en espíritu para que nacieran en familias más fieles.

Se tornó difícil asistir a la Iglesia. Era doloroso oír cómo habían sido contestadas las oraciones de los demás y cuánto los amaba el Padre Celestial.

Hubo dos cosas que nos impulsaron a seguir asistiendo. Primero, habíamos hecho convenios con el Señor y el uno con el otro al sellarnos en el templo. Nos pertenecíamos mutuamente, y teníamos la determinación de estar unidos tanto ahora como en las eternidades.

Lo segundo era nuestra familia del barrio. Tuvimos la bendición de tener líderes que conocían la infertilidad por experiencia propia. Gennie tuvo una hermana ministrante que también había padecido la infertilidad y hablaba sin rodeos sobre las dificultades de no tener hijos en la Iglesia. Aunque teníamos dificultades, sabíamos que otras personas de nuestra comunidad de la Iglesia habían afrontado la misma lucha.

Aún carecemos de muchas respuestas; aún no tenemos hijos, incluso después de recibir la atención de profesionales de la medicina. Ignoramos las razones que tiene el Padre Celestial, pero debido a que tenemos nuestros convenios y a que tenemos la familia del barrio, que nos ha aceptado y apoyado, hemos tenido tiempo para cultivar más paciencia y fe (véase Hebreos 12:12–13).

Esperamos con gran anhelo ser padres; y mientras esperamos ese feliz día, tenemos un grupo del cual somos parte aquí, en la Iglesia.

young children

7. Dios otorga y custodia el poder de crear vida

En la proclamación, los apóstoles del Señor “afirma[n] la santidad de la vida”. Puesto que la vida es sagrada, Dios ha dado mandamientos en cuanto a dar vida y a quitarla. La forma en que respetemos dicho poder tiene efectos de gran repercusión para bien o para mal sobre nosotros mismos y sobre la sociedad.

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8. La responsabilidad de ser padres es otorgada por Dios

Para ayudarnos a llegar a ser semejantes a Él, Dios ha dado a muchos de nosotros la oportunidad y la responsabilidad de ser padres. Somos responsables ante Él “del cumplimiento de estas obligaciones”. No obstante, también contamos con Su ayuda al buscar la felicidad y el éxito en el matrimonio y en la vida familiar conforme nos esforcemos por criar a nuestros hijos con amor y rectitud, y sostenerlos durante los desafíos que afronten.

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9. Podemos defender el plan que Dios tiene para Su familia

Desde antes del principio del mundo, nuestra función ha sido difundir el plan que el Padre tiene para Su familia y defenderlo de la desintegración que puede ocurrir desde su interior, así como de los ataques que provienen del exterior. “Hacemos un llamado a los ciudadanos responsables y a los funcionarios de gobierno de todas partes para que fomenten aquellas medidas designadas a fortalecer a la familia y a mantenerla”. Resulta esencial comprender por qué y cómo.