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El tanquecito de arroz
En el año 2019, cuando mi esposa y yo fuimos a comprar algunos envases plásticos para la casa, decidimos comprar un tanquecito plástico que al principio sería usado para la basura. Sin embargo, al llegar a la casa tuve el sentimiento de que debía usarlo para echar el arroz, ya que en ese momento estábamos usando un cubo más pequeño. Cuando le echamos el arroz que teníamos, siempre se quedaba a la mitad. En ese momento tenía empleo y aun así el tanquecito siempre se quedaba por la mitad.
En noviembre de 2019 perdí mi empleo y solo mi esposa estaba trabajando. En marzo de 2020, con la llegada de la pandemia, el país cerró y no me fue posible conseguir empleo. No obstante, aun así, un milagro ocurrió ya que durante los meses de marzo hasta junio el tanquecito que utilizamos para echar el arroz se llenó y, no solo eso, se mantuvo lleno todo ese tiempo. Incluso llegué a tener tanto arroz que regalé a personas que pedían en mi puerta.
Al reflexionar sobre ello, me di cuenta de que se hizo conmigo lo mismo que Elías el Profeta le había prometido a la viuda de Sarepta en 1 Reyes 17:10–16. Agradezco mucho a mi Padre Celestial por proveer alimentos para mi familia en esos momentos tan difíciles por los que atravesamos.