Páginas Locales
Viaje al Templo de Orlando
El 31 de julio de 1995, un grupo de miembros de la Iglesia del distrito de Toa Baja, Puerto Rico, hizo un viaje al Templo de Orlando, Florida. Al arribar cuatro autobuses en la mañana del 1 de agosto, los miembros vieron el templo por primera vez. Mientras esperaban a que se abrieran las puertas, cantaron los himnos “El Alba ya rompe”, “Bandera de Sion” y “¡Grande eres Tú!”. Cincuenta hombres y mujeres jóvenes realizaron 3600 bautismos por los muertos. Incluso al tener frío y estar cansados, aún querían seguir trabajando.
Al día siguiente, el huracán Erín llegó a las costas de la Florida. Orlando fue azotado por fuertes vientos y lluvia, y muchos obreros del templo no pudieron llegar al templo a obrar. Entonces, los miembros puertorriqueños se ofrecieron como voluntarios en todo el templo, trabajando como escoltas, oficiando ordenanzas, trabajando en la cocina y los vestidores, planchando, doblando y distribuyendo ropa. Aunque afuera reinaba el caos, en el templo reinaba la paz. Los miembros sintieron como si “el mundo fuera de los muros del Templo no existiera, y el tiempo se detuvo”. Cada miembro que participó tuvo sus propias experiencias espirituales personales, pero juntos experimentaron unidad y amor. Al final del viaje, Ángel Rodríguez, presidente de la Rama Humacao, expresó este sentimiento: “Durante este viaje conocí a muchos hermanos y hermanas de diferentes ramas y pueblos de Puerto Rico. Hoy puedo decir que ya no siento que soy solo un miembro de esta o aquella rama de la Iglesia. Sé que todos somos verdaderamente hermanos y hermanas”.