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Yo siento la paz de Dios
Por mucho tiempo había escuchado que hay una paz que no es de este mundo, sino que viene por medio de Jesucristo. Este concepto no me era familiar, no estaba segura de su significado. Fui bautizada a los 17 años, tenía mis propios problemas y la idea de tener tranquilidad o vivir con paz me parecía muy lejana.
Mi experiencia personal con la Iglesia me ha enseñado algo totalmente distinto. A pesar del mundo en el que vivimos, he podido encontrar paz en las cosas sencillas del Evangelio. He sentido al Espíritu Santo brindarme paz por medio de la confirmación que Dios me acepta tal como soy. Él está dispuesto a limpiar mi pasado y darme segundas oportunidades.
Siento paz al no sentirme juzgada en Su Iglesia, al despojarme de los sentimientos negativos, al perdonar y ser perdonada. Sin duda, he logrado sentir paz al servir a otros y al esforzarme por llegar a la altura de mi hermano mayor, Jesucristo.
Trato de conservar la paz de Cristo al rechazar los conflictos, al extender una sonrisa amable al desconocido, al orar y sentir el amor de mi Salvador.
Testifico que, a pesar de vivir en un mundo tan complicado, sentir paz es posible. Una paz que no la puede dar el hombre, sino que viene solamente de Dios. Me siento agradecida por Su Paz.
Nota: Con la ayuda de Sergio Molina